Herederos del Rey

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza” (Romanos 8:16-20).

 

Quién eres, define lo que heredas.

 

El hijo de un rico recibirá en herencia mansiones, tierras, empresas, millones, etc.

El hijo de un pobre recibirá en herencia, en el mejor de los casos, estudios para que pueda valerse por sí mismo.

 

1.- La Identidad.

Sócrates dijo: “Conócete a ti mismo”.

Los cristianos tenemos que conocernos, saber quienes somos, porque somos hijos de Dios.

En un mundo de dudas, de falta de identidad, el Espíritu Santo nos da la certeza de nuestra nueva identidad.

Hay cristianos que creen en Dios, pero no están seguros de su identidad como hijos.

 

En la novela La hija del marqués, de Alejandro Dumas, un médico de los pobres, ha recogido y criado a una niña huérfana y llamada Eva.

Eva, crece y se casa, y fortuitamente descubre su verdadera identidad a través de un diario, se entera de que no es una huérfana de origen desconocido, sino la hija legítima de un rico viudo, un Marqués.

El Marqués, al enterarse de la existencia y paradero de su hija, la reclama.

Vivió gran parte de su vida sin saber su origen, y al final de su vida descubre quien es en realidad.

 

Hay cristianos que viven la vida sin saber de quien son hijos, Pablo nos dice que somos hijos de Dios, y que el Espíritu Santo nos da testimonio de esto.

¿Cómo da el Espíritu Santo testimonio?

 

1.-Con una convicción profunda que Dios le da.

2.- Como consecuencia del cambio que el Espíritu Santo produce en su vida.

El fruto del Espíritu se manifiesta (Gálatas 5:22-23).

3.- Con la comunión que tiene con Dios, y que cada día siente en su vida, ya no siente a Dios como un juez, sino como un padre.

 

2.- La Herencia.

“Y si hijos, también herederos” (V.17).

Si nuestra identidad es ser hijos, entonces la consecuencia legal es ser herederos.

Quien eres, define lo que heredas.

 

Herederos de Dios:

¿Qué puede heredarle Dios?

Un rey deja de herencia a su hijo el reino, Dios nos deja como herencia el reino de Dios.

Usted disfruta de las bendiciones del reino de Dios.

“El reino de Dios está entre vosotros”.

Ya no está en el cielo únicamente, ahora Dios reina en medio nuestro, el Rey vino y el Rey reina.

 

3.- La Esperanza.

Quien eres, define lo que heredas, y lo que heredas da esperanza.

Cuando las cosas no van como queremos, hemos de recordar quienes somos, y de quien vamos a recibir herencia.

 

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (V.18).

 

a.- «Aflicciones del tiempo Presente».

Pablo reconoce la realidad del sufrimiento, no niega el sufrimiento, usa la palabra, «aflicciones».

Todos experimentamos aflicciones: enfermedades, pérdidas, desilusiones, luchas diarias, injusticias.

El cristiano no niega la realidad, sino que vive más allá de ella.

 

Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen” (Romanos 4:17)

 

Las que no son como si fuesen, esto es fe.

Pero no llama las cosas que son como si no fuesen, esto es vivir fuera de la realidad.

Estas son las «aflicciones del tiempo presente«, dolores reales, pero con una característica: temporales.

El sufrimiento tiene un «tiempo limitado», y por supuesto tiene un final.

b.- «Gloria venidera».

El apóstol usa la frase «tengo por cierto no está especulando; está declarando una verdad segura.

    ¿Qué es esta gloria?

Es una gloria que se «ha de manifestarse en nosotros”:

  • Ser libres del pecado.
  • Ser libres de la corrupción.
  • Participar plenamente de la presencia de Dios.

c.- “No son comparables”.

Esto no significa que el dolor va a ser pequeño, sino que la gloria que va a venir va a ser tan grande que no puede ni compararse.

 

Si el sufrimiento pesa cinco kilos, la gloria pesara como el Everest.

Si el sufrimiento es un grano de arena, la gloria venidera será una playa entera.

Es como una balanza, si pones los sufrimientos de hoy en un plato y lo que vendrá, siempre va a caer a tu favor.

 

d.- Mira hacia adelante.

Cuando venga el dolor, recuerde que es una aflicción del tiempo presente.

No permita que lo temporal defina su fe o robe su gozo.

Las aflicciones son reales, pero la gloria es más real.

Las aflicciones son temporales, pero la gloria es eterna.

Viva hoy con los ojos puestos en esa gloria.

Por tanto, no esté mirando lo malo por lo que pasa, sino mire hacia adelante, mire al futuro.

 

Es como conducir en bicicleta, no puedes mirar la rueda, te caes, tienes que mirar hacia adelante.

 

4.- “La manifestación”.

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios” (V.19).

La palabra usada aquí es “Apocalipsis”, que traducido es revelación, quitar el velo.

La manifestación de los hijos de Dios es el momento en el que lo que está oculto se mostrará.

 

En el mundo gobiernan los ricos y los políticos, parece que nosotros no existimos, porque nuestra esencia está tapada, está oculta, pero un día va a ser destapada y todos se darán cuenta del engaño en que vivieron.

Llegará el momento en que esta identidad tapada, será vista por todos, será destapada y todos entenderán que nosotros escogimos la mejor parte, que convertirse a Jesús, es la mejor opción que el ser humano puede hacer.

El rey tiene ahora una corona, pero cuando se muera se la quitan y nos la ponen a nosotros.

Ahora nosotros se lo decimos, en aquel entonces ellos lo verán con sus propios ojos.

 

5.- “El anhelo ardiente de la creación”.

La creación misma, el mundo que vemos, está bajo una maldición debido al pecado humano.

Pablo nos dice que la naturaleza está esperando con ansia nuestro momento de gloria.

Cuando los hijos de Dios seamos glorificados, la creación será liberada de su esclavitud y restaurada.

Nuestra glorificación es el evento cósmico que desencadenará la restauración de todo el universo.

 

 

 

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