“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (II Corintios 6:14-7:1).
Después de Pentecostés el evangelio se extiende por todo el mundo conocido: Asia Menor, norte de África, Europa.
Se forman comunidades cristianas en todos los lugares del imperio romano, en Grecia también.
Corinto era una ciudad griega, con cultura griega y con pecados griegos. Y allí se formó una comunidad cristiana a la que Pablo escribió dos epístolas.
Esta es la segunda y podemos ver las siguientes cosas en este pasaje:
1.- Cuando el evangelio llega produce crisis.- El evangelio no llega y deja todo igual.
Cuando el evangelio llega las cosas cambian.
Si las cosas no han cambiado en tu vida no llegó el evangelio.
Los griegos de Corinto reciben a Jesús, pero la sociedad en la que se encuentra es idolátrica e impía.
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada” (Mateo 10:34)
Es necesaria la confrontación con el pasado si queremos ser vencedores en el futuro.
La presión social dañaba a los corintios. Esta gente se mezclaba con los paganos, no cortaban con el pasado.
“Ponían una vela a Dios y otra al diablo”.
La mezcla les dañaba porque mezclaban cosas que no “maridaban”.
2.- Pablo pone ejemplos.- Dios y tinieblas, Cristo y Belial, Templo de Dios y de los ídolos.
a.- Luz y tinieblas.- ¿Luz y oscuridad unidas? Si hay luz no hay oscuridad y si hay oscuridad no hay luz.
Son incompatibles, es más la ausencia de una indica la presencia de la otra.
b.- Cristo y Belial.- Dios y el diablo.
Igual que la luz y las tinieblas son incompatibles también Dios y el diablo.
Son opuestos en esencia, en voluntad, en deseos y en propósitos.
c.- Templo de Dios y el de los ídolos.- Son edificaciones dedicadas a fines opuestos.
“No todos los caminos conducen a Roma” unos llevan a Dios y otros al diablo.
Tertuliano.- En la iglesia primitiva había un hombre que trabajaba en un lugar que a Dios le desagrada y hablando lo justificaba diciendo: “De algo tengo que vivir”.
Tertuliano le contestó: “¿Estás seguro que tienes que vivir?”
3.- Sois templos de Dios.- Pablo da un salto y pasa del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento Dios estaba en el templo físico de piedra.
En el Nuevo Testamento Dios está dentro de nosotros.
En Pentecostés el Dios que hizo los cielos y la tierra, en la persona del Espíritu Santo se introdujo dentro de los creyentes para morar y manifestar su presencia.
“La Shekiná” de Dios se manifiesta de forma real en la vida del cristiano.
La columna de fuego y la nube se manifiesta en nuestro interior y nos dirige a donde movernos.
Dios nos dirige a través de su presencia en nuestro interior: “Habitaré y andaré entre ellos y seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
El templo estaba en Jerusalén, ahora está en todos los lugares del mundo.
La manifestación de Dios se realiza a través de los dones y de los ministerios.
El fuego de Dios inunda al hijo de Dios y se manifiesta fuera gracias al poder del Espíritu Santo.
4.- Quitar lo que le impide la entrada.- “No toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré”.
Dios quiere recibirnos pero nosotros hemos de abrirle la puerta quitando todo lo que impide nuestra entrada.
Deje todo lo que estorba su entrada, quite esas mezclas extrañas y Dios entrará en su vida.
5.- Hijos e hijas.- “Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”.
Tener a Jesús nos hace hijos de Dios.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
“Hijas”.- Lenguaje inclusivo. En el mundo tremendamente machista en el que vivía Pablo, dice algo tan revolucionario como Dios habita en hombres y en mujeres.
La obra de Dios ya no es función solo de una clase sacerdotal de varones.
Todos los seres humanos son llamados a recibir a Jesús y a hacer su obra.
6.- Dejar lo mundano.- “Y no toquéis lo inmundo”.
Hemos de pasar a otro nivel, el de Dios.
Hemos de aprender a servir a Dios dejando lo que antes hacíamos que a Dios desagrada.
¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?
Frederick Nicholas Charrington (4 de febrero de 1850 – 2 de enero de 1936) heredó una fortuna procedente del negocio familiar de las destilerías de Wisky.
Un día dando un paseo vio como un hombre golpeaba a una mujer que trataba de impedirle la entrada a una taberna.
Cuando fue a ayudar a la señora vio que sobre la puerta estaba escrito su nombre, ese lugar de venta de alcohol era de su propiedad.
Eso cambió su vida: “Con este puñetazo no solo dañó a su esposa sino que me puso a mí fuera de aquel negocio para siempre”.
Donó su fortuna para de esta forma evitar tocar un dinero ganado de esta manera. Abrió una escuela para gente sin recursos y estableció muchas iglesias y fundó centros de rehabilitación para alcohólicos.