“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:33-36).
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2).
Resumen.
Todos nacemos con una naturaleza pecadora “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
Debido a esto tenemos conflictos internos “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18).
La salvación es por gracia por medio de la fe, no por obras “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1).
Dios tiene un plan para su iglesia a través del poder del Espíritu Santo.
Vamos a ver el inicio de la exposición acerca de lo que Dios hace con una iglesia llena del Espíritu Santo.
La epístola de Romanos fue escrita por el apóstol Pablo.
Se llama Romanos porque fue dirigida a los cristianos que vivían en Roma, en el corazón del imperio.
Roma era una ciudad donde el circo, los gladiadores, los templos paganos y la perversión sexual eran el día a día.
Los cristianos vivían en medio de esta influencia de maldad.
En esta carta habla sobre la salvación como regalo de Dios.
Habla de que la comunión con Dios se rompe por causa del pecado y se restaura gracias al sacrificio de Jesús.
1.- Dios lo sabe todo.
El mundo no sabe, Dios sí.
“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (V.33).
La gran sabiduría de Dios es expresada por el apóstol Pablo de la manera que hemos leído.
a.- “Profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios”.
“Profundidad” la sabiduría de Dios es profunda, no es superficial.
El ser humano conoce cosas, pero los científicos honestos siempre dicen que queda mucho más por descubrir.
La sabiduría humana es superficial porque cuantos más años pasan, más cosas se descubren.
Lo que años atrás se creía descubierto, ahora resulta que solo era el empiezo de otras muchas cosas más profundas.
Sin embargo, la sabiduría de Dios es profunda, lo conoce todo, llega de lo superficial a lo más interno.
No hay nada que se escape a la sabiduría y al conocimiento de Dios.
b.- “!Cuán insondables son sus juicios!” .
Dios juzga y a veces no somos capaces de entender sus juicios, nuestra mente no llega a entender “el por qué” de algunas decisiones de Dios.
Nuestra mente es pequeña para entender algunas decisiones de Dios.
c.- “Inescrutables sus caminos!”.
¿Por qué hace Dios lo que hace? ¿Por qué se dirige a donde se dirige? ¿Por qué gobierna como lo hace?
No lo vas a entender, hay que aceptar que Dios es sabio y que lo que hace es lo mejor que puede hacerse.
Dios no se equivoca, aunque nosotros algunas veces no lo entendamos.
A Dios no se le entiende, a Dios se le obedece, esta es la mejor forma de no equivocarse.
2.- No entendemos a Dios.
“Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” (V.34).
Ningún personaje de la Biblia entendió a Dios, pero obedecieron y vencieron.
3.- ¿Quién es su consejero?
A veces tenemos el atrevimiento de decirle a Dios lo que tiene que hacer y de como han de ser las cosas.
No seamos atrevidos, no tenemos la inteligencia ni la capacidad para aconsejar a Dios.
4.- Dios lo posee todo.
¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?” (V.35).
No tenemos que darle a Dios, para luego recibir nosotros.
Dios lo tienen todo, Él posee el oro y la plata de la tierra, de él son los cielos y la tierra.
5.- Origen y destino de lo creado.
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas” (V.36).
“De él”. – La procedencia de todo es de Dios. Él es el origen del universo, de este planeta, de tu vida, de todo lo que tienes “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).
“Por él”. – Las cosas subsisten por Él. Si Dios por un momento dejara de dar energía al universo, todo desaparecería.
Lo que existe no solo fue creado por Dios, sino que además es sustentado por Dios.
“Para él”. – Apuntan a Dios, están para Dios, glorifican a Dios.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmo 19:1).
6.- Démosle gloria.
“A él sea la gloria por los siglos. Amén” (V.35).
La iglesia es el lugar donde se da gloria a Dios.
La iglesia fue diseñada por Dios para que le de gloria en medio de un mundo que le desprecia.
Por todo esto, “Así que”, la iglesia ha de:
1.- Presentarse delante de Dios.
“Que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (V.1).
Pablo está haciendo un paralelismo entre los sacrificios judíos y el cristianismo.
En Israel se presentaba para el sacrificio animales, en el cristianismo nos presentamos nosotros.
“Racional” El animal era llevado sin saber su destino, el cristiano lo hace de manera voluntaria sabiendo que está haciendo.
“Vuestros cuerpos” La gente separa cuerpo de espíritu, de manera que mi espíritu va por un lado y mi cuerpo por otro. “Se puede adulterar con el cuerpo y ser fiel con el espíritu, son cosas diferentes” dicen.
La Biblia nos dice que somos uno, y que hemos de presentar el cuerpo, porque haciendo esto nos presentamos todo nosotros.
Dios no cree que el cuerpo sea una cosa mala y el espíritu algo bueno, todo lo existente fue creado por Él, “Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:10) incluso Él se hizo carne.
Si presentamos nuestro cuerpo, todo lo demás va con él.
“Sacrificio vivo” Mientras en Israel se presentaba el cuerpo muerto, en el cristianismo presentamos un cuerpo vivo, de manera que todo lo que ese cuerpo va a hacer en el trabajo, en los estudios, en el día a día va a ser presentado a Dios.
El verdadero culto es ofrecerle a Dios el cuerpo y todo lo que hacemos con él.
2.- No conformarse a este mundo.
“No os conforméis a este siglo” (V.2).
Los cristianos de Roma sabían que había una lucha profunda entre sus convicciones y lo que veían fuera.
El mundo pervertido golpeaba continuamente sus deseos de servir a Dios.
El mundo tiene argucias lo suficientemente fuertes para seducir y convencer.
Dios nos dice que seamos inconformista que no aceptemos lo que se nos presenta.
Los cristianos hemos de ser sumisos a Dios y rebeldes a las corrupciones a las que el mundo quiera inducirnos.
3.- Renovar el entendimiento.
“Sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.
Dios quiere que tengamos un pensamiento nuevo, diferente al que teníamos antes.
La palabra traducida como entendimiento “nooz” (noos) puede también traducirse mente, como forma de pensar y entender la vida.
La palabra de Dios y la cercanía al Espíritu Santo renueva nuestro entendimiento y endereza nuestra forma de pensar.
4.- Para que comprobéis.
“Para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
La mente carnal y mundana no entiende lo de Dios, no conoce la buena voluntad de Dios.
Para comprender la buena voluntad de Dios es imprescindible renovar el entendimiento con la palabra de Dios.
Si no hacemos esto seguiremos pensando cómo la gente que no conoce a Dios y estaremos haciendo lo contrario de lo que Dios quiere.
Si deseas saber la buena voluntad de Dios agradable y perfecta has de cambiar tus pensamientos, aún tus buenas intenciones, por lo que Dios dice en su palabra.