Dios está al control

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:18-28).

 

Un trabajador de un gran almacén es despedido de su trabajo y ante la situación dramática que se le presentaba, con el dinero que tenía, montó un negocio que acabó haciéndole millonario.

Cuando le preguntaron por que inició la empresa él dijo: “fue gracias a mi antiguo jefe, el me dio el empuje que necesitaba”.

 

1.- Vivimos en un mundo caído.

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (V.19-22).

Estamos viviendo en un planeta que gime por ser libertado de la esclavitud de corrupción.

Todo en este planeta va a corromperse, todo va a perderse, somos polvo y en polvo nos convertimos.

El lugar en el que vivimos es como un campo seco y agrietado que está esperando la anhelada lluvia.

La contaminación, la degradación de los terrenos, la extinción de animales y plantas, la destrucción de los mares, y el egoísmo del ser humano hace que la tierra cada vez esté peor.

La creación entera, desde las plantas al género humano, está esperando la liberación de la corrupción y entrar en la plena gloria de Dios.

El pecado destruye la vida del ser humano y destruye la creación.

 

“La manifestación de los hijos de Dios” Los hijos de Dios, tú, yo y todos los que han recibido a Jesús como señor y salvador de nuestras vidas, tendremos un momento de transformación y glorificación, cuando la imagen de Cristo sea plenamente revelada a nosotros.

Seremos transformados y después de nuestra transformación, la creación entera nos acompañará, y la gloria de Dios será derramada sobre la tierra.

La creación entera está esperándonos.

 

2.- Dentro de nosotros también hay un deseo de ver su gloria.

“Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (V.23).

El Espíritu Santo dentro de nosotros, también nos hace anhelar la redención de nuestro cuerpo.

Esperamos aquel día en que ni la enfermedad, ni el sufrimiento se apodere de nuestras vidas.

El momento en que podremos vivir de manera gloriosa con nuestro Dios, sin la interferencia de un mundo y de una carne que está bajo la maldición del pecado.

La Biblia nos promete que en aquel tiempo tendremos un cuerpo glorificado que no se verá afectado ni por la enfermedad ni por la muerte.

 

3.- Lo mejor está por venir.

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (V.18).

Las aflicciones están presentes, no podemos vivir sin situaciones complicadas, pero la gran verdad es que cualquier situación, por mala que sea, es nada en comparación con lo que nos va a venir.

Vamos a estar por la eternidad con Dios, estamos en esta tierra de paso, lo mejor está por venir.

Dios ha preparado lo mejor para los que le aman.

 

4.- Vivimos motivados por esta esperanza.

Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (V.24-25).

A veces las circunstancias de la vida se convierten en una cortina de humo que nos impide ver la gloria que vendrá.

Por esto estamos siendo sostenidos por la esperanza de que Dios no nos miente y lo que ha prometido lo cumplirá.

En un mundo de desesperanza, no pierda la esperanza, aplique paciencia a su vida, la bendición está por venir.

 

5.- El Espíritu Santo nos ayuda.

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” (V.26-27).

En los momentos de angustia, cuando estamos pasando por momentos difíciles, el Espíritu Santo que mora en nosotros nos ayuda, intercede por nosotros, y actúa en nosotros conforme a la voluntad de Dios.

Clame a Dios, no pierda la oportunidad de orar cuando se encuentra mal, el Espíritu Santo le ayudará.

 

6.- Todo tiene un propósito.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (V.28).

Dios ve desde el cielo toda nuestra historia.

No siempre entendemos lo que sucede, pero la fe verdadera es confiar en Dios cuando las cosas parecen no tener sentido.

Dios sabe lo que hace y su plan es bueno.

La fe es confiar cuando parece que todo va en sentido contrario.

Dios no siempre nos lleva por los caminos más lógicos.

El plan de Dios no es recto, tiene curvas, hay atajos, hay desviaciones.

Dios es preciso, exacto, sabe lo que es mejor y lo que nos conviene.

Dios quiere llevarnos a un destino glorioso y para esto a veces permite que nos pasen cosas negativas, pero siempre es para beneficiarnos.

 

7.- Subir y bajar.

Para avanzar campo a través hay que subir y bajar.

Es como subir una montaña, y luego bajar al valle para posteriormente subir otra montaña.

Cuando estamos en el valle pensamos que todo está perdido, pero si continuamos con nuestro avance estaremos frente una nueva montaña, que tras subirla llegaremos a la cima.

Es en las situaciones difíciles en las que Dios crea oportunidades gloriosas en las que vemos la mano de Dios.

El valle no es definitivo, es temporal, cuando salga de él, estará en la cima de la montaña.

 

8.- José.

Años antes de que viniera el hambre a la tierra, Dios puso un sueño en un adolescente, sin embargo, fue vendido como esclavo, estuvo en la cárcel, pero al final acabó siendo primer ministro y gracias a su posición pudo salvar del hambre a su familia.

Dios ve lo que usted va a necesitar dentro de 20 años.

Si los hermanos de José no lo hubiesen maltratado no hubiese podido ser primer ministro.

Cuando lo derriban en realidad le están haciendo subir.

La meta de Dios para sus siervos no es que lo pasen bien, es que lleven fruto.

No se desanime por lo que está pasando, su tiempo de bendición viene.

 

9.- Caos en la familia pastoral.

En una iglesia asociada el yerno del pastor abandona a su hija, la situación es difícil, una hija triste porque su esposo le ha dejado.

Al poco tiempo el pastor cae enfermo, la iglesia no puede ser atendida como debiera ya que el pastor está imposibilitado.

Entonces la hija toma las riendas, la iglesia avanza y Dios empieza a usarla de manera poderosa.

Al tiempo, el esposo pródigo, regresa y el matrimonio se arregla.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad