“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34. Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35.Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre” (Juan 8:31-35)
Vivimos en un mundo de relativismos, todo el mundo dice tener la verdad.
Es difícil encontrar un referente que dé seguridad, todo ha ido cayendo a nuestra derecha e izquierda. Todo lo que antes era una verdad indubitable, ahora está puesto en tela de juicio.
Ya la verdad no es algo que se busca para entender cuál es la realidad que debe gobernarnos, sino que se busca nuestros intereses y luego se busca una verdad que les apoye.
Por esto es absurdo razonar sobre ciertos temas con ciertas personas, no importa los argumentos que les des por muy científicos y auténticos que sean, si a ellos no les interesa, simplemente no van a aceptarlo.
Los políticos cambian de verdad con tanta frecuencia y velocidad que da vértigo.
La gente miente de forma compulsiva porque no les importa la verdad.
Vivimos en un mundo de medias verdades en el que muchos se justifican con mentiras.
Antonio Machado dijo: “Tu verdad no, la verdad; y ven conmigo a buscarla”.
Pareciera que la verdad es como arena que se escapa entre los dedos por ser difícil de atrapar.
Antiguamente los filósofos buscaban la verdad, ahora ni ellos saben que buscan.
Ante esta situación nos encontramos que en la Biblia, Jesús no cuenta en estos versículos la forma de encontrar la verdad.
Sorprendentemente veremos que la verdad no es algo a lo que se llega razonando, aunque tengamos que razonar.
Hay un proceso espiritual aquí descrito para llegar a la verdad y Jesús nos lo descubre.
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
A.- Eran judíos que habían creído en Jesús.- Aún en la etapa de Creer en Jesús se está lejos de la verdad.
Creer en Jesús es un primer escalón para llegar a la verdad, pero no es la meta, no es lograrlo, aún falta.
Algunos se quedan aquí, se conforman con esto, pero si bien ahora están más cerca de la verdad de lo que estaban antes, aún están lejos.
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19)
Creer es importante, pero puede ser nada si uno tan solo se queda aquí.
B.- Permanecer en la palabra.- “Si vosotros permaneciereis en mi palabra”.
El segundo escalón es permanecer en la palabra.
Una cosa es oír y otra permanecer.
Oír no conlleva compromiso, uno oye de todo y luego según oye desoye.
Permanecer es un paso más a oír es quedarse en ella.
Ya no voy por ahí oyendo nuevas palabras aunque las oiga, ya me quedo meditando seriamente en esta.
He oído algo diferente y permanezco en esto.
Una cosa es pasar por una calle y otra vivir en ella.
Permanecer significa establecer raíces, plantarse allí, profundizar más.
Si se hace esto, Jesús me llama discípulo.
Ser discípulo es ser un seguidor, un aprendiz. El que todo lo sabe no va a poder aprender.
Se acabó lo que se sabía, ahora adopta una nueva información.
El discípulo cree en el maestro, le oye y le obedece.
C.- Conoceréis la verdad.- Cuando uno obedece a Dios, cuando acepta a Jesús como su maestro, cuando le sigue, sorprendentemente la verdad va a venir a usted.
El ser humano no está capacitado para conocer la verdad, porque nunca tiene todos los datos para tener el juicio correcto, pero el que sigue a Jesús, comienza a recibir verdades pequeñas y grandes, revelaciones de lo alto llegarán a tu vida.
Se marcará una diferencia de pronto empezará a entender cosas ocultas para usted, un mundo nuevo se abrirá y usted mismo se sorprenderá.
D.- La verdad nos hará libres.- Esta afirmación tal como está no es correcta, ya que la verdad no libera a nadie, aunque si tomamos esta parte del versículo parezca que sí.
Lo que libera es la verdad que conocemos “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
La verdad en si es algo que está ahí, pero no produce reacción en nosotros, solo nos afecta si la conocemos.
Creamos en Jesús, y permanezcamos en su palabra.
1.- Ceguera espiritual.- Ante lo que oyen, los judíos reaccionan: “Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie”.
Creían que tenían la verdad, pero estaban en la mentira.
Los judíos habían sido esclavos de Egipto, Asiria, Babilonia, Grecia, y en la actualidad de Roma.
No veían la realidad porque no conocían la verdad.
No conocer la verdad lleva a las personas a cometer errores tan garrafales como ver una realidad diferente de la que es.
2.- Linaje de Abraham.- Descendientes de Abraham, la fe de tus padres no vale para ti.
Cada uno ha de tener un encuentro con Dios.
3.- Esclavo es del pecado.- “todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”
Un esclavo no tiene libertad, el pecado esclaviza y todo lo que te esclaviza te quita la libertad.
La esclavitud que produce el pecado te impide actuar en libertad.
La gente no es libre, hace lo que quiere, pero no sabe lo que quiere, o quiere lo que otros le inducen que quiera.
Para ser libre uno ha de dejar la esclavitud.
Somos libres de hacer lo que queremos, pero no de evitar las consecuencias de lo que hemos hecho.
4.- Esclavo o hijo.- “Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre” (V. 35)
En la sociedad de aquel entonces había esclavos en las casas, los esclavos según la ley judaica, al cabo de 50 años tenían que ser declarados libres. No existía la esclavitud permanente.
Pero los hijos son siempre hijos, no es un estado que pueda eliminarse de un plumazo, ni por decisión propia, uno es padre siempre y uno es hijo siempre.
Este es el reto, ser esclavo o ser hijo.
Dios quiere que usted sea su hijo, no su esclavo.
Si sirve a Dios, el Espíritu de Dios le separará de todo lo que le esclaviza.