“Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 1:17-21).
Judas es el autor de esta epístola.
En el nuevo testamento aparecen 5 Judas, el más conocido es Judas Iscariote, pero no es el único.
El nombre de Judas viene del hebreo “Yehuda” que significa “Alabado sea Dios”.
Cuando Lea, mujer de Jacob, dio a luz a su cuarto hijo pronunció la frase “alabado sea Dios”. Y en base a esta expresión se le dio al niño el nombre de Judá. Judas y Judá son el mismo nombre.
No se sabe exactamente cual fue el Judas que escribió la epístola, aunque se sabe que tenía un hermano llamado Jacobo “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo” (V.1).
La epístola de Judas es una epístola universal, va dirigida a todos los cristianos “a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo” (V.1).
Si eres cristiano esta epístola es para ti.
En esta epístola se nos insta a rechazar las enseñanzas que no son acorde con la palabra de Dios y aceptar lo correcto, lo que Dios respalda.
En el pasaje que hemos leído vemos varias cosas:
1.- Estar atento a la Biblia.
“Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo” (V.17).
Estemos atentos a lo que Dios dice a través de su palabra, utilizando el Espíritu Santo a los apóstoles como escritores.
Van a surgir opiniones de todo tipo para desviarnos, pero hemos de volver al origen para así no despistarnos.
Cuando algo venga a despistarte “tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles”.
Si a la gente se le olvida la palabra de Dios, a ti que no se te olvide.
2.- Los apóstoles ya nos advirtieron.
“Los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos” (V.18).
La Biblia ya nos advierte, la multitud de sectas, la multitud de herejías han sido profetizadas, tenían que venir.
A veces nos sorprendemos porque hay gente que dice y cree cosas raras, pero confiad, ya está profetizado y la Biblia lo advirtió.
“Postrer tiempo”. – Este periodo se inicia después de la muerte de Jesús.
La muerte de Jesús es el punto de inflexión para iniciar el último proceso de la historia.
La muerte de Jesús marca un periodo diferente, se entra en la dimensión de la iglesia, confirmada por el Espíritu Santo en pentecostés.
El último tiempo es el periodo después de Jesús, y este último tiempo tendrá la consumación con la segunda venida y todas las profecías que hablan del tiempo del fin.
3.- Características de la gente que anda mal.
“Los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu” (V.18-19).
“Burladores” Esta palabra también puede traducirse como “falso maestro”, porque se burla de la verdad de Dios.
a.- “Andarán según sus malvados deseos”. – Gente que no mira la voluntad de Dios, solo miran lo que desean, sin importar el perjuicio que pueden causar al Reino de Dios.
Los deseos de esta gente es lo que les motiva, se mueven empujados por sus deseos.
Además, estos deseos no solo son contrarios a la voluntad de Dios, sino que también están en línea con la maldad de Satanás.
Además atentan contra la autoridad, están bajo el principio de la rebeldía.
b.- “Causan divisiones”. – La división produce mucho daño en el Reino de Dios.
Cuando se produce una división, la iglesia ya no se preocupa en crecer y predicar el evangelio, sino en reparar los destrozos que la división produjo. No se invierte tiempo en evangelizar y las almas se van al infierno.
La división crea inseguridad en los hermanos que la viven, ya que toda división tiene argumentos satánicos que la hacen ser muy convincentes.
c.- “Los sensuales”. – Los de naturaleza animal que en vez de guiarse por el Espíritu Santo se guían por lo que piensan que va a beneficiarles.
Solo les interesa el beneficio que pueden sacar.
d.- “No tienen al Espíritu”. – La gente carnal no tiene el Espíritu Santo, aunque hable en lenguas.
La gente carnal no tiene el Espíritu Santo, aunque profetice.
La gente carnal no tiene el Espíritu Santo, aunque predique y digan que son pastores.
El Espíritu Santo no se casa con nadie, si tu no buscas el Reino de Dios y su justicia, el Espíritu Santo se va a quitar del medio. Seguirás, pero lo harás solo.
La historia está llena de grupos religiosos que continuaron a pesar de que el Espíritu Santo los dejó.
Y grupos religiosos que nacieron sin el Espíritu santo, surgieron según los principios de maldad que hemos visto antes: Andar según sus deseos, causar divisiones y son sensuales (Buscan algún beneficio).
4.- Características de la gente espiritual.
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (V.20-21).
a.- “edificándoos sobre vuestra santísima fe” La gente espiritual se edifica.
Nadie crece si no colabora con Dios para ser edificado. Tienes que poner de tu parte.
El crecimiento espiritual no solo son toques del cielo, sino trabajo personal para madurar.
Si el Espíritu Santo te dice que dejes algo, déjalo.
Si el Espíritu Santo te dice que hagas algo, hazlo.
Tú te edificas obedeciendo lo que Dios te dice en su palabra y a lo que el Espíritu Santo te dirige.
La fe ha de ser edificada, ha de crecer. Cuando obedeces y ves el mover de Dios, entonces tu fe crece, aumenta y puedes llegar a una nueva dimensión de fe.
Tu fe se edifica poniendo de tu parte y asombrándote de todo lo que Dios pone de la suya.
b.- “Orando en el Espíritu”. Cuando se ora en el Espíritu, es el Espíritu el que controla la oración.
Orar en el Espíritu es dejar que el Espíritu Santo interceda por nosotros. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26).
Orar en el Espíritu es dejarse llevar por el Espíritu Santo para orar.
c.- “Conservaos en el amor de Dios”. Dios nos ama, el amor de Dios nos envuelve, no nos apartemos de Él, no nos dejemos llevar por la carnalidad, permitamos que el amor de Dios continúe en nosotros.
No seamos carnales, continuemos en lo que Dios ama, y el amor de Dios continuara en nosotros.
d.- “Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”.
La salvación solo viene del amor de Dios, de su misericordia. Ninguno merecemos ser salvos, pero Dios nos ama tanto que tiene misericordia y nos salva.
La espera de la recompensa de la salvación es algo que va a ayudarnos a continuar firmes en sus caminos.
Si no crees que puedes perder la salvación, tu interés en edificarte en la fe de Dios, en colaborar con Dios para la extensión del reino de Dios va a ir disminuyendo hasta desaparecer.
La espera de la salvación como parte del amor de Dios será un aliciente fuerte para que continuemos firmes en sus caminos.