“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah.
4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. 5 Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. 6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. 7 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah.
8 Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. 9 Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. 10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 11 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah” (Salmo 46:1-11).
La palabra “selah” significa pausa.
Era un tiempo en que el cantor paraba, era como un punto y aparte para que el oyente se tomara un tiempo de meditación.
Este salmo tiene tres “selah”, tres momentos en los que el oyente, debe reflexionar en lo que ha oído.
Vivimos en unos tiempos convulsos, con incertidumbres, miedos, desgracias,
Muchos viven en tensión y desasosiego.
Pone uno el televisor y los noticieros son terribles.
Por eso es necesario poner “selah” en nuestras vidas mirando a Dios, meditando en Dios, descansando en Dios.
Este salmo nos invita a mirar a Dios, y confiar en Él.
1.- Castillo seguro.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza” (V.1-3).
Aunque el versículo habla de una realidad espiritual, la imagen está basada en una fortaleza física, un castillo.
En la antigüedad, la supervivencia dependía de las ciudades amuralladas construidas en lugares altos de difícil acceso.
Muros altos y grandes: Un castillo tiene muros gruesos para que las flechas o los arietes enemigos no lo puedan derribar.
Posición elevada: Las fortalezas solían estar en montañas o colinas altas. «Refugiarse en la fortaleza» significaba subir a un lugar donde el enemigo no podía alcanzarte.
Dos es nuestro castillo, nuestro lugar de refugio.
Cuando los polluelos tienen miedo, van bajo las alas de la madre que es su amparo.
Indica protección, cobertura, “me escondo en ti para que no me alcancen”.
2.- Pronto auxilio.
Dios no es un refugio distante, Él está cerca, es el “pronto auxilio” en medio de las tribulaciones.
Podemos ir a Él en cualquier momento y encontrar consuelo y ayuda.
3.- Lo que pasa fuera.
“Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. 5 Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. 6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. 7 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah” (V.4-7).
Vemos un mundo convulso, donde las naciones y reinos caen, la tierra se desmorona, la contaminación física, moral y espiritual lo llena todo.
Todo lo que pasa afuera nos afecta.
Un mal gobierno afecta a todos los ciudadanos, impíos y cristianos.
Lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta nos guste o no.
Lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta, aunque no tengamos nada que ver.
En la Biblia los malos reyes de Israel causaron problemas muy graves a los habitantes de Israel.
4.- Lo que pasa dentro.
Este rio es la presencia de Dios.
Dios nos da de su presencia en este mundo caótico.
“Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob”
Aunque por fuera todo esté mal, por dentro tenemos a Dios.
Tenemos donde refugiarnos, tenemos donde descansar.
Tenemos la protección que Dios da a los que le aman.
No estamos solos, no estamos abandonados, Dios está con nosotros.
Hay un rio que alegra la ciudad de Dios.
5.- Estar quietos.
“Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. 9 Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. 10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 11 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah” (8-11)
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”.
Cuando vienen los problemas caemos en la trampa de intentar resolver todo por nuestra cuenta, de luchar, de hacer guerra a lo que nos está causando problemas.
Pero Dios nos llama a “estar quietos” y darle los mandos de nuestro destino a Dios.
La quietud es un acto de fe.
Dios nos llama a parar y a confiar.
No solo es un llamado a dejar de actuar físicamente, sino que también es un llamado a descansar en nuestro interior.
“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: en descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis” (Isaías 30:15).
Los israelitas no quisieron descansar en Dios, no le pase igual que a ellos.
No se deje arrastrar por el pánico o el miedo, porque Dios está al control.
No es una quietud pasiva, sino que es una quietud activa en fe.
6.- María.
María, la madre de Jesús, recibe la promesa de que va a tener un hijo ¿Qué hizo María?, nada, solo cree y espera.
María queda embarazada sin ninguna cooperación de ella.
“Hágase conmigo conforme a tu palabra” esta fue la declaración de María, haz lo que quieras, y yo espero.
Muchas veces nuestra intervención no solo es innecesaria, sino que empeora lo que Dios quiere hacer.
Como en el caso de Sara y la criada.
7.- El pueblo de Dios frente al mar Rojo.
“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:13-14).
¿Quién peleo? Ellos no hicieron nada, solo ver como Dios abrió el mar Rojo.
8.- El maná.
Dios derrama el maná y el pueblo no tenía que hacer nada, solo recibirlo.
9.- Jairo.
La hija de Jairo ha muerto, y la gente le dice que no moleste más al maestro, entonces Jesús le dice:
“Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente” (Marcos 5:36).
Hay momentos en los que no podemos hacer nada, solo creer.
Creer solamente en muchos casos es más difícil que el hacer, porque entre otras cosas es reconocer que no se controla, y que no se tiene poder.
Tienes que rendir el impulso de hacer las cosas por ti mismo, y creer que Dios tiene poder para actuar.
10.- Dios se va a manifestar.
“Conoced que yo soy Dios”
“Yo soy”, es la revelación que Dios le da a Moisés en la zarza.
Es una declaración de que el Dios que hizo que el mar se abriera, la roca manara agua, las plagas cayeran y su gloria se convirtiera en una columna de humo y fuego, está con nosotros.
11.- Es lo mismo que: “Me vas a ver actuar”.
Si tiene fe en el poder de Dios, si deja que Él actúe, va a ver cosas gloriosas en su vida.
Las mayores victorias en mi vida han sido cuando me he quedado quieto y he dejado que Dios actúe.
Gente que me ha atacado, y yo me quedé quieto, han sido expuestos.
Situaciones en las que yo podía vengarme, y no lo hice, Dios actuó y me bendijo a mí.
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”.
Si quiere conocer, de verdad, al Dios al que sirve, cuando tenga posibilidad de vengarse quédese quieto, y se asombrará.
“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).
No es fácil, lo natural es que queramos actuar, pero si obedecemos, si tenemos fe, veremos que Dios es real y que Él sigue actuando en nuestros días.
12.- Quédese quieto.
1.- En situaciones de estrés. En la presión laboral, respirar, orar, y confiar en que Dios le va a ayudar.
2.- En las discusiones: Cállese, no deje que su ira le haga pecar, confíe en Dios. Mejor perder una discusión que perder una relación. Deje que Dios le dé la razón.
3.- En las venganzas.
Pase de ser alguien que cree en Dios a ser alguien que ve a Dios actuar en su vida.
Eso es entrar en otra dimensión.
13.- Todos van a exaltar a Dios.
“Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”.
Al final todos conocerán que Dios es Dios, que es poderoso y las naciones tendrán que exaltarle.
Cuando decidimos estar quietos es cuando vemos a Dios actuar.
14.- “Selah”.
Pare y medite en las cosas que le hacen daño, y que ha entendido que debe quedarse quieto.
Entréguele a Dios esa situación.
