Toma tu Jericó

“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. 2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. 3 Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. 4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas” (Josué 6:1-4).

 

Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente. 10 Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis” (Josué 6:9-10).

 

Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. 16 Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad” (Josué 6:15-16).

 

Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron” (Josué 6:20).

 

La vida está llena de conquistas y derrotas, el ser humano ha de conquistar, la mayoría de lo que tenemos requiere esfuerzo.

El carácter, el dominio propio, la santidad, la cercanía a Dios son áreas de su vida que hay de conquistar.

Si se deja ir, usted será conquistado, si pelea usted conquistará.

La vida es conquistar o ser conquistado.

 

En este pasaje vemos como Israel, después de estar 40 años en el desierto, cruza el Jordán y llega a la tierra prometida.

 

1.- Lo primero que te encuentras va a estar cerrado.

La primera ciudad que se encuentran es Jericó.

“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía” (V.1).

No espere que las cosas sean fáciles, no espere que cuando tenga que conquistar algo en su vida todo va a ser sencillo, va a encontrar la ciudad cerrada, los muros elevados van a impedirle tomar aquello a lo que Dios le dirige.

 “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16:32). Mejor que tomar Jericó.

 

2.- Aférrese a la promesa.

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra”.

Josué tenía que conquistar, la ciudad estaba cerrada, los muros eran elevados, pero Dios le había dado la promesa de que iba a conquistar Jericó.

Si Dios promete algo Él lo va a cumplir.

No se fije en lo que ve, crea la promesa de Dios.

 

3.- Espere el momento de Dios.

Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días” (V.3).

En la vida siempre esperas algo: sueños, eliminación de problemas, servicio en la iglesia, etc.

Cuando oramos por algo, Dios establece el momento oportuno para que su oración se cumpla.

No se preocupe, Dios tiene sus momentos.

Los israelitas tuvieron que dar siete vueltas ¿Por qué no, sin vueltas? ¿Por qué no, una sola?

Siete días de vueltas “innecesarias”, pero Dios tiene su tiempo, no se preocupe si las cosas no llegan pronto.

 

“Pero los que hemos creído entramos en el reposo” (Hebreos 4:3). Después de pedir, entra en el reposo de Dios, no entres en la inquietud de tu corazón, deja que el reposo de Dios llegue a tu vida mientras esperas.

 

Oramos por un templo en Sevilla, oramos, lloramos, atamos, desatamos, pedimos terrenos, vertimos aceite en lugares, hicimos de todo durante 20 años y el templo no llegaba. Pero el momento llegó.

 

Dios ya ha puesto la fecha a su oración.

Dios ya ha puesto la fecha en la que aquello por lo que pelea llegará.

Dios ya ha puesto la fecha para esa novia.

Dios ya ha puesto la fecha para ese trabajo.

Dios ya ha puesto la fecha para que su problema de carácter se quite.

Solo espere.

 

(Hermana) Iba a ver a una hermana en el hospital, aparqué en un lugar que tenía limitación de horas, tuve que esperar en el coche 10 minutos, además tenía un problema de rodillas y tuve que ir lento, no podía ir por el atajo que normalmente tomaba por estar cerrado la parte de los estudiantes de medicinas por las vacaciones, tuve que pasar por la zona de urgencias. Y allí me encontré con otra hermana que iba a entrar en el hospital y pude orar por ella.

Dios lo preparó todo para que las oraciones de angustia de la hermana se hicieran realidad.

 

Si aún no ha llegado la respuesta a su oración no significa que las cosas estén mal, solo tiene que esperar.

Tenga paz, la fecha ya ha sido establecida por Dios.

 

Oraciones equivocadas. A veces oramos por algo y o no es ni lo correcto o no es el momento.

Hubo un hermano que oraba por una esposa, la vio y se enamoró de la muchacha, estuvo orando, pero todo eran problemas, la cosa no iba como el quería. Así que después de desanimarse, dejar todas las ilusiones, y dejar que aquella muchacha en su corazón, después de un año, Dios trajo una mujer estupenda a la iglesia con la que se casó.

Su oración con la primera muchacha no se contestó porque Dios tenía una mejor. Muestras oraciones a veces son muy pequeñas y Dios quiere darnos mucho más.

Dios conoce el futuro, espere en Dios y deje que Él le de la persona perfecta (por cierto, la primera muchacha se desvió de los caminos del Señor, e hizo de su vida un desastre).

Con el tiempo podrá mirar atrás y dará gracias porque Dios no contestó sus oraciones equivocadas.

 

“A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12). La fe y la paciencia, espere pacientemente el momento de Dios.

 

4.- Tiene que estar preparado.

Para recibir las cosas de Dios tiene que estar preparado.

Los israelitas tuvieron que estar 40 años dando vueltas a una montaña para estar preparados y entrar en la tierra prometida.

Después de los 40 años, atravesaron el Jordán, y se encontraron con Jericó.

Usted tiene que estar preparado para recibir lo de Dios.

Yo no puedo darle un cuchillo jamonero a un niño de 2 años, tengo que esperar a que madure para que pueda hacer uso de eso.

 “En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores” (Salmo 31:15).

 

5.- Se mantuvieron quietos.

Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente” (V.9).

Tenían armas, pero no las usaban.

Todos tenemos armas, todos tenemos maneras de pelear, si alguien nos ataca podemos gritar, hacerle la vida imposible a la otra persona, podemos criticar, podemos difundir bulos y mentiras acerca de la persona que nos hace daño.

Tenemos armas, pero no las use, toque las trompetas, alabe a Dios, de gracias a Dios, espere.

No se adelante, espere, no use las armas cuando Dios quiere que alabe, tenga paciencia y espere.

Un biscocho tiene que estar el tiempo correcto en el horno, si se saca antes pierde la esponjosidad y deja de estar en condiciones.

Dios tiene sus tiempos, obedezca y no se apresure.

“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra” (Salmo 46:10).

 

6.- Fe y obediencia

La conquista de áreas de nuestras vidas se cimenta en la fe y la obediencia.

La fe y la obediencia van de la mano.

No se puede tener fe y ser desobediente.

La gente de fe son los que obedecen, los que dicen que tienen fe y no obedecen, solo “dicen que tienen fe”.

Algunos cuando ven que la oración no llega, desobedecen.

Sara y Abraham tuvieron la idea de tener un Ismael, en vez de esperar a Isaac.

 

7.- El poder de Dios viene a los que esperan.

“Y el muro se derrumbó” (V.6).

Las murallas no caen por la fuerza militar de Israel, sino por el poder de Dios.

Confíe en Dios aún en las circunstancias más difíciles y verá el poder de Dios.

Los muros van a caer, solo espere, tenga fe y obedezca a Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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