Mi adversario

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:1-8)

Este es uno de los pasajes de los que más he predicado, y es que Dios lo ha metido de lleno en mi vida.

Con mucha frecuencia cuando oro me viene a la mente el versículo 3 “Hazme justicia de mi adversario”.

Esta parábola indica principios claves en la vida del cristiano e incluso en el comportamiento que debe tener.

Veamos algunos de ellos:

1.- La oración es una necesidad.- “Necesidad de orar siempre” Si usted no entiende la oración como una necesidad usted no entiende la oración.

La oración no es un rito obligatorio que hemos de hacer si pensamos que somos cristianos, es mucho más, es una necesidad.

Si usted no come se muere, usted necesita comer. Si no respira se muere, usted necesita respirar. Si no ora se muere usted necesita orar.

Entiende ahora porque hay gente que se va de la iglesia. La mayoría dejaron de orar.

El cristiano es alguien necesitado de Dios y por esto ora continuamente.

A través de la oración nos comunicamos con Dios y Dios con nosotros. La vida cristiana es una vida en la que la vivencia de comunión con Dios no solo es una necesidad, sino que además es una realidad.

A través de la oración se encaminan nuestros pasos y se enderezan nuestros caminos.

La oración mueve el brazo de Dios a favor nuestro.

2.- No desmayar.- A veces oramos y no ocurre lo que pedimos.

La oración no es una varita mágica que cuando golpea algo automáticamente se produce el milagro.

A veces se ora y no pasa nada, pero no por esto hemos de desmayar.

Si usted ora y no sucede nada no se preocupe continúe orando.

3.- Orar siempre.- La oración no solo son palabras, es una actitud del corazón.

La persona que entiende esto no es alguien que ora, es alguien que vive en oración.

La oración es desarrollar en nuestras vidas el texto de Hechos 17:8 “En el vivimos, nos movemos y somos”.

“Vivimos”.- Orar es introducirse en Dios igual que el barco se introduce en el agua.

Orar es entender que estamos rodeados de Dios y dependemos de Él.

“Nos movemos”.- Orar es “moverse” en la dimensión del espíritu, es moverse en Dios, es moverse en lo de Dios.

“Somos”.- Orar nos da identidad. Usted es lo que ora.

Se puede notar la diferencia entre los hermanos según si oran o no.

El que ora es un cristiano que entiende de Dios, que supera los problemas y que avanza en conquistar cosas para Dios.

El que ora es una persona de éxito.

El que ora es una persona de paz.

El que ora es una persona que conquista.

El que ora es una persona que es un pilar en la iglesia.

4.- La acción viene de Dios.- “Hazme justicia” Es Dios quien actúa y hace.

Orar es depender de la mano de Dios.

Orar es ponerlo todo delante de Él para que actúe.

Orar es lo mejor que podemos hacer porque confiamos en la acción de Dios, y nadie actúa mejor que Él.

5.- Adversario.- Todos tenemos adversarios y estos pueden ser materiales o espirituales.

Adversarios espirituales.- Cuando nos convertimos descubrimos que existe un mundo del espíritu y entendemos que igual que está Dios apoyándonos y respaldándonos, también existe el diablo y sus huestes que están atacándonos y peleando contra nosotros.

Entramos en una guerra espiritual sin saberlo.

Usted cuando se convirtió se alistó en las filas del ejército de Dios para luchar la mayor batalla de la historia, la batalla de la reconquista de este planeta para Dios.

Adversarios físicos.- Todos tenemos adversarios y enemigos. Algunos ni sabemos porque nos causan mal, pero es así.

Todos hemos pasado por la situación de pensar “¿Por qué esta persona es mi enemiga?”, “¿Qué le he hecho?”.

Uno ni siquiera sabe, y es que usted escoge a sus amigos, pero Dios escoge a sus enemigos.

Sus enemigos son los instrumentos de Dios para hacerle mejor.

Cuando aparezca un enemigo en su vida entienda que Dios se lo mandó para corregir algo en usted.

Hemos de diferenciar entre ser siervo de Dios y ser instrumento de Dios. Sus enemigos posiblemente no sean siervos de Dios, pero si son instrumentos de Dios.

Sus enemigos también valen para saber cuál es su estatura, ya que el tamaño de sus enemigos muestran su tamaño.

  • De gracias a Dios por sus enemigos, perdóneles.
  • Vaya a Dios para que sea Él el que haga justicia.

6.- Dios va a hacerle justicia.- ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?

No sabemos cuándo, pero Dios va a actuar en el momento en el que lo vea oportuno.

Él es fiel, y está con usted, porque usted es su hijo.

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