El Espíritu Santo y Cristo trabajando en tu salvación

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (I Corintios 6:9-11).

Pablo habla a los corintios acerca del poder de Dios sobre la vida del ser humano.

Este pasaje describe la obra Jesús y del Espíritu Santo en la vida del creyente.

 

1.- Herencia del Reino de Dios:

“Heredarán el reino de Dios”

La herencia es el derecho legal que tienen los hijos de recibir lo de los padres.

Todo hijo ha de recibir los bienes de los padres.

Tú eres hijo de Dios y has de recibir lo de Dios.

La bendición de Dios, los dones, el poder de Dios es la herencia que Él tiene para ti

El Reino de Dios es el lugar donde Dios gobierna, donde su voluntad se hace y donde se manifiesta su poder.

Cuando vives en el Reino de Dios recibes como herencia la presencia de Dios, la gracia de Dios, la fe de Dios, el consuelo de Dios, la bendición de Dios, los dones y los frutos del Espíritu Santo.

 

2.- Requisitos para ser heredero:

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?” (V.9) No ser injusto.

La palabra griega es “Adikos”, aquí se traduce correctamente como injusto, pero tiene otras acepciones: “malo, malvado, traicionero, pagano”.

Es decir: no vivir acorde a la dirección de Dios.

Si desobedeces no vas a heredar el Reino de Dios.

Tendrás religión, tendrás miembros, tendrás aprobación del mundo, pero no tendrás el Reino de Dios.

 

3.- “No erréis”:

No os equivoquéis, no os confundáis.

Es fácil equivocarse, es fácil caer en el buenismo, es fácil creer en el universalismo, es muy fácil creerse más bueno y justo que Dios.

Pero esto es un error. No cuestionemos a Dios, Él nos hizo y sabe lo que más nos conviene a nosotros.

Si Dios dice que hagamos o no hagamos algo es por nuestro bien.

Que no nos engañe el humanismo.

Entendamos que Dios tiene un plan de bendición para la tierra y que el diablo va a darnos argumentos que pretenden engañarnos para apartarnos de ese plan.

 

4.- Descripción de la vida de los corintios:

A continuación de esta advertencia da una serie de comportamientos que era normales en Corinto.

Los ídolos, el pecado sexual, el robo, las borracheras, etc. Eran el día a día en Corinto.

La sociedad corintia vivía de la forma descrita aquí, por eso dice más adelante “y esto erais algunos”.

Muchos de los que estaban en la iglesia de Corinto antes vivían de esa manera.

Dios tiene los brazos abiertos para cualquier ser humano, sin importar su vida anterior.

 

 

5.- Lavados, santificados y justificados:

“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (V.11).

 

a.- Tanto Jesús como el Espíritu Santo arreglan al hombre dañado:

Esta acción: Lavados, santificados y justificados forma parte de la reparación que Dios hace en el hombre a través de Jesús y del Espíritu Santo.

 

b.- “Ya hemos sido” Lavados, santificados y justificados:

Habla en pasado.

Las tres acciones están en el pasado, esto ya había sucedido en la vida de los corintios.

No es preciso morirse para recibir esto, los corintios ya lo tenían en vida.

Cuando te conviertes se produce en tu vida un triple milagro: Eres lavado, santificado y justificado.

 

c.- Lavado:

El ser humano está sucio, el pecado lo mancha y gracias al sacrificio de Jesús en la cruz somos lavados, estamos limpios de los pecados del pasado.

Jesús salva, y el Espíritu Santo nos lleva a Jesús para que seamos salvos.

El Espíritu Santo colabora en tu limpieza llevándote a aquel que te puede limpiar.

Ya Dios no te ve sucio, sino que estás limpio gracias al sacrificio de Jesús en la cruz.

 

d.- Santificado:

Apartados para el servicio a Dios ¡Ya puedes servir a Dios!

Ya puedes estar formando parte de la iglesia y haciendo cosas en ella.

Ya estás listo para que el Espíritu Santo se derrame sobre ti y te de sus dones y sus frutos para que puedas ser efectivo en su Reino.

 

e.- Justificado:

Declarado inocente.

El ser humano en pecado es declarado culpable, pero gracias al perdón de Dios eres declarado inocente.

Cuando llegue el día del juicio, serás declarado libre, inocente.

 

Jesús te justificó, y el Espíritu Santo te selló para que fueras propiedad de Dios.

 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13).

El Espíritu Santo en ti, es la marca en el mundo espiritual para que todos sepan que eres de Dios.

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