Los problemas, puertas de bendición

 “Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 24 Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?” (Marcos 5:22-30).

 

En este pasaje vemos a dos personas que tenían grandes problemas: Jairo, una hija agonizando, y la mujer una enfermedad que por 12 años le atormentaba.

La Biblia nos habla de que vamos a tener problemas y que Dios es la solución.

Y es que todos tenemos problemas ¿Quién no tiene problemas? ¿Quién está libre de ellos?

Los problemas forman parte de la vida y siempre habrá alguno rondando alrededor nuestro, a veces con más frecuencia de lo que queremos.

 

Moisés tuvo problemas, faraón quería dejar a su pueblo esclavo y no consentía en darle la libertad. Por eso oró y Dios mandó las diez plagas, una detrás de la otra hasta que faraón cedió.

El problema de Moisés hizo que el pueblo judío viera el poder de Dios y creciera en fe, además hizo que la gente entendiera que Dios estaba con ellos.

Elías tuvo un problema, Acab y Jezabel querían matarlo, por eso huyó y se escondió en la cueva, el miedo le hizo desear la muerte, lo pasó muy mal, pero allí un ángel se le apareció y le fortaleció.

 

1.- Los milagros son la respuesta a muchos problemas.

Usted anhela ver milagros, pero ha de entender que los milagros son las respuestas a los problemas, sin problemas no hay milagros.

Se necesitaba una hija agonizando y una enfermedad que no se cura para que se realizara el milagro.

Se necesitaban a los egipcios y al mar Rojo para que las aguas se abrieran.

Se precisaba el desierto para que cayera el maná.

Siempre que hay un problema tenemos un Dios feliz de hacer un milagro.

 

2.- No se tome el problema demasiado en serio.

En la vida hay problemas no podemos escapar de ellos.

Cuando vienen las victorias todo el mundo está contento, hay felicidad, pero cuando se presentan los problemas algunos se hunden, se desaniman y no pueden continuar en la vida cristiana.

No se tome el problema demasiado en serio, es una oportunidad para ver el mover de Dios.

 

3.- Saque provecho a sus problemas.

Juan Bunyan escribió el famoso libro “El progreso del peregrino” que está entre uno de los mejores escritos en lengua inglesa.

Durante mucho tiempo ha sido el libro más leído después de la Biblia, su contenido es una interesante alegoría de la vida cristiana.

Juan Bunyan escribió este libro se escribió desde el interior de una fría y lóbrega cárcel y cada una de sus páginas fueron escritas en una celda.

Juan Bunyan llegó allí, no por haber cometido algún delito contra la ley de Dios, todo lo contrario, fue castigado por su fidelidad a Dios.

Estuvo encarcelado injustamente y preso en una terrible cárcel del siglo XVII.

Fue la estancia en esta cárcel la que le ayudo a escribir este libro que ha inspirado a millones de cristianos a lo largo de los siglos.

Juan Bunyan aprovechó el gran problema de estar encarcelado para escribir el libro, saque provecho a sus problemas.

 

4.- Crea que Dios está con usted.

Cuando venga el problema no mire sus dificultades o impedimentos, tenga fe y avance, aunque para ello tenga que sortear los más grandes fracasos y problemas; recuerde que muchos de los que lograron grandes cosas han tenido un mal comienzo.

La mujer creyó en el poder de Dios y tocó el borde del manto, Jairo fue a Jesús cuando su hija se moría.

 

5.- Los Problemas no son el final.

No se tome los problemas de la vida como si fuera un ultimátum, escuche la voz de Dios a través de esos problemas, con muchos de ellos Dios nos está gritando. Él quiere llevarle a planes mejores que los que inició con anterioridad.

Que ni el fracaso ni el problema le impida ver todo lo que Dios tiene para usted, procure que sus sentidos no le confundan.

 

6.- Los problemas nos bendicen.

¿Tiene problemas? Le felicito, está usted vivo.

Todo problema se presenta como una molestia, nos llegan como frenos a nuestras vidas, se nos presentan como obstáculos para lograr lo que queremos; sin embargo, recuerde que las repetidas victorias sobre los problemas son lo que nos ayuda a ser personas exitosas.

Los problemas nos hacen ver los milagros de Dios y por tanto nos gozamos y alegramos en Él.

¿Cómo estarían Jairo y la mujer después de los milagros?

 

7.- Todo problema puede empeorar.

 “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” (Marcos 5:35).

La niña murió. Pasó de estar muy mal a morirse.

Todo problema se puede agravar, pero, aunque para usted es muy duro, y algo que ya no tiene solución, para Dios es una oportunidad para glorificarse.

“Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente” (Marcos 5:41-42).

 

8.- Los problemas sirven para formar el carácter.

Nos enseñan lecciones que serán muy útiles en el futuro. Hemos de tener muy claro que los problemas son la ayuda que nos lleva a la maduración como personas y al crecimiento en fe.

No solo forman el carácter, sino que además los problemas abren las puertas a posibilidades maravillosas que antes estaban escondidas, por eso es importante que considere los problemas como oportunidades.

Usted, es siervo del altísimo, crea que Dios está con usted y si tiene problemas, es porque Él quiere que le busque y encuentre la solución junto con Dios.

 

9.- Los problemas nos acercan a Dios.

Permitir que tengamos problemas es uno de los métodos que Dios utiliza para que nos acerquemos a Él.

¿Usted ora igual cuando tiene problemas y cuando no? Seguro que no, los problemas tienen la habilidad de hacernos doblar las rodillas con rapidez.

A todos nos pasa, cuando tenemos problemas oramos más, nos humillamos ante la presencia de Dios, lloramos, ayunamos, intercedemos y aprendemos que somos seres dependientes del Cielo, los problemas nos acercan a Dios.

Jairo fue a Jesús, y la mujer fue a Jesús.

Cuando el problema le muestra su feo rostro, si es una persona de fe, sabe que con Dios va a solventarlo porque, no se asombre con lo que le digo, si tiene un problema también lo tiene Dios y a Él no le vence nada.

 

En una ocasión oí a un hermano decirle a Dios en oración:

“Señor tú sabes lo que me está pasando, yo soy tu hijo, los problemas de los hijos son los problemas de los padres, así que Señor, tú tienes un problema, tú verás cómo lo solucionas”.

 

Cuando tenga problemas diga: “¡Maravilloso! Voy a ver a Dios moverse en mi vida”.

Por favor, no se hunda cuando aparezcan las complicaciones, entienda que “Cuando el camino se hace duro, el duro continúa hacia adelante”.

Y no se le olvide que si tiene problemas es porque está vivo ¡Felicidades!

 

10.- Asunto de tamaños.

Mientras viva tendrá problemas y dificultades, lo importante no es el tamaño del problema, lo importante es el tamaño que tenga usted.

Ante un mismo problema las personas pequeñas se hunden y las grandes crecen en fe.

A lo largo de mi vida he comprobado que son las personas pequeñas las que se molestan por cosas pequeñas, mientras que las grandes soportan presiones que para muchos son insoportables.

 

11.- Son un examen.

La reacción que cada uno tiene ante las situaciones conflictivas son los indicadores de nuestra madurez.

Un problema es un examen que viene a su vida, procure aprobarlo con buena nota y si no, aprenda a superarlo; en el futuro ya que tendrá que volver a examinarse de esa asignatura pendiente.

No se ofusque, los problemas son oportunidades para crecer.

En la vida verá que la gente que anda agobiada por grandes problemas es porque son gente pequeña y la gente que tiene problemas pequeños, no es porque estos sean pequeños, sino porque ellos son grandes.

Si ve que sus problemas son muy grandes, busque donde se encuentran sus pequeñeces.

 

12.- El secreto de una vida victoriosa.

No está en evitar los problemas, eso es imposible.

Tampoco está en asustarse con ellos, es señal de inmadurez.

El secreto de la vida victoriosa está en acercarse a Dios, madurar y crecer mucho más que el problema.

 

13.- Un problema resuelto deja de ser un problema.

Cada vez que tenga un problema recuerde que es Dios que quiere moverse en su vida y que el problema es la puerta que le lleva a eso.

No se desanime con los problemas, no se rinda, no se hunda, alégrese, es estupendo tener problemas, va a ver a Dios moverse.

La fe se mide por lo que hacemos en los momentos de crisis, en los momentos duros de la vida, cuando la necesidad se hace mayor.

Crea a Dios, nadie puede a la vez tener fe y no tenerla, es como estar embarazada, no se puede estar medio embarazada, o se está o no se está.

“Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmo 34:19).

Dios está con usted, va a ayudarle a resolver los problemas.

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