El Espíritu Santo y el evangelio

“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5 pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo” (I Tesalonicenses 1:2-6).

 

La iglesia de Tesalónica fue fundada aproximadamente en el año 50 d.C., fue una de las primeras iglesias establecidas en Europa.

El surgimiento de esta iglesia no fue fácil, ya que hubo persecución de parte de los judíos no convertidos y causaron muchos problemas. Podemos leer esto en Hechos 17:1-9.

Este primer capítulo tiene muchas cosas importantes que destacar:

 

1.- Dar gracias por los hermanos.

“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros”. El pueblo de Dios ha de dar gracias porque no está solo, somos muchos y es una bendición de Dios poder contar con los demás.

Dale gracias a Dios por la gente que ha sido rescatada por el Señor, los hermanos son un motivo de agradecimiento.

 

2.- “Haciendo memoria en nuestras oraciones”.

Si Dios te recuerda a alguien es para que ores por él.

No basta con dar gracias a Dios, hay que ponerse manos a la obra y orar.

Cuando el Espíritu Santo te recuerda a alguien da gracias y ora.

Ponte en la brecha, pelea por los hermanos, posiblemente esa persona precisa oración y Dios te está movilizando para que le ayudes.

 

3.- Fe, amor y esperanza.

“Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” (V.3).

Pablo no se acordaba de lo malo que vio, sino de lo mucho bueno que tenían los tesalonicenses.

Lo bueno de estos hermanos puede resumirse en las acciones de su fe, su amor y su esperanza.

 

a.- Obra de vuestra fe.

Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26).

En la Biblia vemos que la fe tiene multitud de facetas. La fe tiene que actuar y lo hace en diferentes direcciones: Fe para salvación, fe para milagros y sanidades, fe para provisión económica, fe para actuar, etc.

Aquí en este versículo está apuntando a la fe que nos lleva a actuar, a hacer cosas, la fe que nos capacita para hacer las cosas que Dios quiere que hagamos.

Hay quienes tienen fe en Dios y no hacen nada, quizás fe para salvación, pero no tienen fe para acción.

Dios quiere que hagamos cosas y nos da la fe que conquista para que esas cosas se hagan realidad.

 

b.- Trabajo de vuestro amor.

El amor de algunos poetas es contemplativo, el amor de mucha gente espiritual es contemplativo, pero el amor que Dios demanda es activo.

Dios da de su amor, Dios nos da ese sentimiento de amor para que hagamos cosas.

Amor a la gente: Obra social (ONG, Cuba, Venezuela) Evangelismo, Consejería, grupos CAFÉ, Audiovisuales, Alabanza, Danza, niños, jóvenes, Discipulados, radio, etc.

 

c.- Constancia en la esperanza.

La esperanza es “expectativa por lo bueno que va a pasar”.

Esa expectativa produce confianza ya que sabe que a pesar de los problemas el final va a ser bueno.

 

4.- Somos libres.

“Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección” (V.4).

Nosotros decidimos. Servimos a Dios en libertad, nadie nos obligó, somos nosotros los que hemos elegido este camino.

También es verdad que es el mejor de los caminos, y que por inteligencia hemos sabido escoger el mejor, pero aun así hay muchos que deciden otras cosas que lleva a la destrucción física, moral y espiritual.

 

5.- 4 características del evangelio.

“Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre” (V.5).

El evangelio es buenas noticias, lo que predicamos son buenas noticias para el ser humano.

No tiene que continuar como se encuentra, hay esperanza, hay salvación, Dios está contigo, te ama, mandó a Jesús.

El evangelio tiene tres pilares: Palabra, poder y certidumbre.

 

a.- Palabras: Predicamos con palabras, transmitimos los pensamientos de Dios con nuestra boca.

La palabra forma parte activa del evangelio, no se puede predicar sin comunicar el mensaje de Dios con la boca.

 

b.- Poder: El evangelio viene cargado de poder que produce cambios en el que lo recibe.

Da paz. Seguridad, una nueva esperanza, perspectivas de futuro, etc.

El evangelio quita el miedo, da gozo, la luz llega a los corazones donde antes había tinieblas.

No son solo palabras, hay poder para la vida que recibe las buenas nuevas.

El poder del Espíritu Santo también se manifiesta a veces en milagros, sanidades, acontecimientos extraordinarios, etc.

 

c.- El Espíritu Santo: llena a la persona que recibe el evangelio y comienza a experimentar cosas que nunca antes había vivido.

La palabra de Dios recibida activa el poder del Espíritu Santo en la vida de la gente.

 

 

d.- Certidumbre: confianza, plena convicción, certeza de que estamos en el lugar correcto haciendo la voluntad de Dios.

El evangelio recibido da certidumbre de que por fin hemos llegado al lugar donde siempre debimos estar.

 

6.- Imitadores.

“Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor” (V.6).

Que seamos imitadores del Señor está claro, Él es nuestra meta.

Pero aquí dice algo más que seamos imitadores de hombres que han madurado en fe.

Qué bueno que Pablo pudiera decir esto, que bueno que pudiera ser un ejemplo a imitar.

Hemos de acercarnos a Dios cada vez más para que Él nos transforme y otros nos vean como ejemplos.

Ningún hombre es único, todos somos el resultado de la imitación de otros. Alguien te influyó y tú le imitaste, esta es la norma de vida (Fans, youtuber, deportistas, políticos, modistos, etc.) están influenciando continuamente a la gente.

Alguien te influyó y tú le imitaste, esta es la norma de la vida, por eso mejor escoger bien los modelos a imitar porque según a quien imites acabarás llegando a ser.

La iglesia ha de estar llena de modelos a imitar, de gente que si imitamos seremos bendecidos.

 

7.- El Espíritu Santo da gozo:

“Con gozo del Espíritu Santo”, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz…” (Gálatas 5:22).

Dios quiere tener una iglesia feliz, llena de gozo, no de risas superficiales, sino del gozo que llena lo más profundo de nuestro ser.

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