“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2. y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. 4. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. 5. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6. y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. 7. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9. y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. 11. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Mateo 3:1-12)
1.- Su apodo tenía que ver con su ministerio.- Juan Bautizaba, por eso se le llama Bautista.
Qué bueno cuando lo que haces te define, que bueno cuando no hay doblez de corazón.
La gente identificaba a Juan con su trabajo porque estaba comprometido con él.
2.- Juan predicaba sin complejos, sin querer endulzar el mensaje.
Su predicación era directa y confrontaba al público.
Era su forma de hacerlo, y le funcionaba.
Esta forma de predicación solo es válida cuando tienes un llamamiento de Dios claro a hacerlo así, y cuando te mantienes humilde.
Señalar el pecado de otros puede ser indicio de orgullo.
No era el caso de Juan, el había dejado todo y cuando aparece el Señor dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengue”.
3.- Todo estaba profetizado.- “Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas” (Isaías 40:3)
Su función era: Preparar el camino al Señor y enderezar sus sendas.
Cuando llegó Jesús todo estaba muy desviado, y necesitó un precursor que allanara el camino.
Cuando el Señor regrese otra vez, también todo estará muy complicado y se necesitará una iglesia santa que prepare el camino.
4.- Era un hombre sin pretensiones humanas.- La comida y la vestimenta le hacía peculiar, pero era algo que mostraba que su único interés era preparar el camino al Señor.
5.- Tenían conciencia de pecado.- Muchos salían a verle cuando llegaban donde él estaba les predicaba y les bautizaba.
Es interesante que confesaban sus pecados.
Nadie puede confesar pecados si no reconoce que es pecador.
La conciencia de ser pecador y necesitar salvación a través de Jesús es vital para poderse bautizar.
Todos somos pecadores, la salvación no es por obras, necesitamos que Jesús nos salve (tortilla de huevos, y multa)
6.- Había gente que quería bautizarse pero seguían en pecado.- “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras!” (V.7)
Juan no se queda callado y denuncia la falsedad de estos.
7.- Frutos de arrepentimiento.- El arrepentimiento verdadero no está sustentado en argumentos (“somos hijos de Abraham”) sino en frutos.
El que se convierte de verdad se ve que se ha convertido por sus frutos.
8.- Espíritu Santo y fuego.- Bautizaba pero les indicaba que su bautismo era solo para arrepentimiento, que tras él viene otro mayor, que bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Hay más bautismos.
El bautismo en agua es importante, Jesús lo manda en muchos textos, pero hay más bautismos, y Dios quiere bautizarnos con el Espíritu Santo.