Perdidos

“Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló” (Lucas 2:41-50).

 

Jesús ha nacido, los ángeles han anunciado su nacimiento, fue presentado en el templo a los 8 días y desde ese momento han pasado 12 años.

Este pasaje nos narra un acontecimiento que sucedió cuando Jesús tenía 12 años, antes del inicio de su ministerio (30 años).

A partir de aquí lo siguiente que leemos en las escrituras es el ministerio de Juan el bautista que abre el camino al ministerio de Jesucristo.

¿Por qué se cuenta este pasaje de la vida de Jesús antes de iniciar el ministerio?

Dios quiere que sepamos que Jesús no solo era Hijo de Dios a partir del inicio del ministerio, sino que durante toda su vida la llenura del Espíritu Santo estaba en Él.

Desde el nacimiento hasta la muerte, el verbo hecho carne actuó con tal.

 

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:1-5).

 

La encarnación no fue un corte en la vida de Jesús, no fue un nuevo inicio, solo fue una adaptación.

El verbo se hace carne y se adapta a la nueva situación, pero siempre fue el verbo.

 

1.- Los padres iban todos los años (V.41).

Era algo que tenían que hacer todos los judíos, José y María eran fieles al mandato de Dios.

La elección de este hogar no fue casualidad, Dios Padre quería que Jesús se educara en la mejor casa.

Jesús nació en el pueblo escogido (Israel) y en la casa escogida (casa de José y María).

 

2.- Regreso (V.43).

La fiesta duraba 7 días.

Parece que las caravanas, para protegerse, se distribuían colocando a hombres delante y detrás, colocando en medio a las mujeres.

Jesús tenía 12 años y podía ir delante o detrás, pero también podía ir con su madre en medio; de ahí la confusión.

Cuando pasó el primer día descubren que Jesús no está en la caravana y debido a esto regresan a Jerusalén.

 

3.- Búsqueda por todo Jerusalén.

Los padres regresan y buscan a Jesús por toda la ciudad.

Según el relato regresan al primer día, pero no lo encuentran hasta el tercer día.

Buscan por todos lados y al final de la búsqueda se dirigen al templo.

Era el sitio más improbable, pero como no lo encuentran en otros sitios van allí.

 

4.- Oía y preguntaba (V.46).

Jesús en el templo estaba en medio de los doctores de la ley y allí oía y preguntaba.

Oír. – Jesús no quería escandalizar, aún no era el momento, podría haber dado discursos sin oír, pero prefirió oír y preguntar.

Oír muestra respeto y no oír puede ser una gran falta de respeto (gente en la actualidad).

Jesús respetaba a los doctores, no iba de sabelotodo, él oía lo que decían aquellos que socialmente eran autoridad en Israel.

Oír es una de las cosas más necesarias, aprendemos oyendo.

El orgullo cierra los oídos y ni se oye ni se razona.

Oír indica humildad y sumisión.

Preguntar. – Dicen que las preguntas son el mejor test para conocer la inteligencia de la gente.

Jesús hacía preguntas que asombraban a los doctores.

Las preguntas son para aprender lo que no se sabe, pero indica lo que sí se sabe.

Mucha gente hace preguntas sobre cosas que ya debían saber.

A veces la gente me pregunta sobre cosas que ya están en los libros, para eso los escribí para aclarar cosas. Cuando me preguntas cosas sé que no leyeron los libros.

Las preguntas muestran lo que hay en la persona y lo que le falta.

Si quieres conocer a alguien oye sus preguntas.

 

5.- También respondía (V.47).

Sus preguntas generaban otras preguntas y Jesús las respondía.

Primero los oye, luego pregunta y cuando la gente no sabe responder él contestaba.

Los doctores entendieron que no preguntaba para saber, sino para abrir camino para exponer.

No vayas de listo, oye, pregunta y luego responde; esto hará que la gente te oiga de manera efectiva.

 

6.- Encuentro (V.48).

Sorpresa. – Esperaban encontrarlo en cualquier sitio menos en el templo enseñando.

Angustia. – María le revela la angustia que habían pasado.

Los padres pensaban que Jesús se había perdido, pero eran ellos los que estaban perdidos.

 

7.- Respuesta de Jesús (V.49).

María le dice “Tu padre y yo te hemos estado buscando” Jesús les dice “en los negocios de mi Padre me es necesario estar”.

La madre apuntaba al padre terreno y Jesús le recuerda que su padre es Dios.

María hablaba desde la rutina, Jesús desde la realidad eterna.

Jesús venía a hacer la voluntad del Padre.

 

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12).

 

Jesús vino a lo suyo, que era lo del Padre, pero ellos no le recibieron porque estaban en lo suyo.

Lo tuyo frena lo de Dios, tus cosas, tus intereses pueden ser un impedimento para lo de Dios.

Los padres pensaban que Jesús se había perdido, pero eran ellos los que estaban perdidos.

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