“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8)
A los dos años de convertido, en mi ciudad, estuvo predicando el pastor Costa Deir, ya era un hombre mayor, tendría cerca de los ochenta años.
No lo tenía fácil, ya que era en horario laboral. Yo en aquel entonces trabajaba en la venta, podía organizar mi horario, pero no vender en las horas en las que se daban las conferencias (toda la mañana) representaba prácticamente perder el día de venta.
Muchos no asistieron porque no podían ir, otros por no perder dinero, yo escogí perder dinero y de esta manera poder recibir las enseñanzas. Desde siempre he aprendido que las cosas que de verdad merecen la pena son las que más cuestan.
Perdí mucho de las ventas de esa semana, dejé de ganar dinero, pero las enseñanzas que recibí cambiaron mi vida totalmente.
Fueron unas conferencias en las que trató varios temas, pero hubo una que transformó mi forma de entender la vida cristiana, y fue basada en el texto que acabamos de leer: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8)
Tras leer el texto con la voz bronca que salía de su pequeño cuerpo nos dio la siguiente ilustración:
Imagínese que usted es un país, y que tiene unas fronteras. Por estas fronteras quieren entrar todo tipo de personas, y quieren introducir todo tipo de materiales, algunos legales y otros no.
El policía tiene que vigilar para cerciorarse de que solo se introducen las cosas que legalmente permite la legislación, no puede entrar nada que no sea legal.
El policía tiene en sus manos la autoridad, y el poder de frenar la entrada de todo lo ilegal.
En un estado en el que está prohibido el uso de armas de fuego, es importante que se requisen en la frontera todo el tráfico ilegal de armamento.
Dependiendo de la seguridad de la frontera será más o menos seguro el país.
Continuó enseñando:
De igual manera que ocurre en la frontera de un país, los pensamientos que nos gobiernan dependen de nuestra voluntad, nuestra es la decisión de pensar en una u otra cosa, esto depende de nosotros, de lo que queramos hacer.
a.- Usted tiene la autoridad de detener los pensamientos.- Los que son malos para pararlos antes de que entren, y sobre los buenos para dejarles que se introduzcan sin ningún problema.
Cuando llegue un pensamiento hagámonos esta pregunta, este pensamiento: “¿Es verdadero, es honesto, es justo, es puro, es amable, es de buen nombre; tiene virtud, es digno de alabanza?”
Si la contestación es afirmativa dejémoslo entrar, si no lo es rechacémoslo, cambiemos el pensamiento y pensemos en algo diferente.
A partir de aquí aprendí a no jugar con mi mente, a no dejar entrar ningún pensamiento que me quitara la fe, el ánimo o la felicidad.
Entré en una guerra mental cuidando lo que pensaba, a veces tenía que hacer un acto consciente y saltar de pensamiento distrayendo la mente con otra cosa totalmente diferente al pensamiento que me acababa de llegar.
b.- 70.000 pensamientos.- Posteriormente he leído acerca de estudios que dicen que el ser humano tiene alrededor de 70.000 pensamientos al día, algunos hablan de 60.000. La realidad es que no sé el método que han seguido para hacer estos cálculos, pero sean más o menos ciertos, la verdad es que son muchos los pensamientos que gestionamos en nuestra mente diariamente.
También es cierto que la mayoría de ellos son repetitivos y tienen que ver con el quehacer diario, con el aseo, con abrir o cerrar una puerta, etc. y no están relacionados con decisiones grandes, pero son muchos pensamientos sobre los que ejercer autoridad, el trabajo es grande.
c.- Un pensamiento sustituye a otro.- Tratar de evitar un pensamiento no es la manera correcta de evitarlo. Recuerden el experimento en el que se le pide a alguien que no piense en elefantes rosas. Quiera o no va a pensar en elefantes de ese color.
La única forma de no pensar en algo es buscando otro pensamiento que le sustituya, no funciona solo rechazar al diablo, o cualquier otra cosa que a usted se le ocurra, solo céntrese en pensar en algo diferente y su mente volverá recuperar la calma que había perdido.
El control de la mente produce el control de las emociones y marca la vida que vamos a llevar.
d.- La fe puede generarse.- Dice la Biblia: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
La palabra de Dios está llena de pensamientos, de ideas. Es un libro que desde el principio al final nos transmite la forma correcta de pensar.
Frente a un mundo que tiene una forma de pensar que lleva a la gente a tener graves problemas, nos encontramos con la Biblia que nos ayuda a pensar correctamente.
Sorprendentemente este texto dice que si oímos la palabra de Dios tendremos fe. Claro no es oír sin más, aquí se está refiriendo a una escucha activa, una escucha que le da más importancia a los pensamientos que salen de la Biblia que a los que nacen en nuestra mente. Aquí se nos está diciendo que si cambiamos nuestros pensamientos por los que Dios dice en su palabra, la fe va a crecer dentro de nosotros.
Dicho de otra manera, cuando usted controla sus pensamientos y rechaza los que no vienen en la Biblia, a la vez que acepta los pensamientos que son acordes con la palabra de Dios, usted está produciendo fe.
Nunca me enseñaron que yo podría producir fe, me hablaban de fe, de creer, y todo se quedaba como algo abstracto y etéreo, que algunos afortunados, por no sé qué extraña y misteriosa fuerza del destino, lograban tener, pero nunca que yo podía crear fe.
Afortunadamente un día descubrí que meterme en la palabra de Dios me ayudaba y me capacitaba para tener fe.
Si, puede resultar un poco extraño oír esto, pero la realidad es que usted tiene la habilidad de producir fe en su vida, al igual que puede producir incredulidad.
Este texto nos dice que la fe viene de oír la palabra de Dios ¿Cómo es esto? pues el asunto es que esta palabra de Dios transforma nuestros pensamientos, y produce en nosotros una certeza y una convicción sobrenatural.
Cuál es el sistema para que esto se produzca, evidentemente leyéndola, pero yo opté por otra cosa además de leer la Biblia, y fue repetir en mi interior con frecuencia las promesas de Dios para mi vida, diariamente durante mucho tiempo y como consecuencia mi fe creció.
Resumiendo lo que quiere decir el texto bíblico podemos decir que el proceso se podría definir de la siguiente manera:
“La fe primero entra por él oído, oyendo la palabra, se cambia la forma de pensar, de manera que la palabra de Dios se convierte en nuestros pensamientos. Así se acepta el poder ilimitado de Dios en su vida, y esto le lleva a un estado mental y espiritual que le hace incrementar su deseo y su voluntad para lograr metas”.
e.- La repetición de las promesas de Dios.- “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 6:7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6)
Dios nos manda que repitamos su palabra, en todos los lugares y a todas las personas. Es interesante que también habla de repetir en todos los momentos del día. Cuando descubrí esto me puse manos a la obra.
Y esto fue lo que hice durante años, repetir las promesas de Dios. Lo hacía varias veces al día, sin saber exactamente el resultado final que obtendría, sin embargo me inicié en esta empresa mental y espiritual. Descubrí que este es un método efectivo de desarrollar dentro de nosotros algo que se puede denominar “la emoción de la fe”, que es cuando sus pensamientos de fe, se convierten en emociones vibrantes que creen a Dios, y que le activan a actuar para el reino de los cielos.
Aquí hay algo que tengo que especificar y es que hemos de tener claro que la fe no es emoción, esto es muy importante que lo sepamos, pero también es verdad que cuando creemos, esta fe produce una emoción fuerte dentro de nosotros.
No es emoción pero produce emoción, esta es la razón por la que muchos confunden emoción con fe, porque en cierto sentido están relacionados.
Y esto no ocurre solo con la palabra de Dios, la repetición de cosas, sean buenas o malas, siempre tiene poder en nuestras vidas:
Hace meses vi un documental televisivo sobre los sicarios, estaban entrevistando a uno de ellos y el asesino a sueldo confesó que al principio le costó acostumbrarse a matar a otros, era algo que le resultaba difícil y en realidad le repugnaba, pero conforme iba repitiendo los asesinatos, su mente se fue habituando a esta acción, y en ese momento en el que le estaban haciendo la entrevista, para él era algo normal, solo tenía que recibir la orden y el dinero para que saliera a matar, sin ningún tipo de problema.
Esto también se ha escuchado de personas que han ido a la guerra, y es que cuando alguien está en contacto con el mal durante un tiempo se acostumbra a él.
De igual manera cuando nos acostumbramos a estar cerca de lo de Dios, cuando nos acercamos a su palabra, y estamos junto a personas de fe, nos habituamos a ella, y la aceptamos como algo normal en nuestras vidas.
Nos guste o no, la realidad es que la mayoría de los pensamientos, no solo los buenos, tienen la capacidad de convertirse en emociones, y esto es un proceso natural, así fue diseñado nuestro cerebro. Por esto si usted introduce los buenos pensamientos de la palabra de Dios en su vida, sentirá según ellos, y su fe abundará y crecerá sin que usted sepa cómo.
Cuando los pensamientos producen emociones, estas nos impulsan a actuar, es decir que las emociones dan a luz acciones.
Oiga a alguien que habla mal de una persona. Usted comenzará a relacionar cosas en contra de esa persona, y desarrollará una animadversión interna.
Cuando usted esté cerca de él, le contestara más seco de lo normal, y si por lo que sea dice algo que no le gusta, tal vez usted actúe de forma grosera y descortés.
Todo empezó con un pensamiento que se convirtió en sentimiento y este en acción.
El que critica está ejerciendo poder sobre la mente de la persona, cambiando sus pensamientos, y por tanto cambiando sus acciones.
Por eso Dios en la Biblia, trata tan duro a los murmuradores y rebeldes, como podemos ver en la rebelión de Coré. Porque el murmurador está ejerciendo autoridad en el lugar en el que Dios puso a otro, está cambiando el orden de Dios, y sobre todo porque cambiando la mente de las personas, están cambiando las acciones y están destruyendo el futuro de los que le oyen.
Dicho de otra manera, Dios tiene un plan y escoge a alguien para que lo lleve a cabo a la vez que le manda personas para que le ayuden. Sin embargo otro quiere imponer su diseño, no le gusta el de Dios, y habla a todos los que puede en contra del hombre que Dios puso. Tras envenenar sus mentes se crea seguidores, y cuando llega el momento de la maduración de la rebelión, se produce el estallido y se frustra el diseño que Dios había establecido al principio.
Fíjese, si los pensamientos producen sentimientos y los sentimientos acciones, podemos entender que nadie está destinado al fracaso o a hacer malas acciones, sino que son los pensamientos que hemos introducido con anterioridad dentro de nosotros, los que nos llevan a triunfar o fracasar.
Mahatma Gandhi dijo: “Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida”
f.- El éxito y el fracaso está en mi decisión de aceptar unos pensamientos u otros.- Una vez más comprobamos que las cosas nos ocurren no dependiendo de la casualidad, sino que somos nosotros los responsables de nuestro futuro en base a los pensamientos que aceptamos o rechazamos.
Con una misma situación, con un mismo suceso, en un mismo acontecimiento hay personas que son felices y otras desgraciadas, esto es algo que frecuentemente vemos. Esto ha dado lugar a expresiones tales como “se ahoga en un vaso de agua” o “otros en su lugar se hubieran echado a llorar”.
Usted va a fabricar su estado de ánimo en base a los pensamientos que quiera cultivar.
He visto fotos de niños jugando felices entre escombros en lugares de conflicto bélico, mientras sus padres están temerosos y amargados.
Evidentemente los padres tienen la razón, pero los niños tienen la actitud acertada.
Los niños no miran las cosas que miran los padres, no ven la tragedia, solo juegan. Los adultos hemos de aprender de los niños y ver lo bueno en las situaciones malas y desechar todo pensamiento que nos quite la paz y la felicidad.
John Milton en el libro el paraíso perdido escribió: “La mente en su propio lugar y en sí misma puede hacer un paraíso del infierno y un infierno del paraíso”.
g.- Cualquier cosa que repita modificara su vida.- Tenga en cuenta, no se le olvide, sea consciente, entienda de una vez por todas que cualquier cosa que repita en su interior frecuentemente, va a modificar su vida.
Si usted repite una mentira cientos de veces acabará creyéndola, y vivirá conforme a esa mentira. Si repite una verdad, algo que está basado en la fe en Dios y en su palabra, usted la acabará creyendo y vivirá conforme a esa realidad victoriosa.
Los pensamientos que usted repite van a definir su vida, su futuro, su moral, su ética, su éxito y su fracaso.
El orador motivacional Brian Tracy dijo: “Todo lo que eres o llegues a ser será el resultado de un modo de pensar; si cambias la calidad de tu pensamiento cambiarás la calidad de tu vida.”
h.- El cerebro no distingue pensamientos.- Después de que hemos llegado hasta aquí le voy a decir algo que puede parecer chocante, tal vez difícil de aceptar, pero usted debe saber que su ser interior, su ser interno, no distingue entre los pensamientos inspirados por Dios y los malos pensamientos que vienen de cualquier otro lado y que producen destrucción.
Su mente funciona igual que lo hace un ordenador que solo gestiona con la información que se le mete en los programas que se les ha puesto antes. No puede hacer otra cosa, solo trabaja con lo que antes se le introdujo.
El cerebro, solo gestiona pensamientos, y hace que estos sean los que van a definir su vida, y los que van a producir en usted sus acciones y sus reacciones.
Al programa que rige su mente se le suele conocer con el nombre de cultura, así que tenemos culturas diversas según el país o continente de nacimiento, y culturas más reducidas que tienen que ver con la familia en la que vive.
A estas culturas se le introducen unos datos llamados pensamientos, y el cerebro en base a la cultura que tiene y a los pensamientos que se le introduzcan llega a unas conclusiones.
Por esto cuando usted cambia de cultura, aún con los mismos pensamientos se llega a conclusiones diferentes.
La gente cree los pensamientos que le envuelven como la realidad existente.
De manera que su mente traducirá como real un pensamiento que tenga su origen en algo bueno y también uno que tenga su germen en algo malo.
Por ejemplo, un pensamiento que venga del miedo se aceptará tan real y auténtico como el que provenga de la fe.
Si usted llena su cabeza de miedos y dudas en la capacidad de Dios para usarle, usted acabará traduciendo esos pensamientos de incredulidad en una realidad en su vida.
Empiece a pensar que subir en ascensor es peligroso, que muchas personas han muerto por culpa de accidentes de ascensores, piense que un terrorista, un ladrón, o tal vez un terrible asesino puede meterse dentro y no tendrá escapatoria, y será usted presa fácil de ese delincuente, o incluso más, piense que con la tecnología actual pueden controlar desde un ordenador el ascensor personas que quieren hacer daño y usted está indefenso en manos de ellos.
Repita estos pensamientos mañana tarde y noche, en especial cuando ve ascensores. Crea en estos pensamientos y con el tiempo usted desarrollará un miedo real y auténtico a subir en ascensor.
A lo largo de mi vida ministerial me he encontrado a personas llenas de miedos y temores, y gobernados por ellos. Personas inutilizados no solo para servir a Dios, sino también para tener una vida normal.
Ellos cometieron el error de aceptar pensamientos procedentes del miedo, muchos de ellos falsos, se los creyeron y sus vidas quedaron definidas por esa forma de pensar.
Cuando el miedo se convierte en emoción, ya la persona no gobierna su vida, sino que esa emoción de pánico se adueña de todo lo que hace y acaban diciendo cosas tales como: “Es superior a mí” o “no puedo evitarlo”.
i.- Todos somos los creadores de nuestro futuro.- Al igual que podemos crear miedos y terrores enormes que nos imposibilitan para llevar una vida normal, también podemos superar miedos, y conceptos negativos que tengamos de nosotros mismos, haciendo el proceso inverso.
Llénese de pensamientos que elevan su confianza en Dios y en lo que Dios va a hacer con usted, repítalos y verá como su vida va a cambiar.
Cuando llegué a la iglesia no creía en mí mismo, llegué con una autoestima baja y pensamientos erróneos a cerca de mí y de la capacidad de Dios para usarme.
Por eso durante muchos años recopilé todas las profecías que algunos hombres de Dios me habían dado, junto con versículos que entendí que eran para mí.
Los escribí en un papel y todos los días los repetía, y oraba para que se hicieran realidad en mi vida, de esta forma me impregnaba del plan de Dios, y aceptaba que Él estaba trabajando para que todo aquello se hiciera realidad.
Al final acabé creyendo lo que Dios me había dicho con anterioridad, entendí que quería usarme en su reino, tome valor y me lancé a hacer aquello a lo que Dios me había llamado, pero antes tuve que repetirlo miles de veces durante muchísimos días para que mi ser interior se llenara de esa fe y convicción necesarias para conquistar esas metas.
Repetir esas promesas hicieron que se acabaran desplazando los pensamientos de incredulidad, y pude aceptar que yo era capaz de hacer la obra de Dios, que aquel que me había llamado me había capacitado para esto y solo tenía que avanzar, porque si Dios promete algo lo va a cumplir, y en base a las promesas de Dios estaba seguro.
Dicho de otra manera, con el trabajo en mi mente, con la sustitución de pensamientos negativos por las promesas de la palabra de Dios, modelé mi carácter, y me convertí en una persona completamente diferente a la que al principio llegó a la iglesia.
j.- Para tener salud.- También me pasó algo interesante, se lo comento por si a alguno le viene bien:
Cuando me diagnosticaron de Hepatitis C, me dijeron que esta enfermedad no tenía cura y que el final que me esperaba era o tener cirrosis o cáncer de hígado. Cada vez que iba a la consulta médica me daban malas noticias, esto se repitió durante 20 años, cada seis meses.
Siempre que tenía consulta con el doctor, después de oír lo que me decía me pasaba entre una semana y diez días desanimado.
Ante esta situación entendí que tenía que contraatacar, que no podía quedarme pensando en lo que me habían dicho, sino que tenía que cambiar los pensamientos acerca de las malas noticias médicas por otros. Así que me entretuve y busqué en una concordancia bíblica todos los versículos que hablaban de sanidad.
Los escribí en un papel e hice lo que yo denominé “una farmacia de versículos”, y cada vez que me venían estos pensamientos negativos, leía y releía sin cansarme las promesas de la Palabra de Dios.
Pasaran los años y hace tres, por fin encontraron un fármaco que me sanó, no fue un milagro celestial, no llegó un pastor de lejos y oró por mí, sino que fue Dios usando la sabiduría de los doctores e investigadores médicos que dieron con la medicina que curaba esta enfermedad.
Pero leer, releer y proclamar la palabra de Dios hizo que mi mente se centrara en la victoria de Dios sobre la enfermedad, que me alejara de los sentimientos de desánimo que me producían estos pensamientos, y ahora que ya estoy sano puedo decir que a pesar de la enfermedad, a nivel general, la lectura y proclamación de la palabra de Dios hizo que emocionalmente tomara la victoria en multitud de momentos en los que los pensamientos de miedo trataron de destruirme.
k.- Convicción interior.- Cuando usted repite las promesas de Dios en su vida, usted desarrollará fe y convicción. Esta certeza interior y esta fe determinarán cuales son los elementos que formarán una actitud positiva en lo más profundo de su ser, y es algo que se instala muy dentro de usted y que le llevará a lograr cosas en el reino de Dios, a la vez que le convertirá en un hombre de fe que conquista para el reino del Eterno.
Entienda que la fe es el inicio de todo en la vida cristiana, la fe es la base de los milagros, “Al que cree todo le es posible” (Lucas 9:23)
El único antídoto contra el fracaso es la fe.
Su éxito en su vida cristiana está determinado por sus pensamientos. Si tiene pensamientos de fe logrará llegar a la meta de Dios.
Usted es el único que pone sus limitaciones con su incredulidad. Pero la fe elimina las limitaciones.
La fe, junto con la oración, nos transportan de la tierra a la dimensión del espíritu, desde donde logramos aquellas cosas que van a llegar a hacerse realidad en nuestra vida cotidiana.
Así que no espere que la fe le sorprenda algún día llegándole por sorpresa de una forma extraña y misteriosa sin que ni siquiera usted mismo se lo espere, eso no va a ocurrir.
Repita en su interior las promesas de Dios para usted, y desarrolle esa fe que le va a ayudar a lograr lo que de otra manera nunca haría.
l.- Fíjese que es trabajo y constancia.- Repetir día a día, tenga ganas o no, trabajar duro en esta área es lo que va a producir fe en su interior.
Olvídese de un toque mágico de lo alto, deje las fantasías para otros, trabaje en su mente, introdúzcase diariamente en la palabra de Dios, y usted generará esa fe que necesita para vivir la vida cristiana exitosa.
m.- No estoy hablando de fe para sanidades y prodigios.- Hay personas a los que Dios le ha dado una gracia especial y cuando ora por las personas de forma milagrosa estas sanan.
Entiendo que esto es otra cosa y por lo que sea Dios no me ha instruido en esta área, soy un ignorante total en este asunto, si bien en algunas ocasiones he orado por enfermos y se han sanado, pero para entender más de esto habría que hablar con un evangelista o con alguien al que Dios le ha llenado de este tipo de fe.
Aquí solo estoy hablando de fe para conquistar nuestra mente, y conquistar cosas para Dios en el día a día. Me refiero a una fe para que la voluntad de Dios se haga en nuestras vidas y para que las situaciones y cosas que nos envuelven sean nuestros aliados para lograr los propósitos de Dios.
Es la fe que cree firmemente que sabe que:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28),
“Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos” (Salmo 138:8)
n.- Seguidores.- Cuando alguien trabaja en esta área y desarrolla fe, se generaran seguidores que se pondrán bajo el paraguas de esa fe, bajo esa cobertura.
Es una fe real que le hace ser y hacer cosas diferentes, es una fe que conquista cosas para Dios, y los demás pueden verlo. Por esto esta fe atrae a la gente, ya que no es algo habitual porque no todos han tenido esta revelación o no todos han realizado el esfuerzo de cambiar sus pensamientos, y aún cada día vigilan los pensamientos que vienen a su mente. Le hablo que desgraciadamente esto también falta a los cristianos, por eso la gente cuando se encuentra con gente en este nivel las busca y se acerca a ellas.
Esta fe hará que otros vean que Dios es algo real, y si se les enseña a trabajar en el área de los pensamientos, ellos podrán desarrollar su propia fe y conquistar muchas cosas en el reino de Dios.