“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13).
Dios nos promete que no va a dejarnos, que va a estar con nosotros en cualquier situación, sea buena o mala, sea de bonanza o sea de tribulación.
1.- Vida de Pablo.
Pablo había pasado por momentos tremendos y difíciles.
“Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos” (II Corintios 6:4-5).
Cuando nos dice “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” sabía lo que decía, no era un mensaje bobalicón de autoayuda, era fruto de una experiencia traumática, pero en victoria.
2.- Es fácil agobiarse.
Es fácil que cuando vienen las cosas difíciles nos agobiemos, pero hemos de entender que Dios no va a permitir que nos pase nada superior a lo que usted puede soportar.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (I Corintios 10:13).
Si le ha venido algo difícil es porque usted puede soportarlo, pero tiene que ponerse de acuerdo con Dios, tiene que creer que Dios está con usted, tiene que creer que puede soportar la situación, porque si no lo cree puede acabar convencido de lo contrario.
Póngase de acuerdo con Dios, crea estos versículos, Dios se lo ha dado para que los proclame cuando esté pasando momentos difíciles, para que las circunstancias y el diablo no le convenza de lo contrario.
3.- Actitud.
Su actitud ha de ser, puedo con esto, yo no soy débil estoy lleno del poder para vencer “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Puedo con la enfermedad, puedo con esta injusticia laboral, puedo con el problema con mis hijos, puedo con los problemas que me vienen “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
No tenga la “piel fina” usted es un guerrero y está capacitado para vencer.
4.- David.
David fue desechado, fue menospreciado, fue perseguido por el rey al que quería ayudar, tuvo que huir por los montes, pero sabía que Dios tenía un propósito en su vida, Samuel lo había ungido como rey, por tanto, creía que al final Dios iba a cumplir su propósito en él.
5.- Hablar de la manera correcta.
Es fácil dejarnos llevar por las emociones y proclamar lo desdichados que somos y lo mal que lo estamos pasando, pero es en los momentos difíciles cuando tenemos que proclamar la palabra de Dios.
Si usted no proclama la palabra de Dios, sus pensamientos proclamaran desesperación y desánimo: “esto es muy duro”, “es más fuerte que yo”, “me supera”, “no es justo”, “voy a ser destruido”, “no hay solución”, “ha llegado el fin”, etc.
Usted está listo para lo que venga porque el Señor le da fuerzas.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
6.- Mentalidad de víctima.
Deje la mentalidad de víctima, con esa mentalidad será un derrotado.
Tenga la mentalidad de victorioso.
Cuando tiene la mentalidad de victoria, de guerrero victorioso del reino de Dios, cuando proclama que la fuerza más poderosa del universo está con usted, nada podrá detenerlo.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
7.- Diga que es fuerte.
“Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy” (Joel 3:10).
En el pasaje Joel está hablando de momentos difíciles de gran tribulación, y en vez de huir, en vez de desanimarse, dice que hagan armas de lo cotidiano, que conviertan los azadones en espadas y las hoces en lanzas.
En los momentos difíciles hemos de tomar lo que nos rodea, hemos de abrazar lo que tenemos “Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara” (Éxodo 4:2) y dejar que Dios use lo que tenemos de manera gloriosa.
Dios tomará lo que quería destruirle y lo usará a su favor, la dificultad no lo derribará, sino que le proyectará, lo catapultará.
El débil ha de confesar su fortaleza en Cristo “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
7.- Dios no se asombra.
A usted le vienen cosas difíciles y se asombra, pero Dios conoce el final desde el principio.
Dios sabe lo que va a ocurrir, Él no va a decir: “Uy, está enfermo ¿Cómo fue eso?”, “Uy, lo echaron del trabajo ¿Cómo va a vivir?”.
No, Dios no se asombra, Él conoce el final desde el principio, si se mantiene en fe, si proclama “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, permanecerá en victoria.
Un problema, por gordo que parezca, solo es un arreglo de Dios para llevarle a mejores dimensiones.
8.- No hable siempre del problema.
Si habla siempre del problema lo único que hará es destruir tu vida.
Usted no es una víctima es un vencedor, y si le llegó el problema es porque usted puede con él.
Háblese: “Soy un vencedor en Cristo”, “ninguna situación que me venga es superior a mi fuerza”, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
9.- Haga lo correcto porque es lo correcto.
Cuando le vengan momentos difíciles no se deje llevar por la situación y no haga cosas que Dios no dice que hagamos.
No se vengue, no ponga palos en la rueda al que le hizo daño, cállese, controle su lengua y sus emociones.
Haga lo correcto y Dios le recompensará.
10.- La vida es muy corta.
La vida es muy corta para vivir amargado, odiando y sufriendo por lo que algo nos pasó o por lo que nos hicieron en el pasado.
Dios tiene el control de su vida, descanse.
Crea que Dios le ha capacitado para luchar contra cualquier cosa que le suceda.
Dios está con usted por tanto ¿Quién puede contra usted?
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
