“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:1-5).
David estaba al final de su vida, su hijo Absalón le había traicionado, estaba mayor y golpeado por la vida y en especial por gente cercana, en esta ocasión tan cercana como su propio hijo.
Es en esta situación cuando escribe el salmo 103, es cuando David está más golpeado, y dice que Dios nos va a dar nuevas fuerzas, nos va a rejuvenecer.
Dios nos fortalece cuando no tenemos fuerzas, veamos algunos ejemplos.
1.- Moisés.
“Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte” (Éxodo 3:12).
Un derrotado por la vida y por las circunstancias, está acabado, se encuentra al límite de una existencia sin sentido, pero tiene un toque con Dios y se convierte en el liberador de Israel.
Tenía 80 años, pero se rejuveneció como el águila.
2.- Jonás.
Después de pecar, después de no obedecer a Dios, cuando está al límite en el vientre del gran pez, se arrepiente, llega a Nínive y contemplamos una campaña evangelística espectacular, se convierte toda la ciudad.
Un asustado Jonás, después del trato de Dios, recibe nuevas fuerzas y Dios lo unge para que vuele alto en el evangelismo.
Tienes que irte al Nuevo Testamento, después de la llenura del Espíritu Santo para encontrar otro evangelista igual.
3.- Daniel.
El profeta Daniel, es tomado esclavo, llevado a Babilonia, puesto de sirviente del rey, pero a pesar de su falta de libertad, de estar al límite, ora a Dios, se acerca a su creador, no se queja por su desgracia, sino que busca consuelo en Dios y recibe profecías que han impactado y siguen impactando a los lectores de ellas.
Sus fuerzas no estaban en las circunstancias.
4.- Sansón.
Un hombre con una fuerza descomunal, invencible, sin embargo, por causa de una traición, es reducido a nada, es apresado, esclavizado y le quitan los ojos.
Estaba al límite de la existencia, de la dignidad como persona, de la salud, humillado y vejado, etc.
“Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez” (Jueces 16:28).
Dios le da nuevas fuerzas a Sansón y derrumba el templo.
5.- Gedeón.
“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jueces 6:11-12).
El pueblo de Israel estaba al límite, los madianitas les robaban la comida, allí vivía Gedeón, un hombre temeroso, escondía el trigo, y cuando Dios le visita le denomina de una manera que él ni siquiera era consciente: “esforzado y valiente”, le definió de forma distinta a su conducta, pero Dios ve el corazón, y sabía que si Gedeón ponía fe en las palabras que le daba se convertiría en ese hombre esforzado y valiente que iba a liderar a los israelitas.
La presencia de Dios, le dio nuevas fuerzas a Gedeón. Recibió una nueva visión.
6.- Naamán.
“El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio” (II Reyes 5:14).
Naamán estaba con una lepra terminal, estaba al límite, le quedaba poco de vida, acude a Eliseo y este le indica que se bañe en el Jordán, al principio se resiste, pero luego accede y Dios le da nueva carne, se rejuvenece, se restaura, se libra de la lepra.
Naamán rejuveneció su cuerpo, se sanó cuando obedeció la dirección del profeta de Dios.
7.- Elías.
“Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios” (I Reyes 19:4-8).
El miedo frenó a Elías, “deseando morirse”, esto es una depresión, sin embargo, Dios se le manifiesta, le da de comer y caminó cuarenta día y cuarenta noches.
Recibió nuevas fuerzas, se rejuveneció su alma, se fue su espíritu angustiado, Dios fortaleció a Elías.
8.- Jesús en Getsemaní.
“Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:41-43).
Iba a la cruz, y sabía todo por lo que iba a pasar, por eso se pone a orar.
Dios le manda un ángel que le da nuevas fuerzas, que le rejuvenece y va renovado a la cruz.
9.- Nosotros podemos estar al límite.
Todos tenemos momentos en los que pensamos que estamos al límite, momentos en los que pensamos que ya no podemos más, que estamos acabados, pero Dios tiene poder para darnos nuevas fuerzas.
Dios nos da fuerzas para hacer lo que nosotros, por nosotros mismos, no podemos hacer.
Hay cosas muy difíciles de dejar por nosotros mismos: adicciones, vivir la vida cristiana, etc., pero Dios va a darle fuerzas, creatividad, sabiduría y lo que necesita para salir victorioso.
10- Dios va a catapultarnos.
Dios nos va a mejorar, nos va a catapultar hacia adelante.
Va a sentir el viento bajo tus alas levantándote bien alto.
Dios le va a sorprender, va a hacer cosas mayores de las que pensaba.
Aún no ha visto la cantidad de cosas que Él tiene para su vida.
Hay dispuesto por Dios un nuevo nivel de fuerzas, de aguante y de logros.
Podemos tener una apariencia normal, podemos parecer gente cualquiera, pero cuando Dios nos da fuerzas todo cambia.
Cuando le vengan los momentos duros, no tema, Dios le va a dar nuevas fuerzas.
Prepárese para hacer cosas que nunca ha hecho, Dios le va a dar nuevas fuerzas, Dios le va a rejuvenecer.
11.- ¿Cómo recibir nuevas fuerzas? ¿Cómo se rejuvenece?
– Es preciso arrepentirse. Si ha pecado deje de pecar, abandone lo que está haciendo mal (Jonás).
– Acérquese a la palabra de Dios, léala y estúdiela (Naamán obedeció la palabra del profeta).
– Ore a Dios. Moisés, Gedeón después de estar con Dios cambiaron y recibieron nuevas fuerzas.
– Iglesia. La iglesia es el lugar de restauración, es el hospital que sana el alma, es el lugar donde Dios se mueve y toca nuestras almas.
Resumen.
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:1-5).
Bendiga a Dios.
Recuerde todo lo que Dios ha hecho por usted:
Él le perdona (créalo).
Dios le rescata del hoyo (créalo).
Dios le corona de favores y misericordias.
Le va a rejuvenecer, le va a dar nuevas fuerzas.