Las tres cosas pérdidas.

“¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:8-10).

 

A todos se nos pierden cosas, forma parte de la vida.

La gente despistada pierde más cosas, y otros menos despistados pierden menos.

 

Se cuenta que hubo una señora perdió una moneda y removió los sillones, las sillas, los muebles, miró en cajones, lo puso todo patas arriba, y al final encontró, tres mandos de televisión, cinco llaves, un carnet de identidad, la garantía del frigorífico, la moneda que perdió y 25 monedas más.

 

El capítulo 15 de Lucas es conocido como el capítulo de las cosas perdidas, en él se pierden: La oveja, la moneda y el hijo pródigo.

 

1.- La oveja.

El pastor tenía cien ovejas y pierde una, entonces la busca desesperadamente, sale por el desierto, yendo a los lugares que pensaba que podía encontrarse la oveja y cuando la encuentra la carga a sus hombros, y feliz hace fiesta.

 

2.- La moneda perdida.

La mujer tiene diez monedas y pierde una.

Saca la lámpara, barre y busca con diligencia, con afán y trabajo hasta encontrarla.

Cuando la encuentra hace fiesta.

 

3.- El hijo pródigo.

Pródigo significa derrochador, alguien que tiene algo y lo tira.

Alguien que malgasta lo que tiene.

Un derrochador merece perderlo todo, porque todo lo tira sin pensar las consecuencias.

Un derrochador es un irresponsable.

Un derrochador es alguien que mira lo de hoy y se olvida de que vendrán otros días en el futuro.

Un derrochador es un egoísta que solo piensa en él, y desprecia a los demás.

 

El hijo derrochador, cuando se arrepiente, vuelve al padre, y este sale corriendo al encuentro.

El padre hace fiesta.

 

4.- Dios no se olvida de lo que le pertenece.

El pastor tenía 100 ovejas, perdió una, pero buscó hasta encontrarla.

La mujer tenía 10 dragmas, perdió una sola, y se movilizó.

El padre tenía dos hijos y perdió uno.

Uno frente a 100 parece poca cosa, pero para el pastor tenía mucho valor.

Uno frente a 10 parece poca cosa, pero para la mujer tenía mucho valor.

Para Dios cuenta cada alma.

Dios no descansa hasta recuperar lo que es suyo.

 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

 

5.- Todo pertenece a Dios.

 “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).

Todo pertenece a Dios, nosotros no poseemos nada, solo somos mayordomos, administradores de lo que el nos presta.

Aunque nada es nuestro, sin embargo, por el camino se pierden cosas, Dios estableció a la iglesia para que encuentre las cosas que se han perdido.

La iglesia es la encargada de buscar lo que se pierde.

La iglesia busca la consagración que se ha perdido.

La iglesia busca las promesas que Dios tiene para nosotros.

La iglesia busca a las almas perdidas.

La iglesia con su búsqueda establece el reino de Dios en la tierra.

 

6.- La búsqueda se hace con diligencia.

La mujer enciende la lámpara y barre la casa.

El pastor sale al desierto y la busca hasta encontrarla.

La obra de Dios no es ni para flojos ni para gente despreocupada, es para personas que entienden que hay mucho que conquistar para Dios.

La obra de Dios nos lleva a trabajar con diligencia, para encontrar todo lo que se ha ido perdiendo.

 

7.- La mujer.

La moneda se pierde en la casa.

Algunos se pierden en la casa, en la iglesia, asisten, vienen a los cultos, pero están perdidos, su corazón está en otras cosas.

 

Enciende la lámpara:

¿Por qué la enciende? Porque estaba apagada. Si la luz de Dios está apagada en tu vida vas a perder cosas.

 

Dios alumbra la oscuridad.

Su palabra y su espíritu revelan lo que está escondido.

 

A veces Dios permite circunstancias difíciles, para volverlos a llamar.

La luz no es para condenar, no es para mostrar lo malo que hay en nosotros, aunque delante de la luz vemos lo malo que hay en nosotros.

 

Ejemplo de la farola y el traje sucio.

 

Dios pone su luz para que nos arrepintamos y para mostrarnos el camino de regreso.

 

Barre la casa: El Espíritu Santo quita lo que sobra, limpia lo que estorba.

Quita el polvo del pecado.

Dios no teme entrar en nuestras vidas para poner orden.

 

Busca hasta encontrarla: No se rinde, así es el amor de Dios, persistente, paciente y diligente.

 

8.- El pastor busca hasta encontrar la oveja.

La oveja se pierde por descuido, no por rebeldía. Así muchos se pierden en el camino cristiano.

Simplemente se despistan, se envuelven en las cosas del mundo (trabajo excesivo, amigos no cristianos, deportes excesivos, etc.).

Muchos me han dicho, no sé que me pasó, estaba bien, pero me líe con cosas y cuando me di cuenta dejé de ir a la iglesia.

Ahora está pérdida y asustada en medio del desierto.

Cuando el pastor la encuentra, no la reprende, solo la carga y la lleva al redil.

 

9.- El hijo.

Se pierde por decisión propia, se rebela contra el padre, y quiere vivir una vida de pecado.

El padre no lo persigue, pero lo espera cada día.

 

 10.- Hace fiesta.

El pastor reúne a sus amigos y se goza por la oveja encontrada.

“Gozaos conmigo, porque he encontrado la oveja que había perdido”.

La mujer llama a sus amigas y vecinas y se goza por la moneda encontrada.

“Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido”.

El padre hace una gran comida y hace fiesta.

Hay gozo en el cielo cada vez que un pecador se arrepiente.

En el cielo no hay indiferencia, hay fiesta.

“Y comenzaron a regocijarse”.

Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (V.10).

 

11.- En la iglesia hay gozo.

No solo hay gozo en el cielo, la iglesia se goza cada vez que las personas conocen a Dios.

La iglesia se goza cada vez que alguien deja las cosas que le están destruyendo y sirve a Dios.

 

12.- Volver a Dios.

     “Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (Lucas 15:24).

Estar apartado de Dios es estar muerto.

Estar con Dios es estar vivo.

Por esto hay gozo, porque la gente pasa de muerte a vida.

Siempre que hay muerte hay tristeza, cuando hay un nuevo nacimiento hay felicidad, la familia creció, un bebé llegó.

De igual manera cuando alguien vuelve a Dios, nace de nuevo, un nuevo bebé ha llegado, hay fiesta.

 

13.- Dios ama al mundo.

Es increíble el amor de Dios hacia nosotros, Jesús vino a la tierra a buscar lo que se había perdido.

Todos nosotros estaríamos perdidos si Jesús no hubiese venido a buscarnos.

 

14.- La iglesia es el cuerpo de Cristo.

La tarea de la iglesia es buscar lo perdido.

Una moneda perdida no vale nada, no se puede canjear por nada, cuando se encuentra retoma su valor.

Una oveja perdida está en peligro, cuando se encuentra está segura.

Un hijo perdido lo pierde todo y sufre, cuando regresa a la casa hay fiesta y bendición.

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