Gedeón, modelo de discípulo.

“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová. 7 Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas, 8 Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre. 9 Os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra; 10 y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz” (Jueces 6:6-10).

 

El pueblo de Israel estaba bajo la opresión de Madián y claman a Dios por miedo.

Entonces Dios manda a un profeta:

 

1.- Dios habla por otros.

A veces Dios habla a través de otros y no nos habla directamente.

Buscamos que Dios nos hable y Él manda a alguien que nos diga lo que tenemos que oír.

El discípulo oye la voz de Dios a través de las personas que Dios manda.

Deseche el orgullo, entienda que Dios tiene a mucha gente útil en su reino para bendecirnos.

 

2.- Israel desobedeció.

“No temáis a los dioses de los amorreos” (V.10).

El pueblo de Israel tuvo miedo, en vez de obedecer a Dios y no tener miedo.

El miedo es un gran enemigo del ser humano ya que busca información de todos lados para tenernos en tensión y dejar de confiar en Dios y en su poder.

La Biblia nos dice “No temas”, porque cuando tengo miedo no oigo bien a Dios.

La voz de Dios a nuestras vidas nos sostiene, “la fe viene por el oír” y el miedo interrumpe esto.

El discípulo desecha el miedo y confía en Dios.

El discípulo se mete en la palabra de Dios y cree que esta va a permanecer para siempre.

 

3.- Dios llama a Gedeón.

 “Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jueces 6:11-12).

Después del profeta sin nombre, Dios llama a alguien del pueblo para usarlo como libertador.

Cuando el pueblo de Dios clama, Él va a responder.

Tal vez usted es la respuesta de la oración de alguien que necesita que le predique.

 

4.- Dios llama las cosas que no son como si fuesen.

“Varón esforzado y valiente”.

Gedeón comenzó dudando de su capacidad, tenía miedo, pero Dios le dice valiente.

Dios tiene una perspectiva de nosotros mayor de la que tenemos nosotros mismos.

Él ve nuestro futuro cuando nosotros solo vemos nuestro triste presente.

Dios ve nuestro potencial, cuando nosotros solo vemos nuestros fracasos.

 

5.- Gedeón duda.

“Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas” (Jueces 6:13).

¿Por qué nos pasa esto? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no hay milagros?

Gedeón se hacía la pregunta que la gente se hace “Si Dios existe ¿Por qué ocurren estas cosas?”.

Nuestra fe nos hace confiar, aunque tengamos problemas.

Testimonio de José María Segura.

El discípulo se mantiene con fe a pesar de las circunstancias.

El discípulo cree que Dios está al control.

 

6.- Gedeón se sabe débil.

“Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15).

Gedeón se consideraba el más pequeño de su familia y de su tribu.

Su humildad le permitió ser un instrumento en las manos de Dios.

Para hacer a alguien grande y útil, para ser utilizado por Dios, hemos de morir, rendirnos, para que luego sepamos que todo viene de Él y podamos darle la gloria a Dios.

Desde el orgullo difícilmente vamos a ser usados por Dios.

El discípulo sabe que todo depende de Dios, reconoce en Dios la dirección y el poder sobre su vida.

Si se sabe débil, si conoce su falta de capacidad, no importa, lo importante es su SÍ,

El discípulo le dice SÍ a Dios cuando le llama a pesar de ser consciente de todo lo que le falta.

     7.-Oraba.

«Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pongo un vellón de lana en la era; si el rocío estuviera en el vellón solamente, y en toda la tierra hubiera sequedad, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como has dicho.» (Jueces 6:36-37).

 

Gedeón buscó la guía de Dios a través de la oración y pidió señales para confirmar Su voluntad.

La comunicación con Dios es fundamental para discernir su dirección en nuestras vidas.

Aunque tengamos la visión principal hemos de continuar buscando la dirección de Dios.

El discípulo busca a Dios continuamente.

 

8.- Considera a otros.

«Y los de Israel se juntaron de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y siguieron a Gedeón.» (Jueces 7:23).

Gedeón reunió a un grupo de hombres para enfrentar a los madianitas, creía la importancia de la comunidad para lograr las metas de Dios.

El discípulo cree que Dios trabaja con su cuerpo, con su iglesia, y que uno solo es un miembro más del cuerpo de Cristo.

El discípulo sabe que no es “un llanero solitario”, sino que forma parte de la iglesia.

La fuerza de Dios se manifiesta en una iglesia unida.

 

9.- Derriba el altar de Baal.

 “Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; 26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. 27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche” (Jueces 6:25-27).

Gedeón toma el toro de su padre y derriba el altar de Baal.

Obedece a pesar de que tenía miedo a la reacción de la gente.

El miedo le hace actuar de noche, para que nadie lo viera.

Gedeón siguió las instrucciones de Dios, incluso cuando eran muy difíciles de llevar a cabo.

Hemos de ser obedientes incluso cuando no entendemos completamente el camino.

El discípulo cree que Dios no se equivoca y obedece cuando le pide algo.

Aunque tenga miedo actúa, que el miedo no le frene.

 

10.- Su obediencia y fe transforma a otros.

“Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él” (Jueces 6:25).

El padre de Gedeón, era adorador de Baal, incluso tenía un altar dedicado a estos falsos dioses.

Cuando la gente ve lo que ha ocurrido vienen a pedirle cuentas:

 

“Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. 31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar” (Jueces 6:30-31).

 

El adorador de Baal y de Asera ahora pide que sea Baal el que se defienda a sí mismo.

Cambió la perspectiva, entendió que si un ídolo tiene poder que lo manifieste.

Entendió que ese dios no pudo defenderse de su hijo y tal vez tampoco de nada más.

Cuando el discípulo actúa, la gente que le rodea va a ser impactada.

La vida de fe del discípulo activa la visión espiritual de los que le rodean.

 

11.- El pecado produjo el mal.

Los israelitas no entendían, que la opresión de Madián venía por su pecado.

No entendía que, si querían ser liberados de Madián, antes tenía que ser liberado de su pecado de adoración a falsos dioses.

El discípulo se aparta del pecado porque sabe que el pecado es lo que va a producir daño a su vida.

 

12.- Dios puede con muchos y con pocos.

“Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. 4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. 7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar” (Jueces 7:2-7).

A pesar de tener un ejército, Dios redujo el número de soldados de Gedeón para mostrar que la victoria viene de Él, no de nuestras propias fuerzas.

El ejército de Madián era muy grande, superior ya desde el principio ya que tenían 120.000 hombres.

El ejército de Israel era mucho más pequeño, solo tenían 22.000 hombres sin embargo Dios reduce el ejército.

De 22.000 a 10.000 y de 10.000 a 300.

Nadie puede pensar que esto es lógico, pero Dios tiene sus planes y quería hacernos entender a todos que si Él está con nosotros nada es imposible.

El discípulo cree que Dios vence con muchos y con pocos.

 

13.-Transformación.

«Y cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y volviendo al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado en nuestras manos el campamento de los madianitas.» (Jueces 7:15).

 

Gedeón pasó de ser un hombre temeroso a un líder valiente.

El discípulo es alguien que está en continua transformación.

La fe y la obediencia modifican nuestro nivel espiritual y nuestras acciones en la tierra.

14.- La Responsabilidad del Liderazgo.

«Y los hombres de Israel dijeron a Gedeón: Domínanos tú, y también tu hijo, y el hijo de tu hijo; porque nos has librado de la mano de los madianitas. Y Gedeón les respondió: Yo no os dominaré, ni mi hijo os dominará; Jehová os dominará.» (Jueces 8:22-23).

Gedeón asumió el liderazgo en un momento crítico para su pueblo.

El liderazgo conlleva una gran responsabilidad y que debemos guiar a otros con integridad y sabiduría.

Su liderazgo no era opresión a otros, sino sumisión de todos a Dios.

El discípulo sabe que está ungido para ser líder cuando Dios así lo determina.

El discípulo entiende el liderazgo como servicio y darle la soberanía a Dios.

 

 

 

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