El espacio del corazón.

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).

 

Cuando viajamos hacemos la maleta, tenemos que meter en ella cosas importantes, no podemos poner de todo lo que usamos en casa, la aerolínea no nos lo permite.

Hay que hacer una selección.

Usted tiene que hace un viaje por esta vida y tiene que hacer una selección de aquello que debe llevar, no puede llevar de todo.

 

1.- Un corazón lleno de cosas.

Nuestra maleta es nuestro corazón.

Todos tenemos un corazón lleno de cosas, todos tenemos las cosas que metemos en nuestra vida.

Nos llevamos la vida metiendo cosas dentro nuestro, abrazando cosas, aceptando cosas.

De todas las cosas que metemos dentro del corazón, luego sacamos lo que antes hemos metido.

La manera de sacar lo que hay dentro nuestro es a través de la boca.

La boca es el test de lo que hemos metido: Si alguien está lleno de dinero va a hablar de dinero, si está lleno de sexo va a hablar de sexo, si nuestro corazón está lleno de futbol hablaremos de futbol, si está lleno de la palabra de Dios va a hablar de la palabra de Dios.

Sacamos afuera lo que antes hemos metido. “De la abundancia del corazón habla la boca”.

 

2.- Lo que metemos es nuestro tesoro.

Metemos lo que valoramos, por eso Jesús dice que es nuestro tesoro.

Usted no va a meter lo que no valora, sino que va a seleccionar cosas para meterlas dentro suya.

Sin embargo, a veces metemos cosas que no son buenas, pero si las metemos son nuestro tesoro.

El corazón es engañoso, hay personas con el “síndrome de Diógenes” espiritual, acumulan basura y creen que son tesoros.

Están en todos los grupos de wasap, de Facebook, de internet, mandando y recibiendo basura.

 

3.- La capacidad es limitada.

No podemos meter de todo, lo que metemos quita espacio a las demás cosas.

Todo lo que metemos dentro nuestro va a ocupar un espacio que no lo puede llenar otra cosa.

Si mete cosas malas no cabrán las buenas, esas cosas impedirán que entren otras cosas que Dios quiere darle para bendecirle.

Si permite que entren en su vida cosas tales como culpa, resentimiento, dudas, preocupación, miedos, odios, queja, herejías, etc., estas cosas ocuparán el espacio de las cosas buenas que Dios tiene para usted.

No caben en su maleta, la aerolínea de Dios no permite que usted lleve eso.

 

4.- Corazón creado para lo bueno.

El corazón humano es un recipiente creado para vivir con gozo, paz, confianza, fe, Dios lo creó para cosas buenas, pero si deja entrar la preocupación se expulsará la paz.

Si permite que entre la duda desplazará la fe.

Si permite que entre la tristeza reemplazará el gozo.

Muchos no disfrutan su vida porque tienen el corazón lleno de cosas que no le bendicen.

Están mal y no saben explicar por qué, pero la cosa es tan fácil como saber lo que estorba.

 

5.- Dios tiene lo mejor.

“Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:2-5).

Él te llena de cosas buenas. Si deja que lo negativo, Dios verterá sobre usted todas estas cosas buenas: hay muchos beneficios en Dios: perdón, sanidad, rescate, favores, misericordias, rejuvenecimiento.

Si deja la preocupación, Dios le dará paz.

Si deja la inseguridad, Dios le dará confianza.

Dios quiere llenarlo de lo bueno, pero si no hay espacio no podrá hacerlo.

Si su vida está llena de envidia, amargura, resentimiento y cosas negativas preséntelas delante de Dios, pida perdón, Jesús le perdona y le llena de todo lo bueno.

Saque de usted el resentimiento, las ofensas, la culpa, la autocompasión, las dudas y Dios le llenará de todo lo suyo.

 

6.- Inventario.

Haga un inventario de las cosas que hay dentro suyo y elimine aquello que le roba la paz y el gozo.

Seleccione las cosas que va a introducir en la maleta de su vida, no puede ir con cosas inútiles ni con sobrepeso.

Discrimine todo lo que está en usted que le daña para empezar el proceso de limpiado de su corazón.

Si no sabe que sacar, va a meter cosas que no deben estar.

 

7.- Seleccione.

Cada noche, antes de dormirse deseche las cosas negativas que le hayan sucedido durante de día, si alguien le ofendió, perdónelo.

Lo dañaron una vez, no se aferre a esa ofenda o le continuarán dañando más tiempo.

Si tiene envidia, o celos, o malos deseos pida perdón a Dios.

Por la mañana ore y llénese de todo lo de Dios para iniciar un día de victoria.

Cuando se levante agradezca un nuevo día y confiese que Dios le tiene en la palma de su mano, le ama y está con usted.

 

8.- Limpio corazón.

“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8).

Entre vuelo y vuelo el avión tiene que ser limpiado.

El cuerpo humano produce desechos, los médicos no se alarman cuando hay basura en el sistema, pero si lo hacen cuando esta basura no es eliminada.

Las impurezas vienen, pero hemos de expulsarlas, es cuando nos aferramos a ellas cuando nos causan daño al contaminar todo nuestro ser.

Si se aferra a lo viejo no hay lugar en su corazón para que llegue lo nuevo de Dios.

Suelte las toxinas de la vida, no puede evitar que lleguen, pero sí que se queden.

 

9.- Saque la envidia.

Si alguien tomó el ascenso laboral que usted buscaba no tenga envidia, descanse, si Dios permitió que el otro ascendiera, también lo hará con usted cuando sea el momento, a Él no se le agota el amor, sus bendiciones son ilimitadas.

En el futuro recibirá la bendición que Dios tiene preparada para usted, lo que Dios tiene para su vida no se va a ir para nadie más.

Dios tiene el control, Él da las cosas en el tiempo perfecto, espere y aparecerá.

 

10.- Saque las ofensas.

“Todos ofendemos muchas veces” (Santiago 3:2).

Las mentiras sobre usted vendrán, las ofensas vendrán, las injusticias vendrán, ellos no son el problema, si usted las desecha y se limpia no habrá problemas.

Saque las ofensas de su vida, perdone al ofensor, tal vez no tenía mala intención.

No perdonamos por el bien del ofensor, lo hacemos por nuestro propio bien.

Cuando usted perdona no disminuye la ofensa, solo expulsa el veneno que estaba dentro suyo.

Se requiere mucho espacio dentro de su corazón para retener el rencor, expúlselo.

 

11.- Saque la condenación.

Cuando cometa un error no salga corriendo, no huya de Dios, arrepiéntase y Él le perdonará.

No puede hacer nada para evitar hacer lo que ya hizo en el pasado, pero puede arrepentirse y encarrilar su futuro.

Cuando le pidió perdón a Dios Él le perdonó, perdónese a usted mismo.

Usted no es perfecto, usted es perdonado.

La vida cristiana es un camino hacia la perfección donde todos sabemos que no vamos a lograrla.

Deje lo malo, pida perdón, necesita espacio para llenarse de lo bueno de Dios.

 

12.- Jesús.

En la cruz no se llenó de resentimiento contra todo lo que le estaban haciendo, sino que dijo “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Él no quería salir de este mundo lleno de impurezas.

Aprenda de Jesús, deje espacio para lo bueno de Dios.

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