” Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.”
(Hebreos 11:27)
– Moisés vé a Dios en la Zarza, tiene la visión del Dios eterno, y esto hace que él aprenda a continuar viendo a Dios en otras circunstancias. Detrás de cada plaga veía a Dios, detrás de un ejército persiguiéndole veía a Dios, y Dios le sostenía con la visión de su presencia.
– El problema de muchos es que no son capaces de ver a Dios detrás de las circunstancias. No ven a Dios detrás de una enfermedad, detrás de un problema económico, o de una desgracia eclesial.
– No ven a Dios tratando con ellos, no ven que Dios quiere obrar en sus vidas a través de circunstancias adversas. No ven que Dios quiere manifestar su gloria.
– Hoy vamos a ver la vida de un personaje, además de la vida de Moisés, vamos a ver la vida de Abirán. Abirán pertenecía al pueblo de Dios, había sufrido la esclavitud por años, toda su familia eran esclavos.
– Cuando llega Moisés oye “El es el libertador, el nos va a libertar”. Cuando Moisés llega a Egipto, Abirán ve en Moisés el libertador que esperaba y se goza.
– Cuando Moisés reune a todo el pueblo para comunicarle sus planes en Exodo 4:29-31 “Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. Y el pueblo creyó, y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.”. , Abirán se goza, y aplaude emocionado.
– Pero Faraón se pone duro “Y él respondió: Estais ociosos, si ociosos, y por esto decís: vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová. Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo. Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día. Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de elllos cuando salían de la presencia de Faraón, les dijeron: Mire Jehová sobro vosotros, y juzgue; pues nos habési hecno abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.” (Ex 5:17-21) Abirám se queja, se lamenta, piensa que se ha equivocado al pensar que Moisés era el libertador,
– Pero Moisés ve a Dios Ex 5:22 “Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor- ¿por qué afliges a este pueblo? ¿para que me enviaste?” Moisés sabe volverse a Dios y Dios le contesta “Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuere los echará de su tierra” (Ex 6:1)
– “Y Jehová dijo a Moisés: Día a Aarón: toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vaos de madera como en los de piedra.”( Ex 7:19) Aarón extiende su vara sobre el rio y todas las aguas se convierten en sangre.
– Abirán queda impresionado por el poder de la vara, por el poder de Dios. Ve a Dios en el milagro. Muchos ven a Dios en los milagros y no lo ven en los problemas.
– Despues de esto vienen las plagas de las ranas, de los piojos, de las moscas, del ganado, de las úlceras, del granizo, de la langosta, de las tinieblas.
– Y por último la de los primogénitos. Dios habla a Moisés y todo Israel marca con sangre el dintel de las puertas, y el angel de la muerte pasa de largo por la casa de Abiram
– Ahora Abirám es uno de los más fervientes seguidores de Moisés.
– ” E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová como habéis dicho. Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mï” (Ex 12:31-33) Faraón les da permiso e Israel parte de Egipto. Abirán danzaba y cantaba.
– “Y cuando faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacad para que muramos en el desierto? ¿ Por que has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.” (Ex 14:10-12) Abirám pasa de ser admirador de Moisés a pedirle cuentas a Moisés. Pone su mira en los ejercitos egipcios en vez de en Dios.
– “Y Moisés dijo al pueblo: No temais; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los vereis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Ex 14:13-14) Moisés sabe mirar a Dios detrás de los egipcios. El se sostiene viendo al invisible, y los israelitas pasan el mar Rojo. Todo es gozo y alegría, Abirán danza, ha visto la mano de Dios abriendo el mar Rojo.
– “Entonces el pueblo murmuró contra Moisés y dijo: ¿Que hemos de beber?” (Ex 15:24) Abirám se levanta enfadado, su familia, lo que más le duele, no puede beber ese agua amarga, incluso uno de sus hijos ha enfermado al beberla, y por eso se queja y murmura contra Moisés.
– (Ex 15:26) “Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta plameras; y acamparon allí junto a las aguas” Moisés Clama a Dios, mira a Dios y Dios les lleva a Elim donde el agua es dulce.
– (Ex 16:2-3) “Y Toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desiertoy les decían los hijos de Israel: Ojalá bubierammos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.” Abirám mira la falta de comida
– “Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo” (Ex 16:4) Moisés mira a Dios y Dios manda el maná
– En Exodo 20 vemos como Dios le da la ley a Moisés mientras el pueblo está abajo adorando al becerro.
– (Números 16:1-3) “Coré hijo de izhar, hijo de Coat, hijo de leví, y Datán y Abirán hijos de Rubén tomaron gente. Y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación de los del consejo, varones de renombre. Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron; !Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová: ¿porque pues, os levantais vosotros sobre la congregación de Jehová?” La rebelión se disfraza de espiritualidad. Ellos también son santos ¿Quien es Moisés para decirles nada a ellos, cuando ellos pueden recibir de Dios.
– La queja cuando se disfraza de espiritualidad se convierte en rebelión abierta.
– Abirán ve a Coré, le parece fabuloso lo que dice, está de acuerdo, Coré le habla de como él recibe de Dios, le da varias profecías, y Abirám se convierte en uno de los 250 seguidores de Coré, que han a hacerle frente a Moisés.
– (Numeros 16:12-14) “Y envió Moisés a llamar a Datán y Abirám, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá” “¿Es poco que nos hayas hecno venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? Ni tampoco nos has metido tí, en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas ¿sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos”
– Abirám veía: 1)Desierto, 2)A Moisés como un dictador, 3)un Moisés mentiroso (no estaban en la tierra que fluye leche y miel. Por tanto se veían con el derecho de: 1)No obedecer 2) hacerle frente a Moisés
– (Números 16:31-34) “Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, contodo lo que tenían descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. Y todo Israel, los que estaban en derredro de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra” Triste fin para Abirám, triste fín para el hombre que tenía razón, porque no miró a Dios, sino que miró a las circunstancias, al agua, a la falta de comida, o las revelaciones de Coré.