“No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. 3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (I Corintios 12:1-3).
Pablo en la carta a los corintios va tocando diversos temas que consideraba que los corintios debían de saber. Los pastores predicamos de aquello que la iglesia tiene que saber, no predicamos de cualquier cosa, sino de aquello que es necesario para la iglesia en esos momentos.
Pablo con anterioridad había visitado Corinto y en esta carta comenta cosas que servían para dirigir de manera correcta a los hermanos que vivían en esta ciudad. La carta habla entre otras muchas cosas del problema de las divisiones, del problema de los incrédulos, sobre el ministerio de los apóstoles, sobre problemas del matrimonio, amonesta contra la idolatría, también habla sobre la cena del Señor, y ahora habla de los dones espirituales.
1.- Existe un mundo espiritual:
Vivimos en el mundo material, en un cuerpo físico, pero hay mucho más, existe el mundo del espíritu.
El cristiano ha de aprender a moverse en los dos terrenos: El material y el espiritual.
El ser humano tiene cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo es el vehículo mediante el cual podemos vivir en el mundo físico, el alma es el carácter (pensamientos, sentimientos, y voluntad), y el espíritu humano podemos definirlo como: “un órgano interno mediante el cual el hombre puede tener contacto con Dios y recibirlo dentro suyo”. Cuando el hombre muere regresa a Dios “El espíritu vuelve a Dios” (Eclesiastés 12:7)
Dios se comunica con nosotros a través del espíritu humano, y nos capacita para ser efectivos en este mundo a través de los dones espirituales.
2.- “No quiero que ignoréis”:
No podemos ignorar los dones, porque ellos son vitales para el buen desenvolvimiento nuestro en el mundo del espíritu.
Un don es un canal de transmisiones y bendición de lo espiritual para la iglesia.
Cuando nos movemos en el don que Dios nos da hacemos que aquello espiritual que Dios quiere dar llegue a la iglesia.
Cuando se ignoran los dones, cuando se vive de espaldas a ellos, la iglesia está coja, está moviéndose solo con una pierna y por tanto va lenta y crece poco.
3.- El cristiano no es arrastrado por el mundo:
“Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos” (V.2) Cuando éramos impíos íbamos donde el mundo nos llevaba.
El mundo arrastra las masas a los lugares donde Dios no quiere que estén, ya que el mundo, la sociedad no es cristiana es una extensión de la mentalidad de Satanás.
El diablo transmite pensamientos erróneos a través del mundo (política, educación, medios de comunicación, redes sociales, etc.)
Esto hace que la gente viva y ande dándole la espalda a Dios.
“Se os llevaba”, la gente es llevada de un lado a otro según Satanás quiere.
A los corintios se les llevaba a los ídolos, a otros a otras cosas, pero el diablo mueve las masas llevándolos a aquello que les aparta de Dios.
4.- Ídolos:
Aquí habla de “ídolos mudos” los que no hablan por ser de piedra, madera o metal.
Pero ídolo es todo lo que ocupa el lugar de Dios, en este pasaje habla de los mudos, pero hay otros que no lo son, existen ídolos que hablan: Cantantes, políticos, actores de Hollywood, etc.
Cuídense de no tener ídolos, Dios no debe tener nada que les sustituya.
5.- Dios tiene su lugar:
El lugar de Dios ha de ser claro en la mente y el corazón del cristiano.
El Espíritu Santo es el encargado de mostrarnos a quien y como adorar.
El Espíritu Santo viene a levantar a Jesús.
6.- “Anatema a Jesús”:
“Que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús” (V.3) Nadie habla mal de Cristo bajo la unción del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo viene a levantar a Jesús y no a maldecirlo.
“Anatema” significa maldito, cosa o persona que hay que aparta de nosotros.
Nadie lleno del Espíritu Santo dice maldito a Cristo.
Los romanos obligaban a los cristianos a renunciar a Jesús y si no lo hacían los mataban. Algunos forzados maldecían al Señor para salvar sus vidas. Pablo dice que esto lo hacían por el miedo no por el Espíritu Santo.
Por otro lado, los judíos no cristianos maldecían a Jesús en sus oraciones y refiriéndose a Él decían: “porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gálatas 3:13).
Pablo dice que estos judíos hacían esta oración movidos por algo muy diferente al Espíritu Santo.
7.- Jesús es el Señor:
“Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”.
“Kaisar Kyrios” Este era el grito que los romanos decían al emperador “Cesar es el Señor”.
En Roma se levantaba el nombre y la persona del Cesar, el Espíritu Santo levanta a Jesús.
No está hablando de palabras, sino de actitudes, los romanos morían por el emperador después de decir esta consigna, los cristianos hemos es estar dispuestos a decir “Jesús es el Señor”.
El Espíritu Santo viene a nuestras vidas para que digamos “Jesús es el Señor”, para que entendamos que hemos de ponernos bajo su autoridad y dirección.
Los dones del Espíritu Santo vienen a la vida del cristiano para levantar a Jesús.