Estando en Perú, oí en una televisión cristiana una predicación sobre “el favor de Dios”.
Me llamó la atención y por esto he recopilado una serie de versículos que hablan sobre esto.
Dios está con su pueblo, Dios quiere bendecirnos, Él quiere ayudarnos.
La Biblia habla de que hay un favor especial de Dios con aquellos que le aman.
1.- Dios promete favores a Abraham.
Dios le dice que va a bendecirlo, va a engrandecer su nombre, va hacerle una nación grande y que por seguir a Dios va a ser de bendición a otros.
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2).
Nosotros somos descendientes de Abraham por la fe, esas promesas son para nosotros.
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29).
Dios le prometió a Abraham un favor especial, ese favor es para todos los que le creen, los que tienen fe en el Dios de Abraham.
Dios quiere favorecerle, usted es importante para Dios.
Cuando salga de casa crea que tiene el favor de Dios, que Dios está con usted.
Usted tiene el favor de Dios, libere su fe para que la bendición le llegue.
2.- El favor de Dios es su corona.
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:1-5).
Bendice a Dios, póngalo en medio de su vida, recuerde continuamente todo lo que Él ha hecho por ti.
Recuerde la salvación tan grande que le dio, recuerde la llenura con el Espíritu Santo, recuerde el perdón de sus pecados, recuerde la restauración que hizo con su vida, recuerde todo lo que ha hecho por usted y dele gracias “no olvides ninguno de sus beneficios”.
Cuando haces esto recibes una corona de favores y misericordias.
Dios le va a coronar con su favor y va a darle su misericordia.
Usted es el amado de Dios, Él está contigo.
3.- El favor de Dios está con usted por cuatro cosas:
a.- Jesús ora por usted.
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34).
Jesús ora desde la diestra de Dios por usted.
Si pasa por momentos complicados sepa que además de la iglesia, además del pastor, además del grupo de intercesión, además de sus amigos, Jesús mismo está orando por usted para que a pesar de la situación usted sea favorecido.
b.- Usted es especial.
Usted no es alguien corriente, es muy especial.
Jesús murió y usted supo decirle sí a Dios.
Usted pertenece a la familia de Dios.
Usted es descendiente de Abraham por la fe, y la bendición de Abraham está disponible sobre su vida.
Usted vale mucho para Dios.
c.- Dios es su padre.
“¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11).
Somos felices haciéndoles favores a nuestros hijos, si ellos están felices nos contagian su felicidad, sus éxitos son nuestros éxitos.
Dios es su padre, Él quiere bendecirle.
Dios se satisface con su felicidad, Él quiere darle su favor para que usted pase por la tierra con “cosas buenas”.
Piense como un padre hacia sus hijos, y entenderá como es el pensamiento de Dios hacía usted.
Dios quiere ayudarle en su vida diaria, no tema pedirle a Dios.
“Yo le pido hasta aparcamientos cuando voy a sitios donde es difícil aparcar”.
d.- Usted necesita el favor de Dios.
Para hacer la obra de Dios hay muchas cosas que no podemos hacer por nosotros mismos, necesitamos el favor de Dios.
El trabajo que hacemos es demasiado grande para que lo hagamos solos.
Vivir la vida a veces es muy complicado, usted necesita el favor de Dios.
El favor de Dios le pondrá la gente correcta en el momento correcto.
Dios va a abrir puertas gloriosas, su favor está con usted.
4.- Favor de por vida.
“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría. 6 En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido, 7 porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado. 8 A ti, oh Jehová, clamaré, y al Señor suplicaré” (Salmo 30:5-7).
Dios tiene para usted un favor que no es para un momento, es para toda su vida.
Tal vez en los momentos complicados usted no lo distinga, pero aún en estas situaciones Dios tiene su favor sobre usted.
5.- Casos bíblicos.
a.- Eleazar.
“Tras de éste estaba Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, el cual era de los tres valientes. 13 Este estuvo con David en Pasdamim, estando allí juntos en batalla los filisteos; y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos, 14 se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria” (I Crónicas 11:12-14).
Dios les favoreció con una gran victoria.
Eleazar era un hombre valiente, fiel a Dios y a David, y cuando tuvo que hacer una obra grande frente al enemigo, Dios le favoreció y venció.
Dios favorece en nuestras batallas.
b.- David.
“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. 2 Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. 3 El enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; selah Dios enviará su misericordia y su verdad” (Salmo 57:1-3).
Dios favorecía a David, por esto obtenía los buenos resultados que tuvo.
Todo estaba en su contra, el rey le perseguía, tenía un ejército pequeño, pero creía en Dios y clamaba a Dios, por eso el favor de Dios le promovió y le hizo ser el rey de Israel. “Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre; líbrame, porque tu misericordia es buena” (Salmo 109:21).
El favor de Dios te promociona.
c.- Daniel.
“Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad” (Daniel 9:13).
El pueblo de Dios estaba mal, Daniel también, porque no habían pedido el favor de Dios.
No se te olvide pedir el favor de Dios, ora y cree que Él te lo va a dar.
Ora a Dios por su favor, clama por su favor, pídele su favor.
d.- Zacarías
“Cuando el pueblo de Bet-el había enviado a Sarezer, con Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová?” (Zacarías 7:2).
“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; 21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová” (Zacarías 8:20-22).
Igual que Daniel, Zacarías también oraba por su favor.
Pedir el favor de Dios ha de ser una de las peticiones de los hijos de Dios.
“Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos” (Malaquías 1:9).
e.- Pablo.
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10).
Pablo buscaba el favor de Dios, no el de los hombres.
6.- Conclusión.
Agrademos a Dios, busquemos su favor, Él nos lo va a otorgar.
Busque el favor de Dios, agrade a Dios y su favor descenderá sobre usted.
Para tener el favor de Dios son precisas dos cosas:
a.- Pedir a Dios su favor.
b.- Agradar a Dios: obedecerle, hacer lo que el dice.
Agradar a Dios es buscar su favor.
La salvación es gratis, el favor de Dios se gana con la obediencia, la fidelidad y agradar a Dios.