“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús. 2
Lo que has oído de mí ante muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros. 3
Tú, pues, sufre penalidades como buen
soldado de Jesucristo. 4 Ninguno
que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que
lo tomó por soldado. 5 Y
también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero.7
Considera lo que digo, y el Señor te dé
entendimiento en todo” (II Timoteo 2:1-7)
El Reino de Dios tiene un Rey y también tiene
súbditos.
Los súbditos del Reino son gente especial con características
especiales.
Aquí el apóstol Pablo expone algunas de ellas.
1.-
Se esfuerza en la gracia.- Es consciente que todo viene de la misericordia de Dios, y esto es lo
que le hace llenarse de poder.
El poder de Dios en su vida viene de ser consciente
de que no son sus méritos, sino que es Dios actuando a través de él.
El origen no se encuentra en ti, está en la
misericordia de Dios que te hace ser útil en su reino.
2.-
Delega.- “Lo
que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros” (V.2)
La iglesia está formada por gente generosa que
entrega el conocimiento que Dios le da para que otros también sean partícipes
de la bendición.
El súbdito del reino de Dios no acapara sino que
delega.
Aquí capacitamos a otros para que la palabra de Dios
se extienda y se multiplique.
No creamos una casta de “sabelotodo” especiales que están por encima del resto,
sino que el reino de Dios se extiende a través de muchos que obedecen al rey.
3.-
Soldado.- Los soldados siempre han sufrido mucho.
En las guerras son los que mueren, los que resultan
heridos, los que pasan frio, pasan calor, recorren grandes territorios, etc.
Ser soldado es una tarea muy complicada.
Los soldados del reino de Dios tenemos que tener la
mentalidad y disposición del militar:
a.- Estar dispuesto a
sufrir penalidades.
b.- No se enreda en el
mundo.- Vive en el mundo, trabaja
en el mundo, estudia en el mundo, pero no pertenece al mundo.
No nos enredamos, somos de otro reino y tenemos otro
rey.
c.- Agrada al rey.- La consagración total al rey es algo agradable para
Dios. Agrademos al que nos llamó para formar parte de su reino.
4.-
Atleta.- “Y
también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente”
(V.5)
El atleta ha de cumplir varios requisitos:
a.- Entrenamiento
diario.- Leer Biblia, orar,
evangelizar, etc.
b.- Cumplir las normas
de la competición.- si está en la
maratón tiene que hacer los 42,5 km, no vale tomar atajos. Si juega al futbol
no vale meter goles con la mano.
Hay normas que ha de cumplir.
Los súbditos del reino de Dios hemos de utilizar las
armas, las herramientas de Dios y actuar de la manera que el rey ha estipulado.
Si se hace trampas se pierde la recompensa y uno es
descalificado. Hay control antidoping.
5.-
Labrador.- “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero” (V.6)
Hay recompensa y para recibirla hay que sembrar.
No se puede pretender una gran cosecha donde antes
no se sembró.
Tu futuro está siendo constituido en estos momentos
con tu presente.
Hoy proyectas como será el resto de tu vida.
Siembra abundantemente y cosecharás abundantemente.
6.- “Considera lo que te digo”.- El súbdito del reino de Dios considera lo que se le
dice.
No oye por una oreja y se le va por la otra.
Respeta a la gente que Dios ha puesto por cabeza en
la iglesia y toma en consideración lo que le dicen.
Cuando un pastor le dice algo lo tiene en cuenta y
consideración.
No escucha otras voces sino que tiene en
consideración la voz de la gente que Dios puso por cabeza en la iglesia.
No confíes en alguien que no considera lo que le
dice su pastor.
7.-
Tiene entendimiento.- “El Señor te dé entendimiento en todo”
Está hablando de la revelación de Dios. Que es la
que hace que entendamos los misterios del Reino.
La carne no entiende esto, pero el que está cerca
del Rey tiene revelación de lo importante que es todo lo que Dios dice.