Silencio por amor

“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. 4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (Santiago 3:2-6).

 

La Biblia nos habla mucho de controlar la lengua, de tener dominio para no decir cosas que no debemos decir.

El título de la predicación lo saqué del libro “Para meditar”, escrito por mí, que cuenta 73 historias sobre multitud de temas y uno de ellos es precisamente del del control de la lengua.

Recolección de frases del libro:

 

“Cuando escuchas aprendes, si hablas no”.

“Aunque muchas veces te arrepentirás de haber hablado, nunca de haber callado”.

“La mejor banda sonora que otros pueden oír es tu silencio”.

“Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas” (Proverbio árabe).

“Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”. (William Shakespeare).

“Observa que las personas que logran más cosas son las que hablan menos”.

“Tienes dos orejas y una boca para que escuches el doble de lo que hablas” (Proverbio chino).

“Mejor quedarse callado y parecer tonto que abrir la boca y despejar la duda” (Groucho Marx).

“No sabe hablar quien no sabe callar” (Pitágoras).

“Quien dice lo que no debe, escucha lo que no quiere” (refrán español).

“Quien habla mucho poco piensa” (Carlo Dossi).

“A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar” (Príncipe Carlos José de Ligne).

 

Controlar la lengua forma parte de la tarea de maduración del cristiano.

Una de las mayores tragedias es que la gente no domina su lengua, como consecuencia tienen problemas con otros y no maduran espiritualmente.

 

Aprendamos cosas que hemos de hacer para controlar la lengua.

 

1.- Preguntarnos internamente si es conveniente lo que vamos a decir.

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29).

Antes de hablar, décimas de segundos antes de abrir la boca, es bueno preguntarse lo que voy a decir ¿Va a bendecir o va a causar daño?

No se puede decir todo lo que se piensa, en especial cuando se está enfadado.

Pare, respire hondo y piense que va a decir antes de decirlo.

“Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” (Santiago 1:19).

Hay cosa que mejor no decirlas.

 

2.- No tienes que ganar todos los argumentos, ni ser el “pepito grillo” de los demás.

Cuando la gente habla defiende sus argumentos, exponga los suyos, pero si ve que el otro insiste sobremanera en lo que está diciendo, déjelo, no tiene que ganar todas las discusiones.

Hay personas con complejo de aceite, siempre quieren quedar encima, déjelos, no merece la pena discutir con ese tipo de personas.

Otros tienen complejo de “Pepitos grillo”, van diciendo a todos lo que tienen que hacer o no tienen que hacer, sin que se les pregunte y con la certeza y seguridad que están haciendo un gran servicio a la persona y a Dios. Para esto está el Espíritu Santo que “convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8). Dios en la iglesia ha puesto a pastores y consejeros para hacer esta tarea cuando la gente así lo demande, no ocupes un lugar en el que Dios no te puso.

 

3.- Cállese cuando está enfadado.

En el enfado hablar es fácil, se hace en 10 segundos, pero se tarda 10 años en arrepentirse de lo que se ha dicho, a veces toda la vida.

 “Que afilan como espada su lengua; lanzan cual saeta suya, palabra amarga” (Salmo 64:3).

Las personas causan daño con su boca, producen heridas a otros, e incluso en el caso de padres desarrollan inseguridad en sus hijos: “eres tonto”, “eres torpe”, “lo peor que me ha pasado es tenerte”.

Las palabras tienen poder, levantan o derriban, construyen o destruyen.

¿Qué dices por tu boca? ¿Sana o destruye? ¿Levanta o derriba?

 

4.- La vida es muy corta para vivir peleando.

No gaste tiempo ni energía en algo que le aparta de la voluntad de Dios.

No pelee, esté dispuesto a perder al exponer sus argumentos, la paz es más importante que tener razón.

 

5.- Dios nos va a juzgar por lo que decimos.

“Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36).

Las palabras ociosas son las que no edifican, las que causan daño. En el original es muy amplio ya que incluye no solo las palabras que no edifican, sino también incluso las difamaciones.

Dios oye lo que decimos y lo tiene en cuenta.

 

6.- La gente son nuestra prueba.

La gente de nuestro alrededor no es perfecta y va a actuar de manera que le pondrán nervioso, por eso hemos de aprender a controlar la lengua.

Es corriente buscar escusas en la gente “es que me pone nervioso”, “es que dijo eso”, “siempre dice cosas que ofenden”, etc.

Dele la oportunidad a la gente de tener un día malo y si son groseros no se rebaje al nivel de ellos.

La gente no son la causa, son la prueba de que usted no controla la lengua.

Disciplínese y no permita que sus pensamientos se conviertan en palabras.

Van a venir situaciones difíciles para probarnos, contrólese en esos momentos.

 

7.- Eliab y David.

“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. 29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?” (I Samuel 17:28-29).

Eliab atacó de manera cruel a David cuando él dijo que quería pelear contra Goliat, “se encendió en ira contra David y dijo” Esto define la actitud de alguien que nos provoca: se enfada y habla.

Cuando te enfades es el momento de callar, no hables, quizás digas cosas terribles en esos momentos.

David solo dijo: “¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?” El enfado era contra David, si hubiese dicho esto otra persona no habría problema, pero Eliab tenía algo en su corazón contra David.

David no sabía lo que había hecho, pero se llevó la bronca.

Añade “¿No es mero hablar”, “solo estoy hablando”, David entendió no darle importancia a lo que dijo Eliab “no tendré en cuenta las palabras, continuaré para adelante, no me pararé, pelearé contra Goliat y venceré”?

David actuó de la manera correcta, entendió que eran solo palabras y que no debía tenerlas en cuenta, optó por callarse, por eso acabó tomando el trono y siendo rey.

La promoción en el reino de Dios es para los maduros, para los que saben controlarse, para los que dominan todo su ser, incluso su lengua.

Si no controla su lengua será un bebé y no será usado en el reino de Dios.

 

8.- Desarrolle su carácter.

Si no desarrolla su carácter Dios no va a darle unción.

Sin carácter la unción es peligrosa.

Sea como David y no tenga la última palabra, deje la última palabra para los perdedores, usted calle, sea maduro y verá como Dios le promociona.

Si hace esto Dios peleará sus batallas y vencerá a sus Goliats.

 

9.- Pídale dominio a Dios.

“Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios” (Salmo 141:3)

David controlaba su lengua, pero no lo hacía solo, oraba a Dios para que le diera dominio propio.

Ore como David, pídale a Dios ayuda para callar.

No abra la puerta de sus labios, no saque aquello que Dios quiere que se quede dentro de usted.

 

10.- Los israelitas.

No entraron en la tierra prometida porque en vez de domar su lengua criticaron a Moisés.

Estuvieron 40 años dando vuelta a la misma montaña en vez de entrar en la tierra prometida.

No se puede ser crítico con Moisés y entrar en la tierra prometida.

 

11.- Su boca puede matar.

 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos” Proverbios 18:21).

La muerte y la vida de otros y la suya misma. Usted puede destruir su futuro con su boca.

Calle su boca, hágase ese gran favor.

Lo que usted habla son semillas que van a dar fruto.

 

12.- Jesús.

“Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho” (Mateo 27:12-14).

Falsas acusaciones y callaba, era tan fuerte el asunto que Pilato estaba sorprendido.

Jesús calló ante Pilato, no fue grosero con Judas, fue cortés con los soldados, sanó al soldado al que Pedro le cortó la oreja.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad