¿Y Si Dios no contesta?

Alguien dijo que Dios contesta todas las oraciones, Él dice: “Si, no o espera”.

Esta es una forma de decir que no siempre las oraciones son contestadas tal y como nosotros queremos.

 

Un hombre pidió llegar pronto al trabajo ya que tenía una reunión importante, sin embargo, Dios no contestó, ya que el metro se retrasó. Volvió a pedirle a Dios que tuviera misericordia y que la reunión se pudiera realiza a pesar de su tardanza. Cuando llegó cerca del trabajo contempló como el avión del vuelo 11 de Américan Airlines ya se había estrellado sobre la torre norte del Word Trade Center, lugar donde trabajaba, era el 11 de septiembre de 2001.

 

1.- Pablo.

“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (II Corintios 12:7-9).

 

El apóstol Pablo tenía un aguijón en la carne.

No se sabe exactamente qué es lo que es. Algunos dicen que era un problema de visión que hacía que tuviera que pedir a otros que escribieran por él.

 

 “Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor” (Romanos 16:22).

 

En realidad, no se sabe lo que le ocurría, pero lo que si sabemos es que tenía algo que no quería y le pedía a Dios que se lo quitara, pero Dios no contestaba a la oración.

Tres veces le pidió a Dios que se lo quitara y sin embargo Dios no contestó a la oración.

 

2.- También nos pasa a nosotros.

Es muy normal que nosotros pidamos cosas y o bien no sean contestadas o bien no lleguen cuando lo pedimos.

He conocido hermanos que han peleado con cosas, situaciones o incluso pecados por años, y por mucho que oraban el problema lo seguían teniendo.

 

3.- Somos frágiles.

Nuestras dificultades nos enseñan cuál es nuestra realidad.

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (II Corintios 4:7).

Dios quiere que seamos conscientes de que somos frágiles, que somos de barro.

Si Dios no nos quita algo es porque hay una razón, no es un accidente, ni por un descuido de Dios.

Todo tiene un motivo.

 

4.- Jeremías.

Estaba preocupado por su pueblo y oró, sin embargo Dios le dijo:

“Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien” (Jeremías 14:11).

Jeremías oraba por el pueblo de Israel, y Dios le dice que deje de orar, que no va a contestar a esa oración.

El pecado de Israel había sido tan grande que Dios entendió que tenían que sufrir las consecuencias de ese pecado.

A veces Dios quiere que aprendamos que lo que se siembra se cosecha.

En Pedagogía, una manera de enseñar a los niños es que ellos sufran las consecuencias de sus errores. Si siempre les quitamos las consecuencias de lo que hacen nuestros hijos los estamos maleducando.

Dios es un gran maestro.

Si haces algo mal y lo pasas mal, entonces aprendes la lección para el resto de tu vida.

 

5.- Dios saca de los mayores problemas las mayores virtudes.

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

Lo que Pablo pensaba que era una oración no contestada en realidad era la base de su poder.

Ese problema era lo que le mantenía humilde y lo que hacía que el poder de Dios se manifestara a través del apóstol Pablo.

Sus problemas eran la base de sus éxitos.

 

6.- Moisés.

Moisés tenía un problema, no sabía hablar, tenía problemas al comunicarse.

 

“Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxodo 4:10).

Fíjense en algo:

 

Los cinco primeros libros de la Biblia fueron escritos por Moisés, y es interesante de dónde vienen sus nombres.

Los nombres de los libros de la Biblia son diferentes en base al idioma en que se pronuncien.

Así “Génesis” es el primer libro de la Biblia en español, pero en hebreo se dice “Berechif” (que significa principio), ya que es normal que se nombre a los libros en base a la primera palabra que aparece en el libro. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

 

El quinto libro de la Biblia es el “Deuteronomio” que en griego significa “segunda ley”, sin embargo, en hebreo se llama: “Devarim”, que significa “palabras” ya que este libro se inicia con “Estas son las palabras que habló Moisés” (Deuteronomio 1:1).

El hombre que no sabía hablar, acaba teniendo un libro que se llama “Palabras”, por las palabras que hablaba Moisés.

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

 

7.- Dios no nos da lo que nos puede destruir.

Si le pedimos a Dios un saco con 100 Kilos para levantarlo, y solo podemos llevar 20 Kilos, Dios no nos va a dar los 100 Kilos, ya que tanto peso puede causarnos daño.

Algunas oraciones no son contestadas porque no podemos soportar la respuesta del Señor.

No estamos capacitados, aún.

Si no puedo con 100 Kilos, tengo que hacer deporte para que con el tiempo pueda levantarnos.

Todo tiene su tiempo, y Dios se toma su tiempo para contestar, Él espera que estemos preparados.

Ezequías pidió a Dios quince años más “(II Reyes 20:1-6). Dios se los dio, pero luego hizo cosas que perjudicó al pueblo de Israel (II Reyes 20:16-18).

 

8.- Dios quiere que cambiemos.

Aunque la situación no cambie, usted debe de cambiar, es más: “a veces las cosas no cambian para que nosotros cambiemos”.

Tal como somos cuando llegamos a la iglesia no estamos capacitados para servir a Dios con eficacia, por eso Dios permite situaciones en las que vamos a pasar bajo presión y así vamos a mejorar.

Al carbón si le metes calor y lo sometes a grandes presiones se acaba convirtiendo en diamante.

Su carácter es más importante que su talento.

Cuando llegan las pruebas usted va a desarrollar carácter.

Estar entre algodones va a hacer que seamos unos inútiles.

 

9.- La meta.

La meta no solo es que usted confíe en Dios, sino que Dios confíe en usted.

Continue haciendo lo correcto en los momentos difíciles.

Entienda que Dios es soberano, que él sabe mejor que nadie lo que nos va a ayudar.

Fe es confiar en Dios cuando lo que nos ocurre no tiene sentido.

 

10.- Jesús no recibió respuesta.

“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39).

Jesús, como hombre, no quería pasar por la cruz, pero sometía su voluntad a la voluntad del Padre.

Si esa oración hubiese sido contestada todos nosotros iríamos al infierno.

 

11.- Dios es un Dios de planes.

Dios tiene un plan desde antes de la fundación del mundo.

Nosotros, como Jesús, hemos de abrazar ese plan y acatarlo.

Hacer del plan de Dios, nuestro plan, es una de las claves del éxito.

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