Morir para fructificar

Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. 22. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Juan 12:20-26)

 

Unos judíos griegos quieren ver a Jesús, su fama se ha extendido tanto que la gente quiere verlo, y buscan a un discípulo para que este le ponga en contacto con el Señor.

Felipe va a ver al Señor, y le cuenta la situación.

Parecía que era una buena noticia “!Hasta los griegos vienen a ver a Jesús! ” pero este le responde con cosas que en apariencia no tiene nada que ver con esta visita, ya que el Señor les habla de morir.

 

1.- “Ha llegado la hora”.- Todo tiene su tiempo, los que estamos con Dios entramos en un sistema programado de plazos.

Nuestras vidas están dirigidas y guardadas por Dios hacia la dirección final.

Del camino de la destrucción en el que estábamos, hemos pasado a la senda de la bendición y Dios se preocupa de que hagamos bien el recorrido.

Todo tiene sus plazos, si no pasas de nivel, te quedas estancado y no puedes llegar a lo siguiente.

Dios quiere que progreses, supérate y llega lejos.

 

2.- El grano ha de caer.- Los caminos de Dios hacia arriba son hacia abajo.

Dios nos lleva a caer para luego levantarnos.

La caída depende de nosotros, la levantada de Dios.

Es triste ver que a veces vivimos en el proceso contrario, nos levantamos y Dios nos tumba.

Dios va a levantar la cabeza de los que han aprendido a morir.

 

3.- No morir es no multiplicarse.- El milagro de la multiplicación Dios lo hace con gente que antes ha muerto.

Morir es dejar de decidir, permitir que Dios gobierne nuestras vidas.

Es una actitud del corazón, no es una espiritualización de mi voluntad.

Tres tipos de personas: No converso, cristiano carnal, cristiano bajo el señorío de Cristo.

O dicho de otra manera: No converso, cristiano vivo y cristiano muerto.

Solo con los cristianos espirituales que han entendido que tienen que estar muertos Dios produce la multiplicación.

 

4.- Amar la vida.- Aquí no está hablando del amor a la vida que es disfrutar de las cosas de la vida que Dios nos da, aquí se refiere a tener apego a las cosas de la vida.

Hay cosas que no pueden retenerse, mejor no obsesionarse con eso.

No podemos apresar el mercurio con las manos y la arena se escurre entre los dedos.

No hay manera de retener la vida, Tempus fugit”.

A veces no entendemos el evangelio y amamos nuestra vida, nuestros planes, nuestros proyectos.

Peleamos por nuestros planes, y si no estamos seguros buscamos consejeros que nos apoyen, aunque no sean las personas correctas para darlos.

Cuando alguien de otra iglesia viene a consultarme algo yo le digo “¿Qué dice tu pastor?”

Los malos consejeros van a dar consejo aún cuando no les corresponde a ellos, son gente que no entiende autoridad y se atreven a pisar las flores en el jardín del vecino. Esta actitud descalifica a la persona como consejero.

 

5.- Si alguno me sirve, sígame”.- Alguien puede decir “Soy siervo de Dios” está bien, eso es bueno, pero ¿le sigue?

Sus siervos seguimos a Jesús, Él va delante, es la columna de nube de la mañana y de fuego de la noche.

El pueblo de Dios sigue a su Dios.

El cielo no solo es un lugar, es también un estado.

La bendición de la resurrección solo la experimentan los que antes han muerto.

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