El Señor es mi pastor, nada me faltará

“Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmo 23).

 

Dios nos cuida, es nuestro pastor.

Dios está por nosotros, aunque nosotros no sepamos donde estamos.

Él quiere bendecirte, quiere darte para que no te falte.

“Nada me faltará” aunque ahora te falte “nada te faltará” Dios va a reponer lo que el diablo se llevó.

El buen pastor dio su vida por usted, la bendición la tiene, aunque ahora el diablo le esté robando.

“Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mateo 19:29).

Recibirás cien veces más, porque “El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

 

A lo largo de la Biblia vemos a personas que han pasado por momentos difíciles y al final han recibido la bendición de Dios.

 

1.- Mardoqueo.

“Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca” (Ester 5:14).

Amán quería matar a Mardoqueo, la envidia le corroía y estaba haciendo todo lo que estaba en sus manos para ahorcarlo.

“Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho. 11 Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey” (Ester 6:10-11).

Al final acabó pregonando a favor de Mardoqueo por todo el reino.

“El Señor es tu pastor, nada te faltará”, las horcas se convertirán en caballos.

 

2.- Job.

Fue duramente atacado, pasó momentos muy difíciles, lo perdió todo.

“Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, 13 y tuvo siete hijos y tres hijas. 14 Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. 15 Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. 16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. 17 Y murió Job viejo y lleno de días” (Job 42:12-17).

Job lo perdió todo, pero Dios le restauró todo.

“El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

 

3.- Mujer con flujo de sangre.

“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre” (Lucas 8:43-44).

12 años padeciendo la enfermedad, 12 años visitando médicos y gastando dinero para nada.

Pero tocó el borde del manto del Señor y se sanó.

“El Señor es mi pastor, nada me faltará”, aunque durante 12 años me falte, luego nada me faltará.

 

4.- El hijo pródigo.

“Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15:14-18).

No importa lo que hayas hecho, no importa lo mal que te hayas portado, Dios es tu padre y te perdona, solo tienes que regresar a Él y dejar de cuidar cerdos.

“El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

“Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (Lucas 15:21-23).

Lo mejor está destinado para ti, a pesar de haber tirado todo el Padre le dio lo mejor.

“El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

 

5.- El diablo viene a robar.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. (Juan 10:10-11).

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (Isaías 54:17).

Pero Dios quiere darte lo mejor si eres oveja.

“El Señor es mí pastor” si no eres oveja de Dios, si Dios no es tu pastor, nada de lo que hablamos es para ti.

Acércate a Él, ponte bajo su cobertura, y “nada te faltará”.

 

6.- Pasado conflictivo.

Algunos han tenido infancias malas, salud frágil, u otras cosas, pero Dios quiere restaurarte.

 

7.- Tiempo de espera.

Cuando viene el momento difícil no vemos la bendición del futuro, pero siempre hay un tiempo de espera, y al final todo será de bendición para tu vida.

Se fiel en los momentos donde no se ve nada, en los momentos de larga espera y comprobarás que “El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

 

8.- Dios está al control.

Dios está en el trono y la oración cambia las cosas.

Puedes pasar doce años con flujo de sangre, 12 años con dolor, 12 años de sufrimiento, pero “El Señor es tu pastor, nada te faltará”.

 

9.- Iglesias fracasadas.

Al poco tiempo de empezar a pastorear abrimos una iglesia en Brenes, se perdió.

Luego abrimos una iglesia en Ávila, se perdió.

Luego dimos cobertura a una iglesia en Algeciras, se perdió.

Pero Dios está en el trono, y ahora tenemos 6 iglesias asociadas, y más que vamos a tener porque “El Señor es nuestro pastor y nada nos faltará”.

Tranquilo y seguro, Dios da seguridad, Él controla el universo.

 

10.- Perseverar.

En los momentos difíciles persevera, no abandones, Dios trabaja por ti y cuando llegue el momento verás que “El Señor es tu pastor y nada te faltará”.

 

11.- Los momentos difíciles son para revalorizarnos.

“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Juan 12:24).

El trigo tiene que morir, la aceituna tiene que ser triturada para dar aceite, Dios quiere sacar lo mejor de nosotros, y los momentos difíciles que pasamos ahora son la preparación de Dios para lo grande que viene.

El carbón tiene que comprimirse bajo altas temperaturas para convertirse en diamante.

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