“Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (I Juan 3:24).
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” (I Juan 4:1-6).
Continuamos la serie de predicaciones en las que aparece el Espíritu Santo.
Ahora toca este pasaje de I de Juan.
El apóstol Juan escribe cinco libros: El evangelio, I, II, III de Juan y Apocalipsis.
Los libros de Juan son de los últimos que se escriben del Nuevo Testamento, fueron escritos entre los años 85 y 100 d.C.
Juan nació entre el 6 y el 10 después de Cristo, por lo que en esos momentos tendría más de 75 años, fue un escritor tardío.
Fue el único apóstol que no fue martirizado, murió de viejo, si bien estuvo en la cárcel en Patmos.
1.- ¿Por qué escribió al final de su vida?
Al final de su vida se dio un fenómeno que afectó a la iglesia. Surgieron sectas, falsos apóstoles, falsos profetas predicando cosas diferentes a lo que Dios dice y muchas iglesias fueron engañadas.
Juan entiende que es el momento de defender las verdades bíblicas y es por eso que todos sus escritos tienen como tarea principal la defensa de la fe.
2.- Mundo y espíritus.
En este pequeño pasaje usa las palabras mundo y espíritus y las relaciona.
“No creáis a todo espíritu”, “probad los espíritus”, “espíritu del anticristo”, “ellos son del mundo”.
La palabra mundo tiene varios significados: Planeta tierra, gente, y sistema diabólico en el que Satanás ejerce su influencia.
“El príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Juan 16:11). El diablo es el príncipe, el gobernador de este mundo.
“Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá” (Daniel 10:20).
El mundo espiritual es real y actúa en este planeta controlando a los seres humanos.
Detrás de las leyes y pensamientos de la sociedad se encuentra Satanás gobernando y tratando que las cosas le vayan cada vez peor a los seres humanos.
Por eso se promociona el pecado y lo que va en contra de la voluntad de Dios.
Esto siempre ha ocurrido, los emperadores romanos persiguieron a la iglesia, en los regímenes totalitarios se ha perseguido a la iglesia, en los países con libertad se ataca los principios bíblicos llegando se a legislar que es delito hacer lo que la Biblia dice y penando defender lo bíblico. Es otra forma de perseguir a la iglesia.
El diablo controla el mundo y la iglesia siempre va ser la enemiga de Satanás, estamos en guerra, y el diablo va a usar al mundo para ejercer su gobierno.
3.- “No creáis a todo espíritu” (V.1).
Está hablando de gente, pero los identifica con los demonios que les gobiernan.
Los labios de la gente transmiten mensajes y detrás de ellos están Dios o el diablo.
“Probad los espíritus” El método de probar los espíritus es viendo si lo que dicen coincide con lo que Dios dice en la Biblia.
“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” (V.2) Decir que Jesús solo vino en espíritu y no en carne era una herejía promovida por los gnósticos. Juan dice que una prueba de que Dios está respaldado algo es si coincide con su palabra.
4.- No tener miedo.
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (V.4).
Tras contar el control satánico que existe en el mundo, Juan cambia de rumbo y nos insta a que seamos conscientes de que a pesar de todo Dios es mayor que Satanás.
Dios está a nuestro lado, Él está con nosotros, no tengamos miedo, somos más que vencedores.
Juan quiere que entendamos cómo funciona el sistema satánico que está detrás del mundo, Dios quiere que seamos conscientes de lo que hay y de cuál es el lugar en el que vivimos, pero no quiere que tengamos miedo.
Satanás es un enemigo vencido “vosotros sois de Dios, y los habéis vencido”.
5.- El mundo oye a Satanás.
“Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye” (V.5).
“El mundo los oye” A veces no entendemos como la gente se cree las mentiras del diablo y las defiende con tanta facilidad, cuando nosotros sabemos que son barbaridades que producen daño y destruyen el cuerpo, el alma y el espíritu de la gente.
El mundo oye sus mentiras, eso es así, siempre ha sido así y siempre lo será, lo importante es que nosotros lo sepamos y no creamos las mentiras también.
6.- Sabemos que Dios permanece en nosotros por el Espíritu Santo.
“Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (I Juan 3:24).
La presencia del Espíritu Santo en nuestra vida es la prueba real de que estamos en el lado correcto de la vida.
El Espíritu Santo nos dirige, da dones, da fruto, nos aparta y vivir en la llenura del Espíritu Santo es una prueba fehaciente de que Dios está con nosotros.
El Espíritu Santo en ti es la confirmación de Dios de que Él está contigo.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30). Contristar es causar tristeza, afligir, apenar.
Si el Espíritu Santo se entristece se va a ir o no va a darnos todo lo que quiere darnos. Si no lo entristecemos seguirá con nosotros de manera abundante.
7.- Somos de Dios.
“Nosotros somos de Dios” (V.6) Eres de Dios, le perteneces, eres su hijo, Él te ama.
Lo que decimos procede de Dios, Él nos utiliza para transmitir su mensaje.
Mientras que el mundo tiene sus falsos profetas religiosos y políticos, Dios tienen sus canales para transmitir su revelación. Estos canales somos tú y yo.
“El que conoce a Dios, nos oye” (V.6) Cuando transmitimos la verdad de Dios hay una conexión con aquellos que andan en los caminos de Dios.
Lo que dices, los cristianos lo van a entender sin problemas.
El Espíritu santo mora en los dos y hay una conexión fluida.
“El que no es de Dios, no nos oye” (V.6) Desgraciadamente hay una imposibilidad de oír lo de Dios en aquellos que el diablo ha controlado.
“Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies” (Mateo 10:14). No es el momento, ora, guerrea espiritualmente y espera el momento en que sean capaces de recibir la palabra de Dios.
A veces son precisos problemas serios para que la gente se vuelva a Dios. Otras veces ni con esas.
“En esto conocemos el Espíritu de verdad y el espíritu de error” (V.6)
El Espíritu de verdad, el Espíritu Santo, nos lleva a la palabra de Dios y a la revelación de Dios.
El espíritu de error, el diablo, nos lleva a creer mentiras y falsedades que destruyen nuestras vidas.
Los pensamientos filosóficos, las doctrinas políticas y las religiones que nos apartan de Dios y su palabra están gobernadas por espíritus de error.