La frustración.

Todos nosotros hemos sentido frustraciones con atascos de coches, con colas enormes para comprar algo, con rechazo y menosprecio en nuestros trabajos. La frustración es algo que todos hemos experimentado.

 

El compositor Ludwing Van Beethoven comenzó a perder la audición a los 26 años y acabó completamente sordo.

Para un músico no oír, es una gran tragedia, una fuente de frustración.

Beethoven escribió cartas en las que expresaba su desesperación y consideró dejar la música.

Sin embargo, siguió componiendo usando su conocimiento teórico de la música y la vibración del piano.

La novena sinfonía la compuso estando totalmente sordo.

 

Michael Jordán fue rechazado del equipo de baloncesto de su escuela porque el entrenador consideró que no era lo suficientemente bueno, ni lo bastante alto.

Eso creó en él una gran frustración, se encerró a llorar en su habitación y que nunca podría cumplir su sueño de jugar al baloncesto.

En vez de rendirse practicó duro, entrenó intensamente y años después se convirtió en leyenda de la NBA.

 

1.- Samuel y Saul.

 “Al otro día madrugaron; y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl, que estaba en el terrado, y dijo: Levántate, para que te despida. Luego se levantó Saúl, y salieron ambos, él y Samuel. 27 Y descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado que se adelante (y se adelantó el criado), mas espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios” (I Samuel 9:26-27).

“Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?” (I Samuel 10:1).

 

Samuel recibe la dirección de Dios para ungir a Saul.

Samuel obedece a Dios, y Saul es ungido como rey de Israel.

Sin embargo, con el tiempo Saul se despista y es rechazado.

El hombre al que Samuel ungió como rey desobedece y es rechazado por Dios.

Samuel tuvo que hacer frente a Saul.

 

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey” (I Samuel 15:22-23).

 

Que frustración para Samuel había perdido el tiempo, había ungido como rey a alguien que a la primera de cambio desobedece y es desechado.

¿Se equivocó? y no era Dios el que le habló.

Samuel se hunde, la situación hace que se desanime, y llora por lo ocurrido, Dios tiene que hablarle.

 

“Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey” (I Samuel 16:1).

 

Continuar lamentándose ciega y frena la visión y las bendiciones de Dios.

Dios le pide que llene su cuerno de aceite y unja a David, que fue mejor rey que Saul.

 

2.- Redoma, cuerno.

Aún los pequeños detalles tienen sentido en la palabra de Dios.

Saul.- Aceite de una redoma

David.- Aceite de un cuerno.

Saul fue elegido por voluntad humana, por voluntad del pueblo, la redoma es un recipiente de cerámica frágil.

David fue elegido por voluntad divina, el cuerno es sólido, es natural, es creación directa de Dios.

Samuel no se equivocó.

 

3.- Moisés.

“Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada. 2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! 4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber. 6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos. 7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. 10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?” (Números 20:1-10).

 

Moisés libera al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.

Sin embargo, el pueblo continuamente se quejaba, dudaba de Dios y desobedecía a pesar de haber visto grandes milagros.

Que frustración guiar un pueblo que no entiende nada, que ve cosas y al día siguiente está quejándose y murmurando.

Esto lo vivió Moisés.

Moisés llegó a pecar a causa de la frustración que le produjo el pueblo.

 

4.- Jesús supo superar la frustración.

“Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo” (Marcos 9:19).

Jesús soportó el dolor de la cruz esperando el gozo que vendría.

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

Jesús sabía que a pesar de lo mal que lo iba a pasar, el final iba a ser gozo.

Jesús demostró su fe mirando al futuro gozoso que vendría, y no al sufrimiento que pasaba al principio.

Jesús podría haberse frustrado, pero sabía dónde mirar.

 

5.- La balanza.

En la vida pasan cosas buenas y malas, si pone en una balanza las cosas malas que te pasaron, tal vez piense que su futuro depende de todas esas desgracias y maltratos.

Pero se equivoca, hay muchas cosas estupendas esperándole en el futuro que ahora no puede ver.

Dios tiene grandes cosas, Dios le ungió desde un cuerno no desde una redoma.

 

6.- El pasado y el presente y el futuro.

Ahora está donde está, pero Dios ya ha ordenado cosas para su futuro.

Ahora está donde está, pero Dios todavía está en el trono y la oración cambia las cosas.

 

7.- La fe.

La fe apunta al gozo del futuro.

La incredulidad apunta a la desgracia del presente.

La persona de fe cree que van a pasar cosas buenas, que Dios gobierna y que Él tiene en sus manos lo por venir.

 

8.- Jesús murió y resucitó.

Cuando Jesús muere las fuerzas de las tinieblas lo celebran, pero luego se dan cuenta que estaban equivocadas, ya que Jesús resucitó.

Lo que Dios tiene para su futuro es mucho mejor que lo negativo de tu pasado.

 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (II Corintios 3:18).

“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4:18).

Es solo cuestión de tiempo ver la bendición de Dios sobre su vida.

 

9.- Diálogo interno.

No son las tormentas las que nos derrotan, sino como respondemos a ellas.

Cuide lo que se dice a sí mismo, cuide su diálogo interno.

No se hable de desgracias, háblese de fe y de lo que Dios dice en su palabra, háblese del poder de Dios.

Recita versos de la Biblia, proclama los que ya aprendiste.

Proclame con fe la palabra de Dios.

 

10.- Diríjase a Dios.

Cuando esté vacío, cuando esté mal diríjase a Dios: “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11).

 

11.- Puertas que se cierran.

Las puertas que se cierran forman parte del plan de Dios para hacerle mejor.

Las puertas que se cierran son aquello que necesitamos para crecer en fe.

Las puertas que se cierran no son el final, son el principio de la batalla de fe.

 

12.- Dios va a hacer cosas nuevas.

En los momentos difíciles es donde se forjan los grandes héroes de la fe.

Es en los momentos difíciles donde pasamos de insignificantes a gigantes.

 

13.- Fe de David.

David en el salmo 27 nos dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes” (Salmo 27:13).

David estaba seguro de Dios, sabía que su pasado (y cometió cosas feas) no iba a ser freno para ver la bondad de Dios.

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