“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (I Corintios 1:18).
Las locuras de la predicación de las bienaventuranzas: ser pobres, llorar, ser manso, etc.
Pero cada vez que se obedece alguna de estas locuras, ocurren milagros extraordinarios.
La bendición sigue a la obediencia.
1.- Abraham.
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:3).
Dios le pide a Abraham que se vaya de su tierra y ni siquiera le dice el lugar de destino, es una locura, pero obedeció, por eso Dios le hace padre de la nación de Israel y padre de la fe.
Dios bendice a Abraham con propiedades y bendiciones materiales por su obediencia a una petición tan extraña.
Dios bendice a Abraham con un hijo en su ancianidad por su obediencia a una petición tan extraña.
Si pudieras ver lo que Dios tiene preparado después de su obediencia, obedecería sin pensarlo.
2.- Elías.
“Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. 15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (I Reyes 17:10-16).
Elías tiene hambre y Dios le dice que vaya a una casa donde no tenían nada que darle.
No le dice que vaya al palacio, sino a un lugar donde no había nada.
Esto es una locura y es una locura obedecerlo, pero Elías conocía a Dios.
La mujer no tiene ni para comer y el profeta le dice que le de comer antes a él que a su hijo.
Otra locura ¿Quién haría esto? ¿Quién le daría de comer a un extraño y dejaría morir junto con su hijo?
Cualquier persona diría que no, pero ella dice sí.
Dios hace el milagro: “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (V.16).
Cuando Dios te manda hacer una locura es porque está planeando algo extraordinario.
Si pudieras ver lo que Dios tiene preparado después de tu obediencia, obedecerías sin pensarlo.
3.- ¿Qué te está pidiendo Dios?
¿Qué perdone a la persona que le hizo daño?
¿Qué abandone a aquellos que le están llevando a su muerte espiritual?
¿Qué se congregue fielmente?
Da igual lo que Dios le pida, recuerde que si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su obediencia, obedecería sin pensarlo.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.
4.- Edificación del templo.
Estábamos edificando el templo y se nos había acabado el dinero. Tuvimos parada la obra nueve meses.
Una hermana me dijo: “Pastor si le parece hipoteco mi casa y con lo que me den damos un empujón a la obra. Ya la iglesia me lo irá pagando poco a poco”.
Yo recordé el versículo: “No seas de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas. 27 Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?” Proverbios 22:26-27).
Dios dice que no seamos avalista, que no seamos fiadores ni siquiera de nuestros hijos porque si perdemos nosotros la casa ¿Dónde podrán recogerse si la cosa sale mal?
Cualquiera hubiera dicho que sí, pero yo sé que las locuras de la Biblia son bendiciones para nuestras vidas.
Le dije: “No hermana, muchas gracias, pero si por lo que sea no podemos pagarte ¿Cómo le miro a la cara?, gracias, pero no, si Dios está en esto Él va a proveer”.
El templo se construyó sin necesidad de que los hermanos hipotecaran sus casas, se hizo sin préstamos.
Si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su obediencia, obedecería sin pensarlo.
5.- Obedecer es abrir las puertas de bendición del cielo.
Obediencia a las locuras de Dios abren la puerta a las grandes bendiciones de Dios.
Si Dios le pide que obedezca es porque tiene algo mejor para su futuro.
Confíe en Dios siempre, en cualquier situación.
Dios no le va a abandonar, le ama y está con usted.
He conocido a personas que no han llegado a nada, que han perdido grandes bendiciones solo por tomar lo cómodo y no obedecer el desafío de Dios.
El miedo frena las bendiciones del cielo. La “seguridad” frena las bendiciones de Dios.
Si la gente pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su obediencia, obedecería sin pensárselo.
6.- ONG.
Jenny Armas fue la fundadora de la ONG.
Era una mujer de fe, entendió que Dios quería que ayudase a otros, por tanto, se reunía con algunos hermanos y ellos de sus bolsillos compraban comida y lo llevaban a los necesitados.
Entendió que Dios quería que fuera un canal de bendición para otros.
Dios empezó a abrir puertas por diferentes lados, la iglesia, empresas donantes, instituciones, etc.
Ella partió con el Señor, pero en la actualidad la ONG tiene dos locales (No pagan nada por ellos, todo lo paga la iglesia), atiende a más de 200 familias, tiene acuerdos de cooperación con entidades diversas, incluso una universidad sevillana le apoya.
Su obediencia le bendice a usted y a otros. Alguien le está esperando detrás de su obediencia.
7.- Moisés.
“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxodo 3:7-11).
Dios tiene un encuentro con Moisés, y le pide una locura.
Pide a un pastorcillo de ovejas que vaya a ver al jefe del mayor ejército de aquella época y pedirle que deje libre a los esclavos (gran fuente de ingresos).
Dios veía a los judíos como hijos que están sufriendo, pero lo egipcios los veían como cosas.
Moisés lo entiende así, sabe que es una locura, sabe que es algo totalmente imposible, eso no puede pasar.
Sin embargo, Moisés acaba obedeciendo a Dios, se encuentra con faraón, vienen las plagas, se abre el mar rojo, desciende el maná y de la roca brota agua.
Cuando Dios le manda hacer una locura es porque está planeando algo extraordinario.
Si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su obediencia, obedecería sin pensarlo.
Obedezca a Dios, no va a arrepentirse.
8.- Algunos ejemplos.
Si Dios le dice: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” Santiago 1:19”.
Cállese, si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su silencio se callaría sin pensarlo.
Si Dios le dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
Sea fiel a Dios y a su cónyuge, si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de su fidelidad, sería fiel a Dios y a su cónyuge sin pensárselo.
Si Dios le dice: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25).
No falte a la iglesia, si pudiera ver lo que Dios tiene preparado después de que renuncie a trabajos que le impiden congregarse, renunciaría a ellos sin pensarlo.
Si Dios le dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (Éxodo 20:4).
Si pudiera ver lo que Dios tiene preparado para los que no adoran imágenes, dejaría de asistir a cualquier actividad dirigida a imágenes.
Si Dios le dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6.33).
Si supiera lo que Dios tiene preparado para todos los que ponen primero el reino de Dios, no se dejaría embaucar por cualquier oferta donde las condiciones son mejores que estar en el lugar donde Dios le puso.
Si Dios le dice: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18).
Si supiera lo que Dios tiene preparado para los que dan la gloria a Dios y no se enaltecen a ellos mismos, nunca se le ocurría estar soberbio y altivo.