Dos cimientos seguros de nuestra fe.

“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. 17 Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. 18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. 19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (II Pedro 1:16-21).

 

El apóstol Pedro escribe una segunda carta a los expatriados “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento” (II Pedro 3:1).

Los receptores de la carta son los mismos que los de la primera, y esta segunda carta fue escrita unos 6 años después aproximadamente en el año 66 d.C.

Los expatriados ya se han establecido, han reiniciado sus vidas en los sitios a los que tuvieron que huir, ya el problema no es el económico ni la persecución, ahora ha aparecido un nuevo problema, hay falsos profetas, falsos hermanos y falsos maestros que están pervirtiendo la verdad del evangelio.

En esta segunda carta el énfasis está en mostrar que hay una verdad que permanece frente a las mentiras y el error de los falsos profetas.

En aquel entonces había movimientos sectarios y Pedro defiende la verdad.

 

1.- La iglesia esta envuelta en una cultura de mentira.

La cultura que nos envuelve está llena de mitos y mentiras, y los ministerios hemos de desenmascarar las mentiras para que la iglesia tenga clara la verdad de Dios.

No importa en el siglo que estemos ni en el país en que vivamos, siempre vamos a estar envueltos en mentiras y es importante que en la iglesia se desenmascaren.

 

2.- Dos argumentos de que Jesús es la verdad.

Pedro usa dos argumentos para defender la verdad de Jesús frente a los mitos del mundo: El testimonio del Padre y la palabra escrita por inspiración del Espíritu Santo.

 

El testimonio del Padre.

 

3.- Pedro fue testigo.

“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad” (V.16).

Mientras que la gente inventa fábulas, “mitos” en griego. Se encuentra el testimonio de Dios Padre del que Pedro fue testigo.

Pedro tuvo el privilegio de ser testigo de lo que Jesús y el Espíritu Santo han hecho en su iglesia y de lo que el Padre dijo. No inventa, cuenta lo que ha visto y oído.

Las religiones vienen de razonamientos, son una filosofía espiritual inventada con personas con imaginación.

Los mitos griegos, babilónicos, egipcios, romanos, etc. Venían de la mente de seres humanos que querían dar explicación a acontecimientos que vivían y que no entendían.

El cristianismo es el testimonio de Dios al hombre.

Cuando hablas de tu conversión, no hablas de algo filosófico, sino de lo que Dios hizo en ti.

El testimonio del cristiano es mostrar al mundo que Dios es real, que cambia vidas y que una de esas vidas cambiadas es la tuya.

 

4.- Jesús es reconocido por el Padre.

a.- Recibió del Padre honra. – “Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria” (V.17). Recibir honra es recibir valor, ser apreciado, ser valorado.

Jesús fue valorado por Dios Padre.

b.- Recibió del Padre gloria. – Reputación, fama.

Las dos cosas significan cosas muy parecidas y lo que viene a decir es que Jesús no actuó por su propia cuenta, sino que fue aprobado y reconocido por el Padre.

 

5.- Testimonio de la transfiguración.

 “Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo” (V. 18)

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor” (Mateo 17:1-6).

 

En la transfiguración el Padre respaldó a Jesús delante de Pedro, Jacobo y Juan.

Pedro recuerda este acontecimiento y lo usa como argumento. Pedro lo oyó y ahora lo cuenta en esta epístola.

El testimonio del Padre es una evidencia segura “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”

“Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo” (V.18).

“Monte santo”. – Es santo no porque las piedras sean especiales, no porque tengamos que darle un culto especial o hacer peregrinaciones a él.

Es santo porque Dios lo utilizó.

La transfiguración fue un milagro en el que Jesús se manifiesta tal cual es.

Los apóstoles veían la carne de Jesús, veían los milagros, la expulsión de demonios, oían sus palabras y se maravillaban, pero no veían su esencia.

Sin embargo, en la transfiguración Jesús se muestra como el logos, como el verbo, como el autor y creador de los cielos y la tierra. Algunos dicen que este fue el milagro más importante de Jesús, mayor incluso que las resurrecciones.

Los tres apóstoles quedaron tan impactados que Pedro la utiliza aquí para confirmar la certeza de la verdad que hemos creído.

Puedes estar seguro de tu fe, el Padre da testimonio de ello.

 

Testimonio de la Biblia

 

6.- Testimonio de la Palabra profética más segura.

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (V.19).

Dios habla por la Biblia y nos muestra que hacer, que decir, en quien creer y profetiza sobre la vida de Jesús. Es profética porque la vida de Jesús está profetizada con pelos y señales.

Tanto Dios Padre en la transfiguración como en el testimonio de la profecía bíblica se nos confirma que lo que creemos es seguro, tiene base, no es un mito ni un cuento.

 

7.- Atentos a la palabra.

a.- “Hacéis bien en estar atentos” Es bueno estar atentos a la Biblia, a lo que ella nos dice y revela.

Hacemos bien en leerla, meditarla y memorizarla.

b.- “Como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” Ante la oscuridad del mundo, ante las tinieblas que invaden todo, la palabra de Dios alumbra las vidas. “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).

“Lugar oscuro” la palabra “oscuro” en griego es “scotos”, pero aquí usa otra palabra que es “Aujmeros” que es oscuridad producida por la suciedad.

La suciedad del mundo tapa la luz, es como cuando una ventana está sucia y la casa se vuelve oscura por esta suciedad.

Este mundo tiene tanta basura que es difícil que se vean bien las cosas.

 

8.- La palabra nos ilumina hasta la segunda venida.

“Hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (V.19).

Esta expresión apunta a un momento de la historia en el que la oscuridad se irá y todo podrá verse con claridad.

Está hablando de la segunda venida, cuando veamos a Jesús tal como los apóstoles lo vieron en el monte de la transfiguración.

La Biblia es nuestra luz hasta la venida de Jesús.

 

9.- Los mitos frente a la Biblia.

Los mitos, las fábulas fueron inventos de la gente, no hay nada de Dios en ellos.

La Biblia tiene un origen diferente, no son invenciones humanas, sino que el Espíritu Santo es el autor de ella.

Frente a la voluntad y la imaginación humana de las fábulas, está la inspiración del Espíritu Santo de la Biblia.

El origen de una fábula es el cerebro humano, el origen de la Biblia es la revelación del Espíritu Santo.

Tienen orígenes diferentes por tanto tienen que tener una consideración diferente.

Los hombres siguen creando mitos (superhéroes, novelas, películas, etc.). La Biblia ya expuso la revelación y permanece para siempre.

 

10.- Inspirada por el Espíritu Santo.

Inspiración. – “Fero” en griego significa ser llevado, ser dirigido.

El Espíritu Santo guio a los profetas a escribir la Biblia, por eso es un libro especial, es la palabra de Dios al hombre.

 

Conclusión

El Padre y las escrituras dan testimonio de Jesús.

No creemos en cuentos ni fábulas, nuestra fe es segura porque se basa en testimonios reales y en unas escrituras inspiradas por Dios.

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