El discípulo está ungido

 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. 5 Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores” (Isaías 61:1-5).

 

La unción es la señal de que Dios elige y capacita para una misión especial y para hacer las cosas de manera extraordinaria.

El discípulo tiene una misión especial en esta vida.

Sin la unción difícilmente se hacen las cosas de Dios.

Este pasaje está dado a Israel cuando ya ha regresado de su exilio de Babilonia y tiene que reconstruir el templo, la ciudad y la sociedad.

 

1.- No haga las cosas por usted mismo.

Dios puso su unción en usted para que hiciera las cosas.

El discípulo está lleno del Espíritu Santo y este le capacita para hacer las cosas de manera excelente.

El discípulo está ungido para hacer la misión a la que Dios le ha destinado.

La unción es el toque divino que nos permite hacer lo que por nosotros mismos no somos capaces.

 

2.- En primer lugar: el yugo se pudrirá.

 “Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción” (Isaías 10:27).

El yugo es todo aquellos que no nos permite servir a Dios: adicciones, malos hábitos, pecados, experiencias del pasado, temores, etc.

La unción es más poderosa que todo lo que le estorba.

No se queje de la situación por la que está pasando, pida la unción para pudrir el yugo.

El discípulo permite que la unción pudra su yugo.

 

3.- Con la unción puede hacerlo.

Si con su habilidad usted no es capaz, con la unción podrá hacerlo.

Dios le ha ungido para que haga la obra de Dios.

No haga las cosas en su fuerza, hágalo en la unción de Dios.

Quizás puede tener menos talento que otros, pero con la unción llegará más lejos que los que lo tienen.

Usted no está limitado por el talento, ni por la falta de ingresos, ni por sus enemigos, la unción supera todo esto.

La gente de unción hace lo que la gente de talento no es capaz de hacer.

 

4.- Tenga fe.

Usted es un discípulo ungido, ejerza fe en que la unción va a fluir en su vida.

Si piensa que no puede, que la cosa es imposible, entonces frenará la unción.

Es necesario ejercer fe para que la unción se mueva. La unción actúa cuando hay fe.

Tal vez las cosas están difíciles, pero no invente escusas para no creer.

Siempre habrá cosas negativas, pero usted es la persona indicada porque es un discípulo con unción.

La fe, es la gasolina que mueve y activa la unción.

El discípulo cree que la unción va a actuar en su vida.

Tenga fe, confiese el poder de Dios que está sobre usted.

Crea que Dios está con usted y que Él le unge para capacitarle.

 

5.- Capacitación.

Es bueno formarse, estudiar, capacitarse, algunos creen que solo la unción basta y que no hay que poner nada de nuestra parte.

No es así, usted tiene que estudiar, tiene que capacitarse, tiene que aprender, tiene que prepararse.

Pero no se limite a esto, su máximo potencial solo se logrará con la unción.

 

6.- No busque el éxito.

“No trate de convertirse en un hombre de éxito, sino en convertirse en un hombre de valor” (Einsteín).

Los que buscan el éxito son como fuegos de artificio, ahora están y en nada desaparecen.

Los que buscan capacitarse, con el tiempo acaban siendo gente de éxito.

Capacítese y deje que la unción caiga sobre usted, usted y Dios son mayoría.

El discípulo no busca destacar, busca ser útil en el reino de Dios.

 

7.- Lugar difícil.

Si está en un lugar difícil es porque Dios le ha capacitado con su unción para que salga victorioso.

La unción de Dios sobre usted le dará fuerzas y habilidades mayores que el problema que tiene delante.

Los lugares difíciles son los lugares donde Dios muestra que puede hacer cosas maravillosas con gente ungidas.

El discípulo deja que fluya la unción en los lugares difíciles.

 

8.- Débora.

“En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. 7 Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel” (Jueces 5:6-7).

Débora vivía en un tiempo en que los caminos estaban abandonados, todo había decaído, sin embargo, Débora creyó que Dios estaba con ella, que estaba ungida y se “levantó como madre en Israel”.

Débora no se quedó quieta cuando vio el problema, sino que creyó en la unción de Dios para ser madre de Israel.

El cuidado de Dios sobre Israel se hizo a través de la unción de Dios sobre Débora.

El cuidado de Dios sobre la iglesia se hace a través de discípulos ungidos.

 

9.- Tiempo de espera.

David fue ungido por Samuel como rey, sin embargo, tuvo que irse varios años a cuidar ovejas.

Todo discípulo ungido pasará tiempos de prueba donde no verá nada, pero tranquilo, Dios no se ha olvidado de usted.

David pastoreaba y parecía que no ocurría nada, pero un día Saul llamó a David para que cantara.

No gobernaba, pero ya estaba en el palacio.

Dios en el palacio le capacitó para entender el funcionamiento administrativo y político de un reino.

Dios en el palacio le permitió ver lo que hacía Saul para que no repitiese sus errores.

Usted no ha sido creado para las sobras, usted ha sido creado para el palacio.

El discípulo ungido acaba en el palacio.

 

10.- Dios le pondrá sueños.

Dios le pondrá sueños, los discípulos tienen los sueños que Dios les pone.

El discípulo no busca sus sueños, busca a Dios para que Él le ponga sus sueños.

Un discípulo ungido es alguien que busca que el sueño de Dios se haga realidad a través de su vida.

Dios unge a aquellos que buscan los sueños de Dios antes que los suyos propios.

La unción hará que los sueños de Dios se hagan realidad en su vida.

Cada día que pase con fe, le está acercando para ver el sueño de Dios realizado en su vida.

El sueño de Dios siempre es mayor que el suyo.

 

11.- La unción produce abundancia.

El salmo 23 dice: Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando”.

Cuando Dios te unge tu copa va a rebosar.

Dios no unge para que se produzcan miserias, sino para que llegue la abundancia.

 

13.- Unción frente a altivez.

Cuando se humilla y reconoce que no puede es cuando Dios actúa a través de la unción.

El discípulo se prepara, se capacita, hace todo lo que está en su mano para hacer lo mejor posible la obra de Dios, pero se reconoce frágil.

Siéntase frágil, entienda que depende de Dios, y recibirá la unción.

El orgullo, la altivez, es creer que tenemos las habilidades para hacerlo.

El discípulo es humilde porque entiende que no puede hacer las cosas, pero que con la unción, Dios puede utilizarlo.

 

14.- ¿Cómo se logra la unción?

a.- oiga el llamamiento, oiga el sueño de Dios para su vida.

b.- Tenga la fe de que Dios respalda ese llamamiento.

c.- Apártese del pecado y de lo pecaminosos. El pecado apaga la unción.

d.- Conságrese, ponga a Dios primero.

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