Tener un corazón para Dios

“Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. 6 Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. 7 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. 8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. 9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oir juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días” (I Reyes 3:5-14).

 

1.- Dios quiere bendecirle para que usted pueda bendecir a otros.

Dios no bendice para que acaparemos, sino para que seamos de bendición.

Algunos no solo no entienden esto, sino que presumen de lo que tienen con aquellos a los que le falta.

“Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo” (I Corintios 11:22).

 

2.- Pablo lo define.

Cuando entiendes esto eres una persona capacitada para recibir de Dios.

“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).

Dios está buscando a personas así para bendecirlos.

 

3.- Salomón lo entendió.

Salomón entendió esto y en vez de pedir para él, pidió sabiduría para bendecir al pueblo.

Cuando se presentan oportunidades como estas, salen los más profundos deseos del corazón.

Salomón lo entendió porque:

a.- Era humilde: “yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir” (V.7).

Conocía sus limitaciones y sus imposibilidades, ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?” (V.9).

b.- Reconocía que el pueblo no era suyo, que era de Dios:Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste” (V.8).

No trabajamos para nada nuestro, todo lo que hacemos es para el reino de Dios, nada nos pertenece.

Somos administradores de lo de Dios, y hemos de hacerlo todo lo mejor posible.

Agradó a Dios su corazón y su petición: “Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto” (V.10).

 

4.- Salomón no pidió para él, sino para ser mejor siervo.

“No pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,

Dios responde a la petición de Salomón porque no pide para él, sino para otros.

Si pides muchos días, que sea para poder servir más.

Si pides riquezas, que sea para compartir con otros.

Si pides ser libre de los enemigos, que sea para poder avanzar más en el reino, no para sobresalir y ser superior a otros.

 

5.- Consecuencia de este corazón.

“Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días” (V.13-14).

Dios bendice con bienes a los que entienden que lo principal es el reino de Dios y tienen un corazón generoso para compartir.

Si deseas servir mejor a Dios, y pides para eso, Dios derramará la bendición para que lo hagas.

Dios está esperando encontrar a gente con corazón generoso para darles.

 

6.- Todo tiene su tiempo.

Las promesas de Dios no son para el instante, Él se toma su tiempo en que lleguen.

Ten este corazón y espera la bendición.

Cuando se tarda la respuesta la actitud ha de ser: Está bien, parece imposible, pero Dios puede hacer lo imposible.

Si tiene el corazón de Salomón, no se desanime, tarde o temprano llegará la bendición.

 

7.- Dios espera que continuemos creyendo.

Él nos observa para ver nuestro corazón, Dios no cambió de opinión, lo que prometió lo va a cumplir, solo precisa fe que continúa creyendo mientras la bendición no llega.

 

8.- Abraham.

Dios bendice a Abraham, con muchas propiedades, era un hombre que tenía de todo menos un hijo.

Dios ve el corazón de Abraham, ve su fe, y decide convertirlo en el padre de un gran pueblo.

Sin embargo, la promesa parecía no llegar, al final acabó llegando Isaac.

No se desespere, el tiempo de Dios es el mejor tiempo.

 

9.- No tener incredulidad.

 “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo” (Hebreos 3:12).

La incredulidad convierte un buen corazón en un corazón malo.

Confiemos en Dios a pesar de los problemas y tribulaciones, tengamos un buen corazón de fe, y Dios nos multiplicará la bendición.

 

10.- Sobró comida.

“Y comieron todos, y se saciaron. 43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces” (Marcos 6:42-43).

El Señor multiplica los panes y los peces, y comen todos, y Dios no se queda aquí, sino que continúa dando para que se saciaran. Pero no se queda aquí, sobraron hasta llenar doce cestas.

Dios quiere que usted entienda que si tiene un corazón correcto, si comparte con el que no tiene, si desea que el reino de Dios se extienda, si pone primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces Dios le va a bendecir tanto que va a sobrar.

 

11.- Ponga su corazón en orden.

 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Ponga a Dios primero, pida para servir mejor a Dios, no pida para sí, y prepárese para recibir grandes bendiciones de lo alto.

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