“Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? 13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. 15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal. 16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. 18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto! Jehová, pues, os dará carne, y comeréis.” (Números 11:11-18).
El pueblo de Dios ha visto las plagas, ha pasado por el mar Rojo, ha visto caer el maná, ha visto brotar agua de la roca, y ahora se queja porque no hay carne.
1.- Lo cotidiano mata lo milagroso.
Desgraciadamente el corazón del hombre tiende a estar insatisfecho, siempre quiere más, no importa los milagros que vea, ni el poder de Dios que sientan, cuando viene lo cotidiano, el día a día, tendemos a olvidarnos de lo que Dios ha hecho y nos quejamos.
Si apuntaras en un cuaderno todo lo que Dios hace contigo cada vez que actúa, sería una gran idea, ya que cuando llegue lo cotidiano podrás leerlo y recordar de donde fuiste sacado.
He visto gente tocada por Dios llorando como niños, personas que han sido rescatadas de vidas lastimosas, parecía que siempre iban a estar agradecidas, pero cuando llega lo cotidiano, cuando pasan los días, he visto como han dado la espalda a Dios y actuaban como si nunca hubiese pasado nada.
2.- Moisés se cansa.
La actitud del pueblo mata la paciencia de Moisés “¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?” (V.11).
Facilitar el trabajo pastoral ayuda al buen desarrollo de la iglesia.
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Hebreos 13:17).
3.- “¿De dónde conseguiré yo carne?”.
La clave está en el “Yo”, en realidad esto escapaba al poder de Moisés.
Estamos en una dimensión de fe donde el “yo” no puede conseguir mucho, todo depende del poder de Dios.
En el desierto no había carne, en la vida nos faltan muchas cosas que solo orando y confiando en Dios nos vendrán.
En el salmo 78, hablando de este pasaje nos dice la pregunta que hacía el pueblo de Dios “Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? (Salmo 78:19).
La contestación es Sí, Dios pone mesa en los desiertos.
4.- Moisés ve todo esto y le sobrepasa.
“No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. 15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal” (V.14-15).
Se sentía débil, incapaz de arreglar la situación y llega a pedirle a Dios la muerte.
5.- Moisés estaba equivocado.
Pensaba que no podía soportarlo, pero si podía, si Dios te pone en una situación es porque puedes soportarla.
Cuando Dios salvó a Moisés de las aguas, cuando estuvo en la corte de faraón, cuando estuvo en el desierto, todo eso era la preparación de Moisés para lo que vendría.
Si Dios te ha puesto en una situación, puedes soportarlo “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (I Corintios 10:13).
Si pasas por situaciones difíciles, eres fuerte, tienes fuerza para superarlas.
6.- Dios da estrategia.
A veces el problema está en que tenemos una estrategia equivocada o no tenemos estrategia.
Dios le da a Moisés la estrategia de delegar.
Dios es un Dios de estrategias, nosotros solo tenemos que tener comunión con Dios para que Él nos las dé, ya que son sus estrategias, no las nuestras.
7.- Delegar.
La delegación es fe, ya que es creer que otros también pueden hacer la obra de Dios.
No delegar es creer que solo tu puedes hacerlo, por tanto, es incredulidad en que Dios puede usar a otros, y por tanto orgullo.
No tengas “complejo de mesías” ni en “la trampa del salvador” no eres el único que Dios usa, el día que te mueras el mundo va a continuar perfectamente y Dios usará a otros, posiblemente a aquellos que tu piensas que no valen.
Trampa del salvador:
- “Si no lo hago yo, nadie lo hará”,
- Sensación de mérito obrando de forma “meritoria”,
- Simulan que no se sienten faltos de valor y de poder.
- Tratan de “salvar” a cualquiera que piensa que se está perdiendo. Son “ayudadictos”.
- “Las necesidades de cualquier otro son prioritarias con respecto a las mías”.
- Hablan y actúan por la persona que quieren ayudar (falta de respeto).
- Ocultan información para no dañar.
- Casarse por pena.
8.- “Tomaré del espíritu que está en ti”.
Moisés era más fuerte de lo que creía, Dios no dice “tomaré de mi espíritu”, sino que dice “del espíritu que está en Ti” (Lo que Dios puso en Moisés, también lo puso sobre otros).
Moisés era más fuerte de lo que creía, tenía el espíritu de Dios con él.
Eres más fuerte de lo que crees, si tienes grandes obstáculos es porque eres capaz de superarlos.
Nunca sabrás lo fuerte que eres hasta que pases por una situación difícil.
El hecho de que Dios lo permita es porque puedes vencer.
No es el tamaño de lo que enfrentas, lo importante es lo que Dios ha puesto en ti.
9.- Vas a vencer.
Tienes la capacidad de vencer, Dios te diseñó para que vencieras, solo tienes que ponerte de acuerdo con Dios y creerle.
Cuando estás abrumado y en presión, es porque eres más fuerte de lo que piensas.
Vas a vencer, Dios te diseñó para que vencieras.
“Diga el débil: Fuerte soy” (Joel 3:10).
10.- Gedeón.
“Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. 15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos” (Jueces 7:13-15).
Gedeón tenía que luchar con los madianitas, los enemigos de Israel robaban la comida y dejaban que la gente se muriera de hambre, eran malos y asesinos.
Dios llama a Gedeón para libertar a Israel de esta opresión, al principio Gedeón se ve pequeño, piensa que no puede hacer nada “Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15-16).
Pero Dios le había escogido porque tenía la fortaleza para vencer en esa guerra.
“Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos” (V.15).
Cuando oyó que los enemigos le tenían miedo supo que iba a vencer.
Si escucharas lo que el diablo sabe de ti, tendrías conciencia de quién eres.