Apartarse para vivir.

“Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. 18 Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. 19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. 20 Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos”. (Ezequiel 33:17-20).

 

1.- Zaqueo.

En lucas 19, vemos a un hombre rico, recaudador de impuestos, llamado Zaqueo.

Por su baja estatura se sube a un árbol para ver a Jesús.

Jesús lo llama y va a comer a su casa, el impacto es tan grande que Zaqueo cambia de vida.

“He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham” (Lucas 19:8-9).

Zaqueo conoce a Jesús, y hay un arrepentimiento, un cambio total en su vida.

Salvación y cambio van de la mano.

 

2.- Acusación contra Dios.

En el pasaje de Ezequiel vemos lo siguiente:

“Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto” (V.1)

El pueblo de Israel, en el exilio, decía que los caminos de Dios no son justos.

Pensaban que la situación por la que estaban pasando no era justa.

Ellos esperaban la protección de Dios y esa protección no llegó.

El problema no era Dios, sino el corazón endurecido de Israel.

La gente que desprecia el camino de Dios es gente que ha comenzado a andar separado de Dios.

 

3.- Dios es Justo.

Dios, a través de Ezequiel, responde que la injusticia no está en Él, sino en el pueblo de Israel.

El pueblo de Dios había abandonado los caminos de Dios y por tanto estaban recibiendo las consecuencias.

Dios es justo e imparcial, juzga a las personas de manera individual y a todos les abre la puerta para que se arrepientan.

Él no hace acepción de personas, no se deja impresionar por títulos o logros personales.

Él mira la sinceridad del corazón.

Zaqueo era rico, la mayoría de los apóstoles eran pobres, Dios no mira lo que tienes, Dios mira el corazón.

 

4.- El camino de Dios.

 “En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en él esperan” (Salmo 18:30).

El camino de Dios es perfecto, todo lo que Él nos dice que hagamos es para nuestra bendición.

 

 “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).

La palabra de Dios nos alumbra el camino de nuestra vida.

Moody dijo: “O bien el pecado nos apartará de este libro, o este libro nos apartará del pecado”.

 

5.- Nuestras decisiones marcan nuestro destino.

“Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos” (V.20).

Si decidimos ser fieles a Dios seremos bendecidos.

Si decidimos no ser fieles a Dios tendremos problemas.

Cada persona es responsable de sus decisiones.

No se puede excusarse en la culpa colectiva.

Dios nos juzga a cada uno individualmente.

 

6.- Arrepentimiento.

Nadie puede estar tan perdido que no pueda recibir la misericordia de Dios si se arrepiente.

Arrepentimiento no es un sentimiento, es cambiar de camino, es dejar de hacer lo malo que se hacía antes.

Nunca es tarde para regresar al camino de Dios.

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

 

Lee Strobel, era periodista de investigación en el “Chicago Tribune”, y ateo declarado, despreciaba la fe cristiana.

Su esposa conoció a Cristo y comenzó a ir a la iglesia.

Strobel al principio se enojó, pero decidió utilizar sus habilidades periodísticas para refutar el cristianismo.

Durante casi dos años investigó la historicidad de Jesús, su resurrección, y la veracidad de la Biblia.

En lugar de encontrar argumentos para destruir la fe cristiana, encontró evidencias que le convencieron de que Jesús es real.

En 1981 entregó su vida a Cristo.

Ha escrito libros como “el caso de Cristo”, “el caso del creador y el caso de la fe” que ha ayudado a millones a conocer al Señor.

En la actualidad predica, enseña y defiende la fe cristiana.

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

 

George Foreman, campeón de boxeo, atrapado en la fama. Despreciaba a los cristianos porque pensaba que el cristianismo es una forma de debilidad.

Después de una experiencia cercana a la muerte entregó su vida a Cristo y comenzó a pastorear en una iglesia.

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

 

Nichy Cruz, era pandillero, violento, asesino. Tras escuchar el evangelio a través de David Wilkerson se rindió a Jesús y ahora predica el evangelio por todo el mundo a pesar de que tiene más de 80 años.

Y otros muchos desconocidos que han cambiado sus vidas para seguir al Señor.

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

 

Agustín de Hipona (año 354-430 d.C.), tuvo una madre cristiana que oraba constantemente por él, pero en su juventud vivió apartado de Dios, pecando, y llevando una vida disoluta.

Finalmente, el vacío de la vida en que vivía le golpeó, (las oraciones hacen efecto) y leyó en la Biblia:

“Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:13-14).

Este texto penetró en su corazón, la palabra actuó en él, se arrepintió, cambió de vida, y se convirtió en uno de los mayores teólogos de la historia de la iglesia.

 

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

Otros: Alice Cooper, Vico C, el Puma, Oscar Osorio (de exguerrillero de las Farc a pastor), ex drogadictos, ex delincuentes.

 

7.- Arrepentimiento es cambio.

Arrepentimiento no son sentimientos, ni lágrimas, arrepentimiento es dejar la vida antigua y recibir la vida de Dios.

“Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello” (V.19).

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