“Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. 2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. 3 El le dijo: échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. 4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. 5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. 6 Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. 7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. 8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. 9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra” (Éxodo 4:1-9).
Resumen. – Dios se manifiesta a Moisés en la zarza y le habla dándole órdenes acerca de lo que tiene que hacer a partir de ahora.
Moisés es golpeado por la revelación de Dios, no se cree capaz de la encomienda “¿Quién soy yo?”
“Yo estaré contigo” mostrando que la pregunta no es ¿Quién soy yo? Sino ¿Quién está contigo?
Cuando Dios le convence, inicia hablando de las dudas que pueden tener los judíos al oírle.
1.- Moisés duda de la respuesta de los judíos.
“Ellos no me creerán” Dios le está diciendo que libertará a su pueblo, que saldrán de Egipto, que despojarán a los egipcios, pero Moisés duda.
Cuando dependemos solo de nosotros y Dios, el tema no es muy complicado, pero cuando el proyecto es trabajar con gentes de distintas opiniones que tú, la cosa se complica.
Dios nos proyecta a empresas tan grandes que a veces puede que dudemos.
Dios nos manda a proyectos que nosotros no podemos realizar, para que le demos la gloria.
Dios no se enfada con Moisés, sino que pacientemente le da tres herramientas para convencer a los judíos: la vara, la mano y el agua.
2.- Moisés dudó, temiendo la duda de otros.
El temor a la duda de otros, a la reacción de otros, nos hace dudar a nosotros.
La incredulidad es un obstáculo a que la obra de Dios se realice.
Siempre que alguien decide no creer está frenando el avance del reino de Dios.
Moisés conocía el corazón humano, de hecho, eso fue lo que ocurrió, tuvo que recurrir a las tres herramientas que Dios le dio porque el pueblo dudó.
Si vas a servir a Dios tenga en cuenta:
a.- La gente va a dudar, no va apoyarte porque tu lo desees (Ni a Moisés le apoyaron).
b.- La duda de otros no debe pararnos.
c.- Dios dará herramientas para vencer las dudas de los demás. (Testimonio con familiares, algunos que dudaron se convirtieron cuando vieron en marcha las herramientas que Dios dio al cristiano)
3.- Lo cotidiano elevado al nivel de sublime.
“¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara”.
Dios va a usarnos con lo que tenemos en nuestras manos.
No siempre va a repetirse lo de la zarza, también vamos a vivir en lo cotidiano y es allí donde Dios quiere hacer maravillas.
Dios habla por los niños, por las hojas de los árboles, en el trabajo, en el viaje en autobús, Dios habla desde lo simple y usa lo simple.
¿Qué tienes en tu mano? ¿Es tu trabajo? ¿Es una habilidad en informática? ¿Es una escoba? ¿Es la educación de tus hijos? ¿Es impartir el discipulado?
Lo que tienes es lo que Dios va a usar, si tú andas en fe y crees a Dios, Él usará lo que tienes en tu mano.
4.- Tres herramientas.
Vara, mano y agua, que se convierten en serpiente, lepra y sangre.
La serpiente representa a Satanás. “La serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9).
La lepra representa al pecado.
La sangre representa el sacrifico de Cristo.
La serpiente es controlada por Moisés, el pecado es borrado y la sangre llena todo Egipto.
Dios nos ha dado tres herramientas:
a.- La capacidad de tomar a Satanás y detenerlo. Podemos tomar a la serpiente y esta tiene que pararse.
“Las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia” (Mateo 16:18).
Satanás es vencido por Dios.
El cristiano tiene el poder de tomar a Satanás y pararlo.
Fíjate que lo toma por la cola “tómala por la cola” esta es la parte por la que nunca tomaría una serpiente uno que trate con ellas, las toman por el cuello para evitar que les muerda. Nosotros podemos tomarla por donde queramos, incluso por la cola, Dios está con nosotros y ha desactivado el poder del diablo.
b.- Pecado limpiado. La lepra desaparece, no permanece en la mano de Moisés.
El pecado puede aparecer para va a ser quitado de nuestras vidas.
No hay pecado que Dios no pueda hacer desaparecer de ti.
c.- La sangre extendida. La sangre no son unas pocas gotas, se extiende por todo Egipto.
La sangre de Jesús es para todos, hay suficiente sangre para salvar a toda la humanidad.
Estas tres herramientas son una prueba de que Dios está con nosotros y nos ha hablado.
Satanás se nos somete, el pecado es borrado y la sangre de Jesús nos salva.