“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21. y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28. porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos” (Lucas 16:19-31)
La vida después de la muerte es algo que ha causado atracción y curiosidad en el ser humano desde su creación.
Todas las civilizaciones tratan este tema, y todos introducen elementos diferentes, pero todas coinciden con que la vida después de la muerte es una realidad.
Veamos que nos cuenta la Biblia sobre esta etapa de la existencia.
Este pasaje nos narra unos acontecimientos que ocurrieron antes de la venida de Jesús, antes de su nacimiento, antes de su encarnación, y por supuesto antes de su muerte.
Se trata de un suceso del Antiguo Testamento, donde se nos narra el destino de los judíos antes del sacrificio de nuestro Señor en la cruz.
Con todo vemos cosas que son interesantes ya que nos ayudan a conocer un poco lo que ocurre más allá de la muerte.
El pasaje se inicia presentándonos a dos personas, una rica y otra muy pobre y enferma.
El estilo de vida de ambos dependía de sus riquezas, de forma que el rico vivía muy bien y el pobre muy mal.
Esta historia nos enseñas varias cosas:
1.- El mendigo murió primero.- Tener vida larga no es evidencia de santidad ni de cercanía a Dios.
A lo largo de la historia mucha gente santa han muerto jóvenes, es más debido a la media de vida de épocas pasadas, eran pocos los morían de mayores.
Hay casos en la historia de los que estamos más familiarizados como es el caso de Esteban, el primer mártir, que murió asesinado en Hechos 7
Otro caso es de David Brainerd que murió con 29 años de edad por su afán de predicar a los indígenas de América del Norte, y por culpa de las condiciones climatológicas se enfermó de tuberculosis y falleció.
2.- Fue llevado por ángeles.- Parece que hay ángeles encargados de recoger a los hijos de Dios para llevarlos a la presencia de Dios.
Algunos interpretan que toda la tierra está rodeada de demonios y es preciso que estos ángeles escolten las almas de los hijos de Dios.
Otros dicen que a los que no son cristianos lo vienen a recoger demonios.
No sé si estas cosas son correctas, lo cierto es que los ángeles vinieron a recogerlo.
3.- No perdió la conciencia.- A lo largo de todo el pasaje vemos como es consciente de lo que está sucediendo.
Su cuerpo quedó abajo, pero su alma ascendió al seno de Abraham.
No existe una eliminación del ser humano tras la muerte, sino un traslado de lugar y de estado.
Morir es desprenderse de una carcasa física para entrar en le dimensión del espíritu en total plenitud.
En la actualidad, mientras estamos en la tierra, podemos entrar en la dimensión del espíritu con muchas limitaciones, ya que el cuerpo supone un impedimento. Cuando partamos definitivamente estaremos al cien por cien disfrutando de la dimensión de lo espiritual.
4.- Murió también el rico.- La muerte viene para todos, nadie se escapa.
Por eso debemos prepararnos para lo que nos vamos a encontrar.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20. sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21)
Lo valioso aquí no siempre es lo valiosos allí. Lo que durante esta vida la gente común valora, no son los tesoros de allí.
Todos somos iguales delante de Dios, pero son nuestras acciones y fe los que marcan la diferencia.
En el cielo no se valoran las posiciones sociales que hayamos tenido en la tierra, ni las posesiones materiales, allí se valora la fidelidad a Dios.
Son riquezas diferentes.
(Cuento del hombre que fue al cielo con un saco de oro)
5.- Descripción del mundo espiritual.- En el Antiguo Testamento era así:
El lugar al que iban las almas se llamaba Seol que estaba dividido por “una gran sima”, algo similar a una montaña, un muro que dividía dos partes.
Una de las partes, donde iban los judíos que habían sido fieles a Dios se llama seno de Abraham.
La otra parte, donde iban los judíos infieles, se llama Hades.
Por tanto el lugar de espera, el Seol, estaba dividido en algo similar al cielo, que era el seno de Abraham y algo similar al infierno, que era el Hades.
6.- Padre Abraham.- Le dice padre porque al ser judío era descendiente de Abraham. Esto nos indica que la paternidad física no es suficiente para ser salvos, es precisa la paternidad espiritual que se recibe aceptando a Jesús como Señor y salvador de nuestras vidas.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13. los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12)
La paternidad espiritual abre las puertas al cielo, la física no es suficiente, es preciso nacer de nuevo.
7.- “A Moisés y a los profetas tienen”.- La Biblia es el instrumento de Dios para que la gente le conozca y se convierta.
Moisés y los profetas claman desde la palabra escrita para que todos los hombres vengan al arrepentimiento.
Inocentemente se cree que los milagros y las resurrecciones son lo que se precisa para que la gente se convierta, pero es erróneo, es preciso fe en la palabra.
Es por esto que Satanás se esfuerza en desprestigiar este libro, porque si la gente no entiende la importancia que tiene y llega a despreciarlo, no recibirá el mensaje de salvación y se perderá.
Jesús hizo milagros, resucitó, habló después de muerto y muchos no creyeron.
Siempre hay escusas que la mente busca si no quiere aceptar a Dios y a su palabra.